Las casas de la "nueva normalidad'​ se blindan frente al coronavirus

Las casas de la "nueva normalidad' se blindan frente al coronavirus

Crece el interés por materiales y construcciones a prueba de peligros biológicos

Al llegar a casa, el Ministerio de Sanidad recomienda dejar cerca de la puerta todo aquello que no vaya a necesitarse, impidiendo así que un objeto contaminado lleve el coronavirus al interior. No siempre es fácil aislar esa zona de riesgo del resto de la vivienda pero, ¿qué sucedería si la casa estuviera diseñada pensando en dicha posibilidad? La arquitectura siempre ha intentado buscar soluciones a los problemas que se plantean en la sociedad, por lo que los arquitectos del mañana ya piensan en las sucesivas e inevitables amenazas biológicas.

La economía, el crecimiento de la población o la sanidad han llevado a cambios en la concepción de las viviendas y las urbes en el pasado. Hasta 1787 los muertos se enterraban en las iglesias, pero Carlos III lo prohibió y dictaminó que debían construirse cementerios para albergar los cuerpos de los difuntos fuera de las poblaciones y en sitios ventilados, con la intención de evitar el olor de los cadáveres y las epidemias. En el siglo XIX, Barcelona mejoró sus insalubres condiciones con la planificación del barrio del ensanche fuera del espacio intramuros en el que las viviendas tuvieran luz y ventilación, con patios interiores.

La revista especializada eVolo Magazine ha sabido leer esta necesidad de que la arquitectura contemple nuevas situaciones. El premio que concede anualmente a un rascacielos ha sido para la Epidemic Babel, diseñada por los arquitectos chinos D Lee, Gavin Shen y Weiyuan Xu. Se trata de un edificio pensado como respuesta a una pandemia (en la que es clave el tiempo de reacción y de construcción). Cuenta con un marco de acero en el que los responsables médicos deciden qué elementos, en forma de cajas o contenedores prefabricados, es preciso incluir. Así, el edificio podría estar listo en menos de una semana y a muy bajo coste.

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En viviendas también se ha visto ya algún cambio de tendencias. En el portal inmobiliario Idealista, la búsqueda de casas con balcón, terraza y sobre todo jardín creció un 40% desde el inicio del confinamiento (el 7,9% de los hogares españoles reside en una vivienda interior, según la web). También se ha reducido la búsqueda de casas en capitales de provincia y ciudades medianas: de un 44% antes del confinamiento a un 38,8% después de que la población se haya visto obligada a pasar mucho más tiempo en casa. Esto indica que, en el caso de que se produzca una situación similar en el futuro, la gente preferiría estar en una zona menos céntrica (o municipios más pequeños) a cambio de tener más espacios abiertos al exterior.

Por su parte, el arquitecto Alex Wyzhevsky (Modern House Bureau) ha presentado una vivienda preparada para resistir amenazas externas: una especie de búnker contra peligros pandémicos. CyberHouse, como se llama este proyecto, es una residencia de 1.370 metros cuadrados compuesta por dos edificios: el primero de ellos tiene un garaje, una unidad de servicios y un área de invitados y el segundo es el área residencial, en distintos niveles. Se entraría a la vivienda por una esclusa y la persona sería rociada con compuestos que eliminarían cualquier peligro biológico o nuclear. CyberHouse estaría construida en hormigón monolítico, acero resistente y vidrio a prueba de balas.

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Y es que los cambios de construcción pueden afectar tanto a la estructura de las casas como a los materiales utilizados, haciendo que se recuperen algunos en desuso desde hace décadas, como la plata o el cobre. En este último, según un artículo de la Universidad de California en Los Ángeles (EE.UU.), el Covid-19 solo permanece activo 4 horas (frente a los 3 días que resiste el virus sobre plástico o acero inoxidable). También es probable que se utilicen materiales antibacterianos, aunque en el caso de un virus como el actual no se ha demostrado su utilidad. Algunos ejemplos son los grifos que el grupo Presto ha lanzado al mercado, con nanopartículas de plata que evitan la proliferación de bacterias; o el Krion, un material compuesto por minerales naturales y resinas que se utiliza, sobre todo, en instalaciones sanitarias y hoteles. Con él se fabrican superficies continuas, sin juntas o esquinas en las que puedan acumularse microorganismos contaminantes.

Incluso la decoración puede verse alterada por la emergencia sanitaria actual, ya que los espacios deberán ser polivalentes si el teletrabajo se mantiene o vuelve a ser necesario en un futuro. La pandemia también podría suponer un despegue para la automatización de los hogares, ya que evita el contacto humano con objetos como grifos o interruptores. Todo gracias al internet de las cosas y a los asistentes virtuales, que nos permiten controlar múltiples dispositivos con la voz: puertas, ventanas, bombillas, electrodomésticos e incluso cerraduras. Igualmente, en los espacios púbicos serán habituales los ascensores activados por voz, los interruptores 'manos libres' y las puertas de despachos o habitaciones de hotel controladas mediante el móvil.

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fyi

SARA BORONDO

Martes, 2 junio 2020, 22:19

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