Las ciberamenazas que desafían tu cibertranquilidad
Cuando hablamos de ciberamenazas, se abarca un amplio abanico de acciones, disrupciones o manipulaciones maliciosas caracterizadas por su diversidad, capacidades y motivaciones, y tal como especifica la Estrategia Nacional de Seguridad de 2019, afectan a la práctica totalidad de los ámbitos de la Seguridad Nacional, como son la Defensa Nacional, la seguridad económica o la protección de las infraestructuras críticas, entre otros, y no distinguen fronteras.
Esta definición tan amplia exige que «se afronten con una perspectiva integral que englobe a la Administración Pública, los sectores público y privado y la sociedad en su conjunto, pues puede tener implicaciones en aspectos tan diversos como la soberanía, los derechos fundamentales, la defensa, la economía y el desarrollo tecnológico».
No existe una clasificación estricta de las ciberamenazas y su prevalencia difiere año tras año, mostrando una gran dependencia en las circunstancias políticas, sociales y económicas de la actualidad. Podríamos clasificarlas según su intencionalidad, desde una perspectiva puramente tecnológica o según el tipo de ataque.
Por suerte, la proliferación de estas actividades maliciosas ha forzado la aparición de una nueva disciplina denominada Threat Intelligence o Inteligencia de Amenazas, responsable de monitorizar y documentar de forma colaborativa la actividad de estos grupos.
En primera instancia, es posible hablar de actores estatales y no estatales (que culminan en forma de Amenazas Persistentes Avanzadas) o actores internos. Estas amenazas utilizan técnicas de hacking sofisticadas para acceder a sistemas de alto valor, con motivaciones económicas, políticas o sin motivación clara. Desde esta perspectiva, hablaríamos de:
Los ataques con mayor prevalencia dependen en gran medida de la región. Europa es la segunda región más atacada del mundo, recibiendo en 2021 el 24% de los ataques analizados (IBM X-Force Threat Intelligence Index 2021).
“Solo el 8% de las organizaciones que pagan el rescate recuperan la totalidad de sus datos”
Fuente: Sophos
“Durante nueve meses entre 2013 y 2014, los operadores del Ransomware CryptoLocker obtuvieron 3 millones de dólares de beneficio. En 2020, el pago medio al grupo criminal Maze por víctima era de 4.8 millones de dólares.”
Fuente: SecureWorks
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Fuente: Chainalysis
Los ataques de secuestro de datos o Ransomware, tanto en su versión clásica como en la cada vez más habitual de doble extorsión (cifrado y publicación de datos robados) mantienen la primera posición, concretamente el 26% de los incidentes analizados por el equipo de X-Force.
En segundo lugar, aparece el acceso no autorizado a servidores (12%), seguido por el robo de datos (10%), malas configuraciones (8%), actores internos maliciosos (6%), fraude (6%) y BEC o Compromiso de Email Corporativo (5.9%).
La explotación de vulnerabilidades ha sido el principal vector de infección contra organizaciones en Europa, responsable del 46% de los incidentes analizados y seguido por phishing, con el 42%.
Según la Agencia Europea de la Seguridad de las Redes y de la Información (ENISA) las principales amenazas identificadas entre abril de 2020 y julio de 2021 incluyen:
Sectores más afectados según número de incidentes (Abril, 2020 – Julio, 2021) – p.14, ENISA Threat Landscape Report
La información es el activo más valioso en cualquier organización. No solo por su posible carácter sensible y las consecuencias del tratamiento en manos maliciosas – sin datos, es imposible asegurar la continuidad de los procesos de negocio. Las consecuencias de las brechas de datos y las fugas de información pueden ser devastadoras y no se limitan al parón operativo, el valor de la empresa y su reputación puede desaparecer en cuestión de días.
Si bien el Ransomware no es el único riesgo al que se enfrentan las grandes y pequeñas organizaciones, la exfiltración de datos es casi siempre el fin último de los ataques avanzados independientemente a su motivación. Así, según explica el Informe de Respuesta a Incidentes de Brechas de Datos de Verizon de 2020:
Estas estadísticas confirman que las organizaciones están obligadas a conocer estas amenazas y defender su infraestructura, operatividad y recursos humanos.