Las 10 enseñanzas de mi confinamiento

Descubrí hace poco la película del emblemático cineasta francés Claude Lelouch “La Virtud de los Imponderables” que narra cómo un acontecimiento por muy dramático que parezca deja siempre consecuencias positivas. Aún con la espada de Damocles en nuestras cabezas, el corazón encogido recordando a personas sufriendo en primera persona, 2020 habrá sido el año en el cual VUCA haya pasado del dominio conceptual a una realidad desconcertante…

Empecé el año 2020 como muchos, en contacto con homólogos o colaboradores de distintos países, entre ellos chinos, comentando la inédita situación de este lejano país sin la menor capacidad de relacionar lo que veía con una posible amenaza. A medida que la amenaza se acercaba, recuerdo mi incapacidad a sentirme amenazada, una semana antes del inicio del estado de alarma me encontraba, dichosa coincidencia, en Barcelona en un retiro guiado por Vimalasara cuyo tema central era el cultivo de la compasión. La “compasión” (“com” acompañar, “passion” el sufrimiento) no es este sentimiento condescendiente que figura en la RAE, sino nuestra capacidad intrínseca, el coraje de acercarse al sufrimiento y la motivación de aliviarlo , lo que ha animado a tantas personas en los últimos meses. Es una capacidad que todos tenemos, aunque el modo de vida de la época moderna haya inclinado las mentes colectivas más hacia el instinto tribal y el individualismo.

Quizá por el momento vital al que mi trayectoria me ha llevado, quizá por el trabajo muy reciente de las horas de meditación, me tomé muy en serio las alegaciones de Thich Nhat Hanh desde el inicio del confinamiento, una vez el estado de sideración vencido:  

La vida nos invita a detenernos, a tomar contacto con nuestro mundo interior, a hacernos responsables, a priorizar lo que es necesario, vital, a madurar. 

Una oportunidad para sanar. 

Detenerse, serenarse y descansar son las condiciones previas para la curación. 

Si no podemos detenernos, el curso de nuestra destrucción seguirá en marcha. 

El mundo necesita curarse. Los individuos, las comunidades y las naciones lo necesitan también.

Aun consciente de las distintas etapas por las cuales he pasado semana tras semana, enormemente agradecida y sintiendo la suerte que me ha acompañado, quiero recordar esta experiencia y las enseñanzas que me ha dejado:

1- Ver y vivir más allá de la Ilusión:  

En un abrir y cerrar los ojos, todas nuestras “historias” y las “historias” construidas por los sistemas se han desvanecidas, todos los “no se puede hacer”, “es imposible” han dejado lugar a nuevas posibilidades, ensanchando nuestro imaginario y ofreciéndonos la primera página en blanco de un nuevo libro que escribir.

No podemos solucionar los problemas desde la misma mente que los creó, para ello es imprescindible tomar consciencia de nuestras historias y atrevernos a “soltarlas”…

2- Aceptar las resistencias: 

El tsunami de emociones que ha supuesto perder una forma de vivir, una forma de ver las cosas, hasta una forma de pensar ha desencadenado forzosamente tensiones, resistencias, contracciones … Prestar atención, ver, reconocer, conocer , estar en contacto con estas resistencias permite disolverlas y ganar en resiliencia. Por mucho que conocía esta dinámica, experimentada repetidamente en la práctica meditativa, la magnitud de la situación me recordó que somos eternos aprendices!

3- No resistirse:  

Aceptar las resistencias internas no exime recordar que a la Vida no se la puede controlar:

Permitir

A la vida no se la puede controlar.

Trata de acorralar a un rayo, o de dominar a un tornado.

Detén a un río y creará un nuevo cauce.

Resiste y la marea te hará caer.

Permite y la gracia te aupará a un nivel superior.

La única seguridad reside en dejar entrar a todo:

lo salvaje y lo débil; el miedo,

las fantasías, los fracasos y el éxito.

Cuando la pérdida arranca las puertas del corazón,

o la tristeza encubre tu visión con desesperanza,

La práctica consiste sencillamente en soportar la verdad.

Si escoges abandonar tu forma conocida de ser,

Todo el mundo se revela ante tus ojos nuevos.

Poema «Permitir» (Allow) de Danna Faulds

4- Perder la culpabilidad: 

Pablo d’Ors en su Biografía del silencio, habla de la ideología del altruismo que se ha colado en nuestras mentes occidentales. ¿Quién no ha sentido este sentimiento, “no hago lo suficiente”? 

El sentimiento de culpa está muy presente en nuestra cultura independientemente de la educación recibida. “Al contrario, en el budismo zen, parece muy claro que el mejor modo de ayudar a los demás es siendo uno mismo, saber qué es mejor para el otro, es por no decir imposible y creer que uno puede ayudar es casi siempre una presunción” prosigue el sacerdote.

5- Bajar el nivel de preocupación hacia lo político y económico:

Recuerdo las palabras del Dr. Alan Wallace, el único y verdadero punto de partida empieza en uno mismo, sólo podemos cambiarnos.

Por muy desagradable o preocupante sea el discurso político o la situación económica, sólo podemos actuar desde nuestro círculo de influencias (retomando uno de los principios de S. Covey ), por eso conviene liberarse de la influencia de los medios de comunicación y tener un consumo muy consciente de las informaciones que damos a nuestro mental...

6- Ganar en humor, ligereza:

¡Cuánta creatividad y humor han circulado en las redes sociales durante el confinamiento, todos los que dudan del poder de la cultura o centran su atención en lo que es meramente productivo, que se paren a pensar que sería de nuestra vida sin cultura ni entretenimiento…

7- cultivar la perspectiva y tomar distancia 

Matthieu Ricard denominado por los científicos como el hombre más feliz del mundo no tiene ninguna pertenencia, ¿cuánto podemos aprender si soltamos las preocupaciones sobre el futuro y las construcciones mentales desarrolladas con nuestras creencias basadas en el pasado?

8- Afinar la intuición 

Sabemos desde hace unas pocas décadas que el sistema neurológico no se centra únicamente en el cerebro, tenemos neuronas en el intestino y en el corazón. Los trabajos de Annie Marquier al respecto nos recuerdan que el circuito de las neuronas del corazón es el primero en tratar la información antes de pasar por el cerebro de la cabeza… Una vez que tomamos conciencia de las historias y el ruido mental, afinar la intuición en definitiva no es más que escuchar detenidamente lo que el corazón tiene como mensaje.

¿Cuántas veces te has dicho, ¡lo sabía!?

9 - Conectar con sus sueños

¿Qué significa vivir?

¿Vamos a desperdiciar esta única y salvaje vida? pregunta la poetisa Mary Oliver

Deja de preguntarte lo que quieres hacer y centra tu atención en lo que tiene sentido para ti en este momento!

10 - Practica, practica, practica…

Mindfulness significa recordar.

¿Cuántos momentos volvemos a zambullirnos en las historias que nos hemos contado? a sufrir por nuestras las resistencias? a querer controlar la vida? a sentirnos culpables? a perder energía en indignarnos pero sin hacer realmente algo al respecto? a perder el sentido del humor? Cuántas ocasiones desperdiciamos dando más crédito a los pensamientos de la cabeza que a los impulsos del corazón?

¡Cuidado! No hay más VUCA que la memoria humana!

Por eso, te invito a recordar y cultivar tu mente del mismo modo que cultivas un cuerpo sano, te invito a recordar y sobre todo a saturar tu mente de la consciencia de lo extraordinario de estar vivo!