La Vida Pasa.

Un Tributo a Luis Mendez.

No sé por qué no tomamos esa selfie el día que nos vimos. Me acuerdo de tener el teléfono en la mano, estirarla a manera de selfie-stick y luego…..algo pasó. Creo que empezó a llover o llegó un vendedor ambulante a querer vender algo, pero no la tomamos. Y como siempre, pensamos que tendríamos muchas más ocasiones para tomar una cerveza y sacarnos fotos. Pensamos que la vida nos alcanzaría para eso. Nunca pensé que esa sería nuestra última reunión en persona. No puedo creer que ya no estés aquí.

Llevo varios días tratando de escribir esto. Los primeros días era imposible sentarme a pensar. No podía ni ver, porque llorar era lo único que podía hacer. Después, sentí que no te haría ninguna justicia escribiendo este post y sé que al final, no es justicia lo que quiero, es honrarte, tomarme unos minutos para recordarte y de alguna manera congelar el corto, pero muy significativo tiempo que pudimos coincidir en este capítulo de nuestra historia. Estarías cumpliendo un año en Twitch por estas fechas. Pero en una empresa en la que estamos construyendo una región de cero, tu impacto se hizo sentir rápidamente. No pasaste desapercibido. Ojalá lo supieras. Creo que sí te lo dije miles de veces: ¡¡Gracias por existir!! Entre mis pensamientos mágico-esotéricos, siento que la gente que se va sigue leyendo nuestros posts. Sobre todo, en los que los seguimos etiquetando. Entiendo la tontería, pero pues es mi post. Es mi ilusión. Cada quien sus cosas.

Hay varias reflexiones que ahora puedo aterrizar. Muchas tienen que ver con la experiencia de perder a un compañero de trabajo y de cómo este tema afecta a un equipo en general y cómo debería tratarse, pero otras son meramente reflexiones humanas. Sentí la necesidad de compartirlas para ver si a alguien le puede servir esto. Es un tema difícil de tratar, pero pues al final, es lo único que tenemos asegurado en cuanto nacemos. La vida no es eterna. El tiempo se nos va a acabar.

Aquí van mis pensamientos. No tienen ningún orden en particular:

1)      No todos tendrán el privilegio de vivir una larga vida. Seguir respirando hoy es algo que no voy a tomar a la ligera. Cada día es un regalo. Hasta cuando estamos pasándola mal.

2)      Toma las oportunidades como vienen. Toma esa foto, haz ese viaje, da ese abrazo. Me alegra saber que te agradecí siempre. Me encantaba hacerlo.

3)      Despídete siempre con cariño y saluda con entusiasmo. Hace una gran diferencia.

4)      Nadie se va a acordar de los problemas que resolviste, de la cantidad de pendientes que tenías en tu agenda o de los clientes que atendiste. La gente se acordará de la forma en la que te presentabas, de cómo los hiciste sentir, de cómo los trataste, de la energía que transmitías y del impacto que dejaste. Ocúpate de eso en cada zoom, en cada llamada, en cada reunión. Es tu legado. Eres 100% responsable de la energía que traes a cada minuto.

5)      El duelo es un sentimiento que muchas veces queremos pasar rápido, saltarnos o reprimir. Escuché recientemente que el duelo es amor no expresado hacia la persona que se fue. Sentirlo es una forma de seguir conectado a los que murieron. Está bien querer seguir conectado en diferentes formas y expresar ese amor con lágrimas.

6)      Perder a un compañero de trabajo provoca un impacto grupal e individual que es diferente para cada quién. Agradezco enormemente estar en un trabajo donde se respetan las emociones. Donde SER HUMANO es la norma. Donde se puede estar en una reunión donde se puede llorar, estar en silencio y solamente ESTAR. El duelo tiene no solo que respetarse, sino incitarse. Es un proceso. No se puede saltar.

7)      Si tienes gente a tu cargo que está afectada por la pérdida, se debe de establecer un periodo de duelo. Se tiene que SENTIR de manera grupal y se tiene que extender con la gente con la que interactúan de otras empresas. Hacer check-ins individuales y grupales es la mejor forma de tener un censo de cómo va avanzando este proceso, así puedes tener un termómetro de grupo y personal.

8)      Sonreir. Si hay algo que dejó huella de Luis fue su sonrisa. No recuerdo un momento donde no estuviera sonriendo. Es la mejor forma de cambiar el estado de ánimo propio y de terceros. La sonrisa es contagiosa y eso es lo único que debería convertirse en pandemia, gente que se cuelgue una sonrisa siempre y pueda contagiarla. En un mundo de cubre-bocas, necesitamos recordar las sonrisas que nos cambiaron los días y por eso, termino este post con una sonrisa y es así como decido honrar a Luis.

De nuevo: ¡Gracias Luis por existir! Sé que leerás esto.