La vida me abre las puertas cuando yo asumo mi 50%
Cuando comienzo mis charlas sobre cómo alcanzar tus objetivos, considero relevante y necesario preguntar al inicio a los asistentes, ¿qué quieren llevarse del taller?, en muchos casos desean una pastilla mágica que cambie su modelos mentales tácticos, transformándolos automáticamente en modelos mentales estratégicos exitosos. El éxito es algo subjetivo y profundo, por ello, amerita una reflexión exclusiva, sin embargo, he detectado que hay un pensamiento repetitivo en las personas, referido a: “realmente asumo que tengo lo que me merezco”. Muchas personas van por la vida echándole a la culpa a sus padres (que hace años están muertos físicamente, obvio que no simbólicamente) o quejándose de que la vida ha sido injusta con ellos, que los amigos o el trabajo no los comprenden y si tuvieran la oportunidad, serían los más exitosos del mundo.
También, converso con personas que están en la búsqueda de alguien que les diga hacia qué punto deben dirigirse, cuál es el camino correcto, cómo deben solucionar sus problemas, es decir se encuentran en la búsqueda de un padre como cuando éramos niños, pero ya no somos niños físicamente, tal vez simbólicamente aún lo somos, y no está mal tener de niño, porque nos hace mirar la vida con creatividad y alegría. Lo que no es productivo, en tu vida, es recrear la parte de tu niñez, cuando dejabas las elecciones a tu padre, y con ello no asumías tu responsabilidad, es allí, cuando pierdes el timón de tu vida.
Para poder iniciar un cambio, necesito “interiorizar” que el lugar en el cual me encuentro es producto de mis pensamientos y resultado de mis conductas, lo primero que debo hacer , es reprogramar mis pensamientos, para luego generar emociones saludables y finalmente modelos mentales estratégicos que me permitan afrontar los problema de un modo más rico, este ciclo de cambio es un proceso continuo, y se puede lograr con diversas disciplinas, yo me inclino por el Coaching con PNL, por lo resultados que he visto obtener en mí y otros.
Si deseo embarcarme en este proceso de transformación, necesito asumir recorrer todo el camino, que implica años, no días, ¡ojo¡, la transformación es diferente al cambio, el cambio radica en mejorar un punto específico, la transformación implicar un reajuste transversal del ser humano en todos los campos, es por ello, que el 88% de los cambios fracasan, debido a que no tienen objetivos alineados a largo plazo y actúan tan solo como componente separados, es decir, si logro una maestría a costa de descuidar a mi familia, mi logro solo es un cambio, pero no forma parte de una transformación sostenible, en PNL le llaman la ecología del impacto, y es tan solo uno de los componentes para obtener equilibrio.
Si deseo un resultado positivo, primero debo saber quién soy, luego aceptar que áreas de mejorar, qué debo eliminar debido a que no resultó, y qué debo repetir al haberme resultado, son tres preguntas que debo responderme y apuntar sus respuestas en un papel, que sirva como insumo a mi plan de acción.
Yo asumo aprender, practicar, reflexionar, investigar, conocerme, desear, visualizar, ambicionar, como parte de buscar mis metas, los maestros, guías, gurús, padres, amigos, hermanos, colaboradores de trabajo, universidades, talleres, experiencias de vida, costumbres sociales, efectuarán su otro 50%. La vida me regala oportunidades, solo cuando acepto mis actos y hago mi parte. Transformarse implica tiempo, disciplina, esperanza y espiritualidad, dicho camino solo lo podré recorrer solo, dependerá de mi rodearme de generadores de felicidad y maestros de experiencias, ello, no me libera de recorrer el principio universal de la vida que es hacer mi 50%.