La transformación Digital ya no existe
… lo único subsistente es el cambio…
Desde el punto de vista de un miembro de la etnia de los Nukak (Colombia) la revolución industrial o bien está por llegar o, lo más seguro, nunca existió. Y no le importa mucho. Desde el punto de vista de un foodie de Silicon Valley la transformación digital es historia y ya sólo vale la AI (John McCarthy - 1956!!!!)…
Pero en este artículo no quiero que nos deprimamos por no entender que cada vez que asumimos un hecho tecnológico, y empezamos a comprenderlo, ya está en el pasado y parece que no haya habido un “antes de”. Parece increíble que Hal 9000 sea un ordenador del pasado que nunca existirá. Nuestro Smartphone es más potente más sabio y, sin duda, nos controla más y mejor. Entonces, si todos somos conscientes de que la tecnología ya ha sobrepasado todo lo que estábamos esperando, ¿por qué seguimos hablando de la revolución digital, de la transformación digital de las empresas?
Mi reflexión me lleva a invitaros a recapacitar sobre el impacto que la revolución digital ya ha tenido en la empresa. Ya no podemos hablar de la transformación digital de las empresas si los sabios del valle reconocen que el futuro presente es otra cosa, si las empresas actuales ya están en el mundo digital quieran o no verlo: datos reales en tiempo real, relación digital con el cliente, reputación colaborativa.
No necesitas más. Tu empresa está en la revolución digital. Quizás el empresario no lo sabe, pero su personal en contacto con el cliente lo tiene muy claro.
Por lo tanto, si aún no crees que tu empresa está afectada por la primera, de no sé cuántas, revolución industrial del siglo XXI, por favor, hablemos de la Transformación Digipresarial.
La empresa digitransformada
La transformación Digipresarial ha de superar la soberbia del empresario (ya lo hacemos bien, siempre lo hemos hecho bien….), la burocracia del cuadro directivo (…finalizada esta reunión, vamos a preparar la reunión de mañana para evaluar las consideraciones obtenidas en el consejo de ayer….) y los miedos del equipo (…ahora he de formarme en un software nuevo que sólo sirve para controlarme más, y si no ficharán a un niñato….). O no. Si no podemos luchar contra estas barreras, quizás sólo con la asunción de que la marca pertenece a los consumidores será suficiente para entender por dónde debemos lanzar la estrategia. El cliente no es el rey. El cliente es el dueño de nuestro futuro a todos los niveles, y si no, al tiempo. La empresa digitransformada ha cambiado su modelo de relación en todas las áreas, aún sin saberlo: reuniones por Skype, tablets para los comerciales, nóminas por email…ya están aquí! Como los poltergeist, sin que te hayas enterado. Ahora sigue pensando en lo mucho que te falta.
En general, la empresa digitransformada se ha dado cuenta de que “internet” intermedia en el proceso. De que, siguiendo la cresta de la ola, aprovechando sin miedo su fuerza, tenemos suficiente para esperar a la próxima revolución.
Sólo hay que realizar 5 pequeñas reflexiones (los del “sillycon valley” lo llaman Audit de impacto digital en los negocios) para ver si podemos sobrevivir entre tanta zozobra digital:
1.- Hay que solucionar los problemas del cliente. Los de la empresa se arreglarán en base a este: potencialidad de crecimiento en base a cliente.
2.- ¿Es tecnológicamente posible ofrecer estas soluciones? ¿Sobreviviré sin tecnología? (Los que pensáis en el colmado del barrio, buscar por internet la Amazon shop, por favor). Iguala, como mínimo, la diferencia competitiva en tu sector.
3.- Reflexiona y FOCALIZATE en los puntos 1 y 2. Sigue adelante, o bien te digitransformas o bien cambias de negocio.
4.- Desde el producto: O inventas invirtiendo lo necesario y muy rápido, o te haces un “fast follower”. Copia rápido y bien, también sobrevivirás. Sin uno de estos dos movimientos perecerás.
5.- No engañemos a nadie. Si no podemos hacerlo, cambiemos de negocio. La ética propia es básica en la digiempresa porque incide de lleno en las personas: Los clientes y nuestro equipo. O los reciclamos o buscamos “nativos digitales”, pero escucha a tu equipo (sobre todo al comercial: están orientados al cliente por egoísmo. Nada más humano, ni mejor para la empresa). La mezcla de veteranos y nativos digitales, bien combinada y liderada, es una de las bases del éxito comercial y, por ende, de la empresa (eso da para otro artículo).
Así pues, ya veis que fácil. Como en el siglo XX, incluso en el XIX: cliente, tecnología, producto y personas. Lo único que vamos cambiando es el orden y la velocidad. Nada nuevo y todo nuevo.
Sinceramente, creo que aplicando los cinco puntos anteriores las empresas se sitúan en un punto de reflexión estratégica intemporal, pero adaptado a la realidad de cada transformación. A la necesidad de supervivencia en el cambio permanente. A partir de este bucle del marco estratégico, la valentía, la necesidad, e incluso, el miedo serán los que determinarán la estrategia y la vida de cada empresa.
Pero sobretodo no dramaticemos. Los gurús que me han inspirado estas reflexiones tienden a navegar por el catastrofismo. O digital o muerte. Sin duda, socialmente va a haber un cambio traumático en los próximos 20 años. Igual que en los dos siglos anteriores también los hubo. Nos da miedo por lo desconocido. Soy optimista, la adaptación al cambio es intrínseca a los seres vivos, al ser humano y, no lo olvidemos nunca, las empresas son personas. Hoy en día, personas digitransformadas. Mi suegra, con 78 años, maneja un smartphone y una tablet. Y no tiene estudios. Nos adaptaremos y sobreviviremos. Sólo que será distinto, muy distinto. O no.
En este sentido, los expertos tienden a ilustrarnos con ejemplos y tendencias del cosmos digiempresarial en constante evolución. Nos ayudan, y mucho. Pero el deber de los que nos atrevemos a manifestar nuestros pensamientos es ayudar a quitar los miedos a reconocer las cosas: la transformación digital ya no existe. Estamos sumergidos en ella. Lo que debemos hacer es valorar como sacarle el mejor partido empresarial (y personal) y adaptarnos a la velocidad que le caracteriza.
En resumen, no se trata de determinar los conceptos, ni de llevarlos a cabo. Se trata de visualizar las diferentes perspectivas sobre los mismos (cliente, producto, digitalización, transformación, innovación...personas) y encontrar las respuestas más adecuadas para cada entorno empresarial. Y personal.
Quizás el foodie de Silicon Valley no se ha parado a pensar que en este mundo existen muchas etnias que desconocen la AI. Que no les hace falta o que se aprovechan de ella sin saberlo y sin entenderlo. Que van sobreviviendo dejándose llevar. Igual que tantas empresas sobreviven a las revoluciones empresariales sin enterarse de que cuando ellos creen que han llegado, las transformaciones ya son el pasado.
… I’m late / I’m late / For a very important date / No time to say “Hello, Goodbye” / I’m late, I’m late…