Las historias que nos contamos
Valmar Coaching & Consulting
"Construyendo las organizaciones del futuro" Acompañamos a las organizaciones acelerar el crecimiento de sus líderes.
¿Cuántas son las historias que nos contamos y estamos cargando todos los días? Historias que vienen desde nuestra infancia y no, nos dejan seguir al siguiente nivel, nos tienen detenidos, aterrorizados, con miedo, o inclusive frustración de tomar algunos riesgos o simplemente caminos diferentes.
Algunos inclusive se encuentran viviendo la vida de otros, los sueños de otros, olvidando realmente quienes son, y sobre todo olvidando cuál es el propósito de vida que realmente tienen.
A continuación les dejo este cuento de Anthony de Mello que ejemplifica perfectamente lo que les comento de las historias que cargamos y que inclusive nos creemos.
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El Águila real
"Un hombre se encontró un huevo de águila. Se lo llevó y lo colocó en el nido de una gallina de corral. El aguilucho fue incubado y creció con la nidada de pollos. Durante toda su vida, el águila hizo lo mismo que hacían los pollos, pensando que era un pollo. Escarbaba la tierra en busca de gusanos e insectos, piando y cacareando. Incluso sacudía las alas y volaba unos metros por el aire, al igual que los pollos. Después de todo, ¿no es así como vuelan los pollos? Pasaron los años y el águila se hizo vieja. Un día divisó muy por encima de ella, en el límpido cielo, una magnífica ave que flotaba elegante y majestuosamente por entre las corrientes de aire, moviendo apenas sus poderosas alas doradas. La vieja águila miraba asombrada hacia arriba «¿Qué es eso?», preguntó a una gallina que estaba junto a ella. «Es el águila, el rey de las aves», respondió la gallina. «Pero no pienses en ello. Tú y yo somos diferentes de él». De manera que el águila no volvió a pensar en ello. Y murió creyendo que era una gallina de corral".
Y tú ¿Cuál es la historia que te cuentas?
Coach Ejecutivo y Vida/ Apasionada de Trabajar con Líderes, Conectar con sus Talentos y Maximizar sus Fortalezas
1 añoMuy cierto Ana, cuántas historias no nos hemos contado como disco rallado jeje. Me encanta ahora estarme contando historias diferentes sobre mi infancia, sentir compasión por personas que antes no quería ni ver y preguntarme ¿cuales historias se creyeron ellos que los hicieron hacer las cosas de esa manera?. Hoy mas que nunca puedo ver que uno hace lo que puede con lo que tiene, es decir, en los límites de la historia que se cuenta. Y lo maravilloso es que podemos cambiar esa historia...