Estos días se vieron convulsionados por la imagen de un estudiante utilizando una imagen de dolor cómo festejo y chiste. A partir de esto no solo nos vimos interpeladas quienes desde hace años trabajamos para construir espacios de igualdad, sino todo el conjunto de la sociedad salió al cruce para no dejar pasar más éste tipo de acciones en un repudio masivo, viral y contundente. En un claro mensaje nuestra sociedad está avanzando y lo que antes era tolerado ya no.
Lo que nos invita a pensar… y las organizaciones? es importante hacernos esta pregunta zq formamos parte de un conjunto más amplio y así quedó demostrado cuando el escenario de estas acciones fue una universidad.
Debemos mirar con más atención las políticas de género en las organizaciones y la importancia de entender la transversalidad de estas temáticas en una forma efectiva.
apostar a acciones positivas de igualdad no es sólo salir a reparar el daño, lo cual en buena hora Bienvenido, sino pensar el entramado que se encuentra detrás y cómo operan en la vida cotidiana de las personas, en sus lugares de trabajo, estudio, familias etc.
Es hora de profundizar acciones destinadas a pensar que personas queremos que se sientan identificadas con nuestra organizaciones, que valores queremos sacar del papel al ejercicio diario.
Si logramos desnaturalizar acciones cotidianas que reflejan desigualdad y discriminación nuestras organizaciones podrán crear impacto positivo en quienes las habitan.
Espacios de formación reales, acciones de impacto positivo, esfuerzos sistemáticos y organizados para aplicar politicas de genero y diversidad es el camino para incorporar valor real.
Invitamos a no quedarnos en actos o individuos sino pensar que implícito sucede en organizaciones donde emergen estas acciones.
El reto hoy como espacios de trabajo y estudio es reflejar el cambio que estamos atravesando como sociedad. Pensar políticas de género ya no es una opción o un valor agregado sino una responsabilidad para cada sector de la sociedad.
