La Unión Europea aprieta las tuercas a la moda rápida
La Unión Europea (UE) tiene el objetivo de que todas las prendas textiles sean resistentes y reciclables, y que estén fabricadas con materiales respetuosos con el medio ambiente y libres de sustancias nocivas para la salud y el planeta.
Estos objetivos están alineados con el Pacto Verde Europeo, cuyo objetivo último es alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050.
Para lograr sus objetivos, la UE impulsa una serie de medidas que, entre otras muchas, afectan tanto a la forma de consumir moda como a su producción. Estas medidas contienen nuevos requisitos de diseño ecológico y economía circular, mayor transparencia con el consumidor, aumento de la durabilidad y reciclabilidad, un enfoque contra la superproducción de la moda rápida, desafíos en sustancias químicas y una mejor gestión de los residuos textiles.
Nuevos requisitos
Como ya escribía en uno de mis anteriores posts, la industria textil es una de las más contaminantes y de mayor impacto en el planeta, sobre todo en los países del sur global. Cuando la UE habla de crear nuevos requisitos de diseño, se refiere a la creación de nuevas propuestas que establezcan estándares comunes de diseño ecológico y que estos prioricen los textiles y el calzado.
Este tipo de medidas promueven productos más duraderos y con la capacidad de ser reutilizados en lugar de ser desechados. Además, también incluyen, al igual que en otros sectores, la implementación de un pasaporte digital, que rastree y certifique la producción y ciclo de vida de la ropa, añadiendo transparencia y trazabilidad a la cadena de valor. También servirá, entre otras cosas, para frenar el greenwashing contra el que acaba de aprobarse una nueva normativa.
Transparencia
La Comisión Europea (CE) redefinirá el concepto de sostenibilidad del sector y garantizará que las marcas cumplan con lo que dicen, es decir, que sean capaces de demostrar detalladamente que sus prendas cumplen con los requisitos ambientales y sociales, sirviendo para crear una línea de transparencia con el consumidor al brindarle información completa para tomar decisiones informadas y sostenibles.
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Durabilidad
Uno de los grandes problemas de la industria textil es que cada vez fabrica más cantidades de ropa que se desecha cada vez más rápido, creando enormes problemas ambientales y sociales. La CE también toma medidas a este respecto, enfocándose en el diseño de las prendas para reducir hasta un 80% del impacto ambiental y con ello su afectación humana y social.
La calidad y composición de los diseños circulares serán cruciales para aumentar la durabilidad y la capacidad de reciclabilidad de la ropa, lo que implicará frenar también la superproducción de ropa.
Sustancias químicas
Las medidas de la CE también hacen referencia a las sustancias químicas y los micro plásticos que se utilizan en la ropa. El Reglamento REACH, que establece procedimientos para recopilar y evaluar información sobre las propiedades y los peligros de las sustancias, ha implementado normas para abordar la presencia de micro plásticos en las prendas y su liberación durante el lavado.
Gestión de residuos textiles
Según las estadísticas de la UE, hasta el 38% de los productos textiles en los mercados de reutilización terminan en basureros descontrolados en el sur global, lo que equivale a 2,1 millones de toneladas de prendas y textiles domésticos. Para abordar este problema, los fabricantes deben cumplir con medidas que tengan en cuenta el 100% del ciclo de vida (VCV) completo de sus productos, desde el diseño hasta su reciclado y reutilización.
Verificación, prueba y sanciones
La UE, a través de su Directiva CSRD, su reglamento ESRS o la futura Directiva de Declaración de la Debida Diligencia en conformidad con la Taxonomía verde, obligará a las empresas, incluyendo su cadena de valor, a reportar públicamente su sostenibilidad de acuerdo a un calendario y plazos de cumplimiento bajo fuertes sanciones por inobservancia y a la consecuente pérdida de reputación e imagen derivadas de ello.