Larga vida al aprendizaje para toda la vida

Los que nos dedicamos a la educación estamos de enhorabuena. Numerosos estudios apuntan que la velocidad de los cambios tecnológicos y la aceleración con la que evoluciona el mundo del trabajo y la sociedad requerirán que nos formemos constantemente y para toda la vida.

En nuestro sector de la formación en dirección de empresas estamos doblemente convencidos: sabemos que las compañías y emprendedores que prosperan se caracterizan por su capacidad de renovación constante, basada en el desarrollo continuo del talento. Y que todo comienza con una formación sólida, capaz de desarrollar el pensamiento crítico y la capacidad de análisis, así como los hábitos y valores que nos capacitan para seguir creciendo a lo largo del tiempo.

Pero para afrontar lo que nos depara el futuro del trabajo, ya no bastará con actualizar periódicamente las habilidades que cultivamos en nuestra juventud. Tendremos que pasar a una mentalidad --y una práctica-- de aprendizaje que se extenderá durante toda la vida.

Es el denominado Life Long Learning (LLL), un enfoque educativo que, apoyándose en la tecnología y en los nuevos hábitos de consumo de los individuos, responde a la realidad de cambio incesante y a los momentos personales de aprendizaje, profesional o vital.

MUY PERSONAL. El LLL supone una evolución de la formación tradicional, hasta ahora basada en itinerarios pedagógicos diseñados de manera común, hacia unos itinerarios de aprendizaje más personalizados. Esto conllevará un aumento considerable de la oferta de formación disponible, con lo que las instituciones educativas tendremos el reto de conocer bien las necesidades de cada individuo y orientarles hacia el tipo de formación que necesitarán en cada momento de su desarrollo profesional. Algunas veces estarán estructuradas y se corresponderán con un conjunto de conocimientos como los que hoy componen un curso –por ejemplo, los rudimentos de las finanzas corporativas— pero otras veces serán necesidades más específicas o puntuales –como aprender a leer un balance o preparar un pitch para unos inversores--. El LLL debería ser capaz de resolver estos distintos niveles de profundidad e inmediatez.

DIGITAL… O NO. El Life-Long Learning se suma con fuerza a la tendencia del consumo de contenidos bajo demanda, pero eso no significa que todo el aprendizaje continuo tenga que hacerse de forma digital.

La verdadera potencia del LLL llegará cuándo aprovechemos todo el poder de la inteligencia artificial y del big data para curar contenidos y resolver individualmente toda la casuística de necesidades formativas que podría afrontar cada individuo a lo largo de su vida.

Los algoritmos ya son capaces de identificar con bastante precisión carencias en un currículo en un proceso de selección, ¿por qué no aprovechar el potencial de esta misma tecnología para ir más allá y empezar a sugerir formaciones en habilidades para el próximo reto profesional? Las recomendaciones podrían venir en un amplio espectro de modalidades: desde las totalmente virtuales y enlatadas, pensadas para el aprendizaje individual asíncrono, hasta las totalmente presenciales e individualizadas, como las sesiones de coaching o la discusión junto a otros peers en un foro sectorial.

APRENDIZAJE MULTI-FORMATO. En este nuevo entorno, la formación reglada clásica representada por programas tradicionalmente más largos y estructurados, continuará teniendo un papel clave en el desarrollo de los pilares de la formación ejecutiva y profesional. A su vez, ésta convivirá con otros formatos, muchas veces más breves o compactados, orientados a necesidades concretas o puntuales según el momento vital. El éxito del LLL reside en esta convivencia de formatos y en ser capaces de diseñar planes concretos sobre cuándo y qué conviene aprender en cada momento. Por ejemplo, no precisará lo mismo una persona que está en el inicio de su carrera profesional que un directivo consolidado, o una persona que se inicia en un sector que otra que cambia de rol dentro de una misma empresa, como tampoco querremos el mismo tipo de soluciones formativas cuando estemos viajando que cuando tengamos la posibilidad de reunirnos con otras personas.

Como todos los grandes cambios que ha traído consigo la transformación digital, el LifeLong Learning requerirá un tiempo para que todos –instituciones educativas, proveedores, plataformas y hasta los propios aprendices—nos pongamos al día.

Sea como sea, el LLL ha venido para convivir con la formación tradicional y enriquecerla. Pero también para quedarse. ¡Larga vida al life-long-learning!