Las Oficinas de Integridad Institucional: Respuesta para el Buen Uso del Espacio Público y Combatir la Micro Corrupción

Alguna vez leí en un artículo sobre gestión pública lo siguiente, “La utilización del espacio es lo que posibilita el ejercicio del poder político y económico”, nada más cierto. Y lo que justamente venimos siendo testigos en las últimas noticias, para el caso del distrito de La Victoria, donde vemos que nuevamente se abre paso a paso la autoridad y fiscalización, para instaurar el orden y el control. Sin duda que los vecinos se lo agradecen y los intereses oscuros retroceden, y ojalá que sea permanente y que no regresen cuando las luces y las cámaras se apaguen. La gran pregunta que todos nos hacemos es, ¿Qué pasó en ese distrito? ¿Dónde estuvo la fiscalización de las anteriores autoridades ediles? Imaginamos, que las investigaciones estarán en marcha, pero las consecuencias para los vecinos de vivir en una situación de caos y desorden, continuarán por algún tiempo más.

Creo que como parte de la sociedad, es interesante poder dar una mirada distinta a nuestro barrio. Ser un poco más conscientes que hemos elegido a nuestras autoridades para que “administren y gestionen” nuestros distritos buscando mejorar la calidad de vida de todos nosotros. Cada distrito dependiendo de la zona y sector tiene un impacto en la ciudad, porque es dentro del mismo donde se desarrollan todas las actividades económicas. El sector privado, siempre va a tener intereses en poder seguir realizando (o ampliar) sus operaciones y muchas veces aprovechando el espacio público. Esto puede incluir desde un cambio en la zonificación para permitir la construcción de proyectos inmobiliarios de altura, la concesión de paneles publicitarios en zonas de alto tránsito, aprobación de actividades deportivas y comerciales en parques y zonas de uso común, y todo tipo de convenios que podrían resultar del interés privado. Siendo por ello importante que exista un manejo transparente de estas decisiones y que el vecino pueda conocer como hace gestión la administración de turno y los beneficios obtenidos para la comunidad. Es saludable que todo pudiera ser cuantificable, y auditado, a pesar de que muchas de estas decisiones no hayan en estricto, usado presupuesto del Estado.

Por otro lado, las labores de fiscalización en los municipios, aquellas que verifican las actividades comerciales con sus respectivas licencias de operación, las normativas de defensa civil, la ejecución de obras dentro de los parámetros aprobados, cumplimiento de los estándares sanitarios, etc. son muy importantes para mantener el orden y la legalidad. Es por ello que requieren mayor atención y cuidado, puesto que son justamente actividades que podrían estar expuestas a dilemas éticos, tales como imponer las multas en aplicación de la ley o recibir sobornos para hacerse de la vista gorda. Es por esta razón que es necesario reforzar los controles para identificar a los malos funcionarios y evitar la micro corrupción.

En este escenario, las Oficinas de Integridad Institucional (OII) que tienen el encargo de implementar los Modelos de Integridad pueden ser una buena respuesta a las necesidades de ayudar en todo lo descrito a los gobiernos locales. Como he comentado en mis artículos anteriores, estos Modelos deberían ser implementados dentro del período 2018-2021 atendiendo el Plan Nacional de Integridad y Lucha Anti-corrupción, pero no para los gobiernos locales. A la fecha ya hay varios Ministerios y otras entidades del Estado, trabajando en esto. Pero, recordando siempre que todos estos cumplen más un rol normativo.

Por ello, creo que sería muy oportuno que las OII puedan estar en la agenda de la implementación para las municipalidades, pero eso sí, asegurándolas en su Autonomía e Independencia que como sabemos es el elemento vital de todo sistema de Complaince, ya sea público o privado.

RHVS.