La UNICA película que el cerebro pasa a la conciencia es lo que tiene la habilidad de "ver, escuchar, sentir".
Pero el cerebro -como estructura fisiológica - tiene la capacidad de percibir mucho más que esa película limitada que hace llegar a la conciencia.
Pero como seres humanos vemos SOLO lo que creemos que es posible. Por la forma como está conectado y diseñado neurológicamente nuestro cerebro.
El cerebro lo que hace es combinar patrones previos que ya existen dentro de él a través del "condicionamientos".
Una historia nos dice que los aborígenes americanos no pudieron ver las carabelas de Colón que llegaron hasta las costas del Caribe en el descubrimiento de América.
Se dice que no las podían ver ¡porque no tenían ese patrón en sus mentes!
Era tan diferente a todo lo que conocían que no las pudieron ver.
El chamán u hombre sabio de esa tribu veía solo el movimiento del agua del mar, las olas que formaban las carabelas, pero a las naves no las podía ver.
Día tras días las observó, hasta que se fue habituando a ellas, hasta que consiguió verlas.
Cuando lo hizo lo dio a conocer a los demás y como ellos confiaban en él, también lograron verlas.
El cerebro no distingue entre lo "imaginado" y lo "real". Es incapaz de distinguir entre lo que observa objetivamente y lo que recuerda o "imagina"
¿Cómo, entonces podemos ver el mundo que es REAL, si el cerebro -que tiene estas restricciones- es el que finalmente determina -de manera subjetiva- lo que es real y lo que es "imaginario" o intangible?
Nos han condicionado a creer que el mundo externo es más real que el mundo interno.
El nuevo modelo de la ciencia de la cuántica y de la neurociencia plantean exactamente lo contrario.
Nos dice: "Lo que ocurre dentro de nosotros creará lo que ocurre fuera de nosotros" ratificando un postulado milenario .
Antiguamente se pensaba. "Si pateo una roca y me lastimo un dedo ¡Eso es REAL!"
Pero hoy día se sabe que eso -el dolor físico- es solo una experiencia subjetiva cerebral y nada más. Y solo la percepción cerebral de la persona.
Dentro de un sueño igualmente podemos sentir dolor o que nos aplasta un peso gigantesco y nos asfixiamos.
Pero al despertar nos damos cuenta que solo era un sueño neurológicamente -cerebralmente- condicionado. No una prueba REAL de veracidad.
Al conectar un cerebro a una tomografía -o scanner- o tecnología computarizada y una persona mira un objeto ciertas zonas de su cerebro se van a iluminar.
Pero, luego -la misma persona conectada a la máquina- al cerrar sus ojos y SOLO imaginar el mismo objeto las mismas zonas vuelven a iluminarse o activarse como si REALMENTE estuviera mirando aquel objeto.
Estas pruebas de laboratorio han demostrado inequívocamente que el cerebro NO es capaz de distinguir neurológicamente lo real u objetivo; lo REALMENTE VISTO con aquello solo imaginado o recordado.
Las mismas redes neuronales se disparan y se conectan en ambos casos.
Esto despierta varias preguntas muy interesantes
Este artículo continúa en una segunda parte...