La utilidad de la filosofía
Desde el inicio de la insurrección en Chile y con mayor fuerza con la pandemia de Covid-19, todos hemos visto como nuestro futuro proyectado ha cambiado en pocos meses. Tanto aquellos que anhelaban una revolución del proletariado como aquellos que veían los brotes de tiempos mejores en la economía liberal, tuvieron que aceptar una realidad jamás prevista y que echó por la borda los sueños de todos. Detener la actividad humana para preservar vidas es algo que nunca se ha realizado a escala mundial de modo que nadie conoce a ciencia cierta los efectos ni las consecuencias. Desde la apuesta por una recuperación en "V" tan rápida como la caída hasta la entrada en una edad oscura marcada por guerras, hambrunas y caos, el futuro se desdibuja entre probabilidades.
Lo incierto y volátil del futuro representa una de las tres puntas del Triángulo de las Ilusiones que describí en mi libro "Vida Singular y el Triángulo de las Ilusiones" publicado en 2015. Toda la energía mental que podemos usar para vivir en un futuro proyectado se vuelve inútil cuando las probabilidades se ponen en contra. Y no se necesita una pandemia para poner este hecho en evidencia, basta con una simple enfermedad propia o ajena, un cambio de viento o un estornudo al otro lado del planeta para que todo nuestro mundo vacile. Y el Triángulo de las Ilusiones nos enseña también que anhelar un retorno al Pasado para volver a vivir feliz en él sólo nos alejará de la vida, al igual que ese Ego que hemos forjado en nuestra mente y cuya base - nuestro Pasado y nuestro Futuro - se ha vuelto coja. Lo que podemos experimentar a nivel personal en algún periodo de nuestra existencia, lo estamos probablemente viviendo ahora a escala mundial y humana. Chile, desde luego, ya no tiene el mismo rostro desde Octubre del año pasado y tampoco el mundo que conocíamos.
A la pregunta generalizada de saber si éste es el tiempo de volver a la filosofía para definir los rasgos de un nuevo mundo, mi respuesta es que siempre es tiempo de usar el pensamiento filosófico. Lo que magnifica este periodo turbulento e incierto son precisamente las preguntas fundamentales de la existencia, pero, en particular, todo lo relacionado al Ego y a la red de ilusiones que ha envuelto nuestras vidas mientras todo parecía andar bien...o casi. Podemos pensar en todo lo que hemos perdido y lamentarnos, pero podemos también aprovechar los acontecimientos forzosos para reevaluar lo que estamos viviendo, y esta vez, no como un iluminado que quiere salir del rebaño, sino en un contexto generalizado donde la calidad de la reflexión propia determinará la capacidad de encontrar un nuevo y mejor equilibrio. La filosofía no representa un remedio ni un recurso sanador de corto plazo. Sin duda alguna, muchos se iniciarán a la meditación, cantarán mantras, comentarán lo cool que es Spinoza o lo certero que siempre fue Nietszche, pero podría ser otro truco del Ego para nivelar la resaca y seguir de pie.
La utilidad de la filosofía me parece ser otra: Es un encuentro descarnado con la realidad, y por ende, un ejercicio indispensable para enfocar la energía vital. Desde lo trágico de una muerte segura y del olvido hasta los momentos grandiosos de la existencia, la vida despliega un abanico de emociones que nos pueden engañar, sea que la queramos evitar o que las queramos atesorar. La realidad que percibimos a través de nuestros sentidos e intelecto nunca será absoluta, sin embargo, siempre será más "real" que las ilusiones creadas por nuestra mente. Acercarnos a la realidad ha de ser gozoso, incluso en el dolor, porque se asemeja a la búsqueda de un tesoro, hecho de plenitud y de felicidad.
Y como muestra, un botón. Pensemos un momento en todas las cualidades que deberíamos tener para ser feliz "por libro": simpático, joven, guapo, fuerte, inteligente, asertivo, generoso, deportista, rico. Perfecto, con eso debería bastar...NO: Debo ser saludable, sin vicios, amar a los animales, tener tal o tal ascendencia, hablar con tal acento etc etc. Obviamente, no voy a seguir porque la lista es infinita y entendieron el punto. Reunir todas las cualidades que definirían supuestamente la felicidad, nunca la va a conseguir de modo que si gastamos toda nuestra energía en esa ilusión (formación del Ego), entonces la desperdiciamos irremediablemente. Aceptar la realidad y fluir con o en ella, constituye probablemente una mejor pista.
Consistente con lo escrito arriba, el tiempo ha llegado para mi de dedicarme un poco más a ese tema, de manera pública, sin dejar de lado mi trabajo ni la Cámara de Comercio Belgolux. He creado el concepto y el sitio web www.pointfulness.com. POINTFULNESS es la filosofía basada en mi libro y que llamo también La Teoría del Punto, la singularidad en la cual reside la Plenitud de la Conciencia de Ser, la vida singular despojada de las ilusiones. Es una filosofía práctica, centrada en la vida, sin revelaciones, recetas ni caminos que recorrer. Siempre fue el momento, ahora es el tiempo.