¿A qué esperas?

5:30AM.

En la sala, esperando que me hagan el scan de mi rodilla.

A estas alturas no se si me operarán y si podré correr después.

Es natural pensar ahora que no debería haber tomado tantos riesgos. Que debía haber sido más conservador. Lo sé.

Muchos me lo recuerdan. Rápidamente me dicen que me advirtieron un sinnúmero de veces. Y percibo cómo sienten el placer de poseer la verdad al mismo tiempo que justifican su desidia.

Quizás… pero por ahí asoma ese beso al suelo de Huasca cuando terminé mi vuelta por las montañas. O ese abrazo de Mónica al final de mis primeros 15k, lo mismo que las decenas de paseos con ella.

Qué decir de las discusiones entre mis hijos cuando me acompañan en bici. Descubrir con ellos pueblos y ciudades que no conocía, o mejor aún, descubrir justo los que conocía.

Esos amigos descubiertos a la par de un trote suave y que están más locos que yo. Conversaciones con hermanos, o los llantos acompañados de mi madre.

Descubrir a esa gran hermana que es la naturaleza, pero que es madre e hija al mismo tiempo. Fuerte y delicada. Virgen y ultrajada. O ese cuerpo humano insignificante que tenemos, pero que asombra a escépticos cuando la voluntad florece y lo dirige.

He sido topo mil veces, pero también he sido águila. He corrido en infiernos y también bajo cero. He descubierto lo extraordinario en lo ordinario, como que los primeros tres kilómetros son más difíciles que los últimos tres. He empujado colegios enteros. Y algún día dejé atrás a un gordito que era yo mismo.

He aprendido que la vida se toma kilómetro a kilómetro. Que después de una subida, hay una bajada. Que no hay miedo que valga, solo el miedo a quedarse sentado en casa… el miedo a no tener los huevos de crear recuerdos.

Dicen en las carreras que no nos damos cuenta de la fuerza que tenemos hasta que enfrentamos nuestras grandes debilidades.

Así que llámame necio pero no cambiaría nada. Si aquí termina este viaje, te lo digo, volvería a hacerlo una y otra vez. Encontraré nuevos retos. 

Y esta es la última lección: puede ser que no pueda volver a correr. Pero tú, ¿qué vas a hacer que te duela tanto si lo tienes que dejar? ¿Qué va a ser aquello de lo que nunca te arrepientas? ¿A qué esperas?

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