La Trampa de la Innovación

Hoy en día, muchos se jactan de ser innovadores. Pero, ¿cuántos realmente revolucionan sus industrias? La palabra "innovación" se ha vuelto tan común que la usamos para describir cualquier mejora trivial.

La verdadera innovación es rara y disruptiva, solo se puede alegar ser innovador cuando se transforma por completo la forma en la que una industria opera. Por ejemplo, Kodak, aunque inventó la cámara digital, no capitalizó su potencial disruptivo y se concentró en hacer mejoras continuas a sus productos habituales, dejando que otros tomaran la iniciativa y transformaran para siempre la forma en que tomamos fotografías.

Apple no solo transformó los dispositivos de telefonía móvil, sino que transformó la manera en la que interactuamos con la tecnología, creando un ecosistema completo que cambió las reglas del juego en distintas industrias.

Aquí va una verdad incómoda: la innovación no es para todos. Según el Banco Mundial, hay cerca de 300 millones de empresas a nivel mundial; si tan solo el 0.01% hubiera innovado en la última década, tendríamos 30 mil innovaciones disruptivas. Pero, ¿dónde están? No las vemos porque la mayoría de lo que se etiqueta como "innovación" no es más que mejora continua o en el mejor de los casos mejora no continua.

Dicho lo anterior, la probabilidad de proponer una verdadera innovación y hacerla realidad es tremendamente baja, así que mi sugerencia es que cada empresa se concentre en entender a profundidad el valor que aporta a su mercado. Si no entiendes que características puntuales tiene tu producto o servicio que lo diferencia de tus competidores, tus probabilidades de liderear tu industria son muy bajas.

No te obsesiones con la innovación. Preocuparte por esta idea de que si no innovas tú alguien más lo hará y te borrara del mapa, es casi un mito; lo que sí es importante es mantenerse atento a los cambios en tu mercado de forma que hagas los ajustes pertinentes a tu oferta.

La verdadera medida del éxito no está en cuántas características puedes añadir, sino en cuán indispensable te vuelves para tus clientes. En este juego, la claridad de propósito es tu mayor activo. Sin ella, cualquier intento de liderar es inútil. Define primero tu propuesta de valor, hazla única, y si te sobra tiempo, dedícalo a pensar de qué forma innovarías en tu industria, claro sin perder de vista que tu probabilidad es menor al .01%, pero soñar nunca estorba, finalmente todos los grandes movimientos de la historia alguna vez fueron solo un sueño.