¿La vieja escuela sobrevivirá a internet?
De Juan Domingo Farnos
La pregunta es capciosa, por supuesto, a lo mejor la premisa equivocada: muchos afirman que la ESCUELA será la única que podrá ordenar las cosas, los aprendizajes etc...Lo que no entienden es que esta época no es precisamente de esto, de orden, de homogeneidad, de certidumbre, si no precisamente de todo lo contrario.
No se trata que sobreviva o no, si no que será otra cosa, que esta sociedad no la quiere para que haga lo mismo que viene haciendo hasta ahora, que esto ya no sirve, que el presente y el futuro ya es otra cosa....
“La educación vive un momento disruptivo, de cambio de época, con nuevos roles y modos de aprendizaje, donde la eduación abierta, inclusiva y ubicua, etc...convierte a los alumnos en protagonistas del proceso”, dijo a IPS el investigador y profesor Juan Domingo Farnós, evangelizador de la web 2.0.
JUAN DOMINGO FARNÓS: La educación formal, reglada, se mantiene con un modelo del siglo XX. Pero esto con las tecnologías actuales es inviable, porque los aprendices cambiaron. Antes éramos sujetos pasivos, consumidores de información y formación; ahora son activos, miran a los profesores a la cara.
Eso significa que desean aportar, no solo escuchar, pues tienen propuestas, que quieren que se tengan en cuenta, que sienten importantes. No se conforman con lo que el docente ofrece y quiere que aprendan desde un estrato superior.
Las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) convirtieron a los aprendices en “prosumidores” (productores y consumidores a la vez) y están consiguiendo incluso que pasen de ser protagonistas a ser los responsables de su educación.
En el siglo XX, los responsables eran los docentes. Ahora, su rol cambia de profesores a facilitadores. No pierden importancia; la tienen y mucha. Pero adquieren otro rol.
El sistema educativo y la comunidad, incluida la familia, son nichos de aprendizaje, y debemos entender que toda la base educativa, dentro y fuera de las aulas, se fundamenta en los aprendices, que son ahora los responsables de lo que hagan.
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JDF: Educación sin innovación no es educación, esta premisa es clara. Si no se innova, educar pierde su sentido. Pero, al mismo tiempo, educar es poder, es control, así que hay mucha resistencia a ceder ese control, sobre todo en los docentes.
Pero llegará un momento en que la propia sociedad nos va a empujar, y los que más los aprendices. Los niños han nacido con la tecnología, no solo como herramienta, sino con la metodología que conlleva, y tenemos que adaptarnos a eso.
Los centros de enseñanza no lo están haciendo, las reformas educativas tampoco.
La educación formal (en las aulas) se mantiene en una rigidez predigital, empaquetada, con objetivos y competencias preestablecidos, con currículos impuestos y estandarizados, cuando todo nos lleva a una educación “a la carta”, adaptada a las necesidades de cada aprendiz.
Por eso, la gente termina por aprender más en el sistema no formal (colateral a las aulas) o informal (ajeno a las aulas). Pero sus diferencias se van a diluir y hay que sumar ahora los no lugares, los espacios ubicuos de aprendizaje no regulados, por Internet.
Del proceso, emergerá un aprendizaje inclusivo, a la carta, adaptado a cada persona, y permanente.
JDF: Las tecnologías están para quitar las brechas, pero para ello deben ser accesibles. Eso es primordial. Antes la educación era un derecho, ahora las tecnologías también son un derecho, o deben serlo. La culpa de que un indígena peruano, por ejemplo, no tenga acceso, es del Estado, y debe subsanarlo.
Todo tiene dos caras. Hay una parte de brecha y otra de acortamiento. Pero al final del camino, no se hablará de tecnologías. Llegará un momento, y no va a tardar, en que las tecnologías van a estar dentro de nosotros, y no vamos a hablar de brechas o de resistencias. Será algo natural a las personas.
Juandon