La verdad incómoda: mantener un edificio no es un gasto, es una inversión

La verdad incómoda: mantener un edificio no es un gasto, es una inversión

Querid@s, en Chile, parece que la batalla entre mantener los gastos comunes bajos y asegurar la calidad de vida en los edificios está más viva que nunca. Pero, como diría tu vecino que siempre paga atrasado: “lo barato sale caro”. Y si hablamos de edificios residenciales, los números no mienten: un buen mantenimiento puede alargar la vida útil de un edificio hasta los 50 años (¡sí, como un buen vino!).

¿Por qué la mantención es clave?

Un edificio no es solo cemento y ladrillos; es un ecosistema donde cada detalle importa. Cañerías, bombas de agua, seguridad, jardines y hasta esa piscina que nadie usa son piezas de un puzzle que, si no se cuidan, terminan convertidas en dolores de cabeza. Según Sebastian Fuenzalida , cofundador de #Bheed, la falta de mantenimiento no solo afecta el inmueble, sino también la calidad de vida de quienes lo habitan.

La realidad chilena: “¿mantención? Que lo arregle otro”

En Chile, mientras los edificios comerciales entienden la importancia del mantenimiento, en los residenciales muchos buscan recortar costos a como dé lugar. ¿El resultado? Jardines secos, grietas en las paredes, sistemas eléctricos dignos del siglo pasado y, claro, reparaciones futuras que cuestan más que el dividendo mensual. Porque sí, arreglar lo que ya se dañó siempre será más caro que prevenir el daño.

¿Cómo ayuda la tecnología?

Aquí es donde entra el verdadero héroe de esta historia: La tecnologia. Ya existen plataformas, como Bheed, que digitaliza todo el proceso de mantenimiento, no solo hace el trabajo más eficiente, sino que también asegura que cada proveedor haga lo que debe. Desde jardines hasta bombas de agua, todo pasa por un control riguroso. ¿El beneficio? Menos costos, más seguridad y cero excusas para dejar las cosas a medias.

En países como Estados Unidos o Europa, las leyes obligan a tener estándares de facility management. En Chile, no hay regulación todavía, pero Fuenzalida es claro: un país sísmico como el nuestro no puede darse el lujo de saltarse las mantenciones.

El problema de “esperar a que se rompa”

¿Sabías que reparar un sistema completo puede costar el doble que mantenerlo? En Santiago Centro, muchos edificios antiguos están pagando el precio de décadas sin mantenimiento. Y no hablamos solo de números; hablamos de seguridad.

¿Conclusión? La mantención es una disciplina, no un gasto.

Fuenzalida lo resume perfectamente: “La mejor medida preventiva es tener una buena disciplina de mantenimiento.” No solo alargas la vida útil de un edificio, también mejoras la experiencia de quienes lo habitan. Y, sinceramente, ¿quién no quiere vivir en un lugar seguro, cómodo y bien cuidado?

La plusvalía no es automática. Hay varios factores que influyen, y uno de ellos es como se mantiene el activo. Si no se cuida debidamente podría, incluso, no capitalizar la plusvalía que tiene el sector. Por eso es tan importante, también, tener una buena administración, buenos reglamentos de copropiedad, entre otros.

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