La urbe y los "obsequios" no deseados
No pretendo desprestigiar con este articulo la labor de la Alcaldía de Paris, ya que si bien es cierto que ha desarrollado mucho en materia de pistas para bicicletas, también es cierto que referente al consenso y consultación con los parisinos ha sido menos expedita.
Este texto es una invitación a la reflexión en cuanto al lugar que ocupa el arte urbano y a los aspectos relacionados con la elección del artista, la obra y el espacio. Esto es un tema delicado, podría afirmar que pocas esculturas urbanas poseen un verdadero dialogo con la ciudad.
Recientemente se instaló una escultura urbana concebida por el artista plástico Jeff Koons en uno de los jardines laterales de los Campos Elíseos, justo detrás del “Petit Palais” y muy cerca a la Estatua de Simón Bolívar. (Allí elaboré un proyecto de mejora de este monumento. Propuse la idea al gobierno venezolano durante el período presidencial de Caldera, al mismo tiempo que al Departamento de Monumentos históricos de Paris) - fue un verdadero challenge! -.
El valor de Koons como escultor, a pesar de la enorme maquinaria de comunicación que tiene detrás, no se puede negar. La escultura erigida, un bizarro regalo a Paris que la ciudad misma debía pagar la costosísima producción e instalación.
Entre otras cosas se puede discutir el lugar de emplazamiento, sin duda alguna el menos indicado para conmemorar la terrible masacre del Bataclan. El tamaño de la escultura es monumental sin que su volumen asemeje a un gran elefante en medio de un jardín. Los acabados más que baratos de la escultura no corresponden a la obra de Koons, artista reconocido por el brillo ultra metálico de sus piezas que asemejan figuras hechas con globos.
El regalo impuesto, más allá de lo extra-voluminoso es opaco, como si el tiempo ya hubiese pasado, una extraña impresión de un viejo carrusel de feria olvidado en medio de un majestuoso jardín.
Ya que estamos hablando de espacio Público, pienso que las esculturas urbanas deberían ser el objeto de un “concurso” basado en una curaduría inteligente y responsable, lo que quiere decir que pertenece a todos. Es terrible cuando somos sometidos a la presencia de obras tan poco nobles.
Carlos García García, realizó un Magister Scienciarium, cuyo trabajo de grado estuvo dedicado a los “Concursos urbanos en Paris, el proceso y elección de proyectos”, además obtuvo una Licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Paris VIII.