La vida es analógica
El mundo digital es apasionante y emocionante.
¿Sabes por qué?
Porque el 90% es el resultado de tu imaginación.
Quizás es duro de escucharlo/leerlo, pero es la verdad.
A veces asisto a eventos de emprendimiento, de marketing online o innovación y cada vez que lo hago no puedo dejar de pensar en esto:
Si todos estamos súper conectados, si somos verdaderos ciudadanos digitales, ¿por qué todavía necesitamos reunirnos en ese tipo de reuniones para hablar cara a cara?
La respuesta corta y directa:
porque la vida sigue siendo analógica.
En esas conversaciones cara a cara el 90% de la comunicación es no verbal. Realizamos un rápido escaneo: analizamos el cuerpo de nuestro interlocutor, cómo gesticula, la ropa que usa, sus expresiones faciales, su olor y un montón de pequeños detalles más que nos ayudan a decidir cómo asimilar las palabras que estás escuchando.
En Internet, las palabras son solo eso, palabras. Para tu cerebro, el mundo online es tan "seco" que no puedes tragarlo. Es entonces cuando comienzas a llenar todos esos agujeros con tu imaginación y te das cuenta que al final estás hablando con tus propios "fantasmas".
Creo que es justamente por eso que amamos tanto todo lo "digital": porque nos encantan las fantasías.
Como seres humanos conscientes de nosotros mismos, sabemos que una gran parte de cómo nos imaginamos (religiones, filosofía, psicología ...) son apenas teorías deficientes (y en ocasiones 100% erróneas) sobre cómo "funcionamos".
No somos Spock, no somos máquinas, no somos reyes del libre albedrío, somos mucho más flexibles, complejos y profundamente social de lo que pensábamos, así que si nos involucramos demasiado en esas "leyendas digitales" poco a poco iremos perdiendo esas chispas de creatividad y singularidad que nos convirtieron en lo que somos hoy.
La vida es analógica, y hacer cualquier analogía sobre ella será un desperdicio de tu tiempo y esfuerzo.