Las emociones y las redes sociales: Un equilibrio necesario
Las redes sociales han transformado la forma en que nos comunicamos, trabajamos y vivimos. Para muchos, se han convertido en una plataforma para expresar emociones, compartir logros o desahogarse. Sin embargo, con el tiempo he aprendido a no depender de ellas para regular mis emociones. A medida que he profundizado en su uso y su impacto, me he dado cuenta de la importancia de gestionarlas de forma consciente, sin dejar que influyan directamente en mi bienestar emocional.
Estudios han demostrado que el uso excesivo de redes sociales puede impactar negativamente en nuestra salud mental. Un informe de la Royal Society for Public Health del Reino Unido reveló que plataformas como Instagram y Facebook están vinculadas a mayores niveles de ansiedad, depresión y soledad, especialmente en los jóvenes. De hecho, el 70% de los usuarios sienten que deben estar constantemente conectados, lo que puede aumentar el estrés y la presión social.
Personalmente, he conocido personas maravillosas a través de las redes sociales, y valoro el poder que tienen para crear conexiones y fortalecer relaciones profesionales. No obstante, cuando se trata de gestionar mis emociones, prefiero acudir a otras herramientas más saludables y efectivas. En lugar de volcar mis sentimientos en una publicación o buscar validación externa, opto por actividades que realmente me reconfortan: una llamada a una amiga, una conversación con mis hermanos, caminar al aire libre, meditar o, si es necesario, hablar con un terapeuta.
Encontrar un equilibrio es clave. Las redes sociales no tienen que ser una fuente de estrés si las usamos con moderación y conciencia. Es fundamental desconectar a veces para reconectar con nuestras emociones de una manera más personal. Al priorizar nuestro bienestar emocional fuera del mundo digital, podemos usar las redes de manera más saludable, evitando que definan cómo nos sentimos o cómo vemos nuestra vida.
El desafío está en encontrar ese punto medio: usar las redes para fortalecer lazos y compartir momentos importantes, pero no para regular nuestras emociones o buscar aprobación constante. Las redes son una herramienta, pero el verdadero trabajo emocional se realiza fuera de la pantalla, en las conexiones reales y las actividades que nos llenan de paz y propósito.
Recomendado por LinkedIn
Hasta la próxima,
#TereMontes
P.S. Este es el noveno artículo de mi serie de escritos en 2024. ¡Espero que disfruten de esta serie tanto como yo disfruto escribirla!