¿Yo, un workaholic? Descubre algunos puntos sobre esta adicción

Puede ser tan silencioso y tan invisible. No nos percatamos en qué momento nuestros días son dedicados devotamente hacia nuestros trabajos, desplazando a nuestras familias, vidas personales y amistades; a cambio de amplios reconocimientos, ascensos y nuevos desafíos.

Y si, la adicción al trabajo es un mal que nos hace ver lo suficientemente productivos ante los demás, por no decir que nos engaña a nosotros mismos en primer lugar. Llega a ocultar muchos motivos y factores personales que necesitan ser examinados y tratados si no queremos llegar a afectar a quienes más amamos. 

Estos efectos pueden llegar a diferentes áreas de nuestras vidas, comenzando por el “detonante”, que es el trabajo. Y aunque suene contradictorio, en cierto punto, la adicción puede generar un descenso en los niveles de rendimiento, incapacitando a la persona de poder cumplir los objetivos planteados. 

Otro efecto es en nuestro estado de salud, lo que puede provocar enfermedades cardiovasculares, ansiedad, falta de autoestima, insomnio e incluso podría crear la tendencia y dependencia al consumo de sustancias tóxicas. 

A nivel social, el workaholic no puede disfrutar los tiempos de ocio, además llega a tener irritabilidad y desconfianza en sus círculos cercanos. A nivel sentimental no logra establecer vínculos afectivos profundos ni relaciones amorosas. 

Conociendo todos estos efectos, te invito a considerar si de una forma u otra crees que el trabajo se ha convertido en una adicción, puedas ir con un profesional para que puedas tener una mejor calidad no solamente en tu vida laboral.

Escrito por Diana Navarrete - Project Manager de Workshop Coworking.