Las emociones y la evaluación como parte del proceso de aprendizaje

Las emociones y la evaluación como parte del proceso de aprendizaje

Comienza noviembre y el proceso de evaluación empieza a hacerse más presente en las aulas. Los estudiantes suelen preocuparse por temor a lo que sucederá si no les va bien. ¿Cómo impactan las emociones en los/as niños/as en la evaluación del proceso de aprendizaje?¿ Por qué los estudiantes viven esta experiencia con nervios?

En todo proceso de aprendizaje es necesario que la evaluación se realice para evidenciar que han aprendido, pero debemos revisar el cómo los docentes evalúan esos contenidos. Los profesores saben que una buena evaluación puede ser una aliada para que los estudiantes se vinculen con el conocimiento. Para ello, es necesario reflexionar y pensar en las diferentes estrategias que podemos utilizar para que la evaluación sea un instrumento que genere aprendizaje significativo y así potenciar la autonomía de los estudiantes.

Los estudiantes no son advertidos de la importancia que tiene el reflexionar sobre sus propios saberes y la forma en que se producen, no solo los conocimientos sino también el aprendizaje. Esto nos lleva a pensar en la necesidad de considerar los elementos del metacognición (aprender a aprender), siendo esta un habilidad propia del ser humano y la que permite lograr hacer efectivos las metas de aprendizaje en la vida misma.

¿Qué es la metacognición?

La metacognición se refiere al conocimiento, al control y naturaleza de los procesos de aprendizaje, tomando conciencia de los mismos. El aprendizaje metacognitivo puede ser desarrollado mediante experiencias de aprendizaje adecuadas, y a través de pedagogías disruptivas que movilicen las estructuras didácticas para lograr un nivel más alineado con las exigencias del contexto actual.

¿Sabemos cómo ayudar a nuestros estudiantes a construir mejores modelos mentales que le permitan hacer efectivo el conocimiento que van construyendo y codificando en los encuentros educativos? Todo ser humano tiene que enfrentar los problemas que surjan con sus propias herramientas de razonamiento, pero si se relacionan con un docente que los acompañe con estrategias motivadoras, logrará establecer premisas que definan su trayectoria escolar con metas de aprendizaje, que cada vez que se logren postularán el valor de sus propios alcances.

Muchos docentes llegan a las aulas con la creencia de que la única forma de enseñar es mediante las clases expositivas. Seguramente ese pudo haber sido el único modelo que tuvieron en su propia trayectoria escolar. Le llevará un tiempo y práctica aprender que actualmente existen estrategias derivadas de la metacognición que ayudan a los estudiantes mucho más que las clases teóricas expositivas, pero no es imposible lograrlo.

El aprendizaje colaborativo y la cultura del pensamiento

El aprendizaje colaborativo es de vital importancia, ya que son los equipos de trabajo y no los individuos los que deben tomar las decisiones en las organizaciones modernas. Por eso es importante tenerlo en cuenta a la hora de diseñar las didácticas que se utilizarán en una clase y en el proceso de evaluación.

María Lorena Vaccher, especialista en Educación, expresa que los docentes tenemos la responsabilidad de acompañar a los estudiantes en el proceso de aprendizaje, invitándolos a reflexionar si les resultó difícil o no una actividad, que vean los logros de su recorrido y cómo fueron sorteando los obstáculos que se le presentaron. Sugiere trabajar con rutinas de pensamiento que sean sostenidas en el tiempo con el objetivo de involucrar intelectualmente a los estudiantes para que sean conscientes de lo que han aprendido, contando y escribiendo lo que van entendiendo. De este modo, haciendo visible el aprendizaje van construyendo en la escuela la cultura del pensamiento.

Las rutinas ayudan a desarrollar hábitos que en el correr de los días van cobrando sentido en las aulas. La especialista Vaccher menciona que es importante construir un clima de confianza, creando entornos seguros donde el diálogo y la retroalimentación a través de las diferentes herramientas como las listas de cotejo, las rúbricas o los portfolios les permite tener registro de la evidencia del aprendizaje garantizando tranquilidad a los protagonistas del aprendizaje.

Las emociones y la evaluación en el aprendizaje

Las emociones influyen en el que enseña y en el que aprende. Nos acordamos de lo que hemos vivido con emoción. Expresa que es importante despertar la curiosidad para sostener el interés con actividades potentes y que ellos mismos vayan autoevaluándose, coevaluándose y la evaluación se convierta en una oportunidad, como dice Rebeca Anijovich. Porque la evaluación, para los estudiantes y docentes, se convierte en un proceso que pone en juego los saberes, se visibilizan los logros y se reconocen las debilidades y fortalezas en el proceso de aprendizaje. La evaluación puede ser entendida como la posibilidad de terminar de entender el tema, expresando lo que entendieron, consultando y aprendiendo del error.

Para ello, es necesario crear entornos seguros, diseñar evaluaciones auténticas que planteen desafíos y oportunidades para los docentes, donde las emociones cumplen un rol fundamental en este proceso. Abordar estrategias de metacognición para adecuarlas al contexto en se encuentran los docentes para que la calificación no se convierta en certificar si un alumno aprueba a no una materia o si pasa de año. Ya que la evaluación es tan potente para la vida escolar que hoy, más que nunca, es una buena oportunidad para innovar y resignificar a la evaluación para motivar a los estudiantes a aprender toda la vida.

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