Legaltech: introducción del Derecho en la educación secundaria

Legaltech: introducción del Derecho en la educación secundaria

Nuestro país tiene falta de cultura jurídica. Esta afirmación, que podría sonar ilógica por el alto número de abogados que tenemos, se demostró en el V barómetro del CGAE: casi el 60% de la población manifestó no tener contacto con la administración de justicia; más del 40% afirmó no haber contratado nunca un abogado.[1]

Es decir, tenemos un país con una fuerte oferta en servicios legales (el número de licenciados en Derecho incrementa cada año y la oferta de servicios legales es cada vez más variada y más accesible), pero la demanda (la ciudadanía) parece no tener la percepción de considerar el asesoramiento legal como una necesidad.

Debemos dilucidar, primero, si la ciudadanía se equivoca o si, por el contrario, tiene razón: ¿es el asesoramiento legal una necesidad? En todo MBA –o escuchando a cualquier persona con experiencia- aprendes que, normalmente, cuando “tienes que educar al cliente para que entienda que existe una necesidad”, es que la necesidad no existe.

En nuestro caso, el cliente, a juzgar por las estadísticas que hemos visto, entiende que disponer de asesoramiento legal no es una necesidad. ¿Se equivoca? ¿O se equivoca quién considera que la ciudadanía debe ser educada?

Como la mayoría de respuestas, ésta tampoco es de blanco o negro; es un gris. Y ello por cuanto es necesario preguntarse qué es el asesoramiento legal, y si la ciudadanía y el sector legal darían la misma definición. Parece que el problema se encuentra en este punto: confrontando la idea de asesoramiento legal entre gente sin ningún contacto con el mundo jurídico (los legos) y licenciados que han estudiado Derecho durante varios años. Es obvio que no darán los dos grupos la misma definición; y, como consecuencia, la demanda y la oferta no se encontrarán.

Si asumimos que la premisa anterior (i.e., que la ciudadanía en general no tiene el mismo concepto de asesoramiento legal que aquellos que ejercen la abogacía) es correcta, deberíamos plantearnos, primeramente, en qué difiere la concepción de los legos y la de los abogados. Y posteriormente preguntarnos cómo reducir ese espacio entre ambos.

Respecto de la primera pregunta, es decir, en qué difiere el concepto de asesoramiento jurídico, podemos intentar dar una respuesta con base en la percepción que la mayoría de la ciudadanía tiene del sector legal: las sentencias no sirven de nada, porqué no se cumplen; el lenguaje y los procedimientos legales son demasiado complejos y no se entienden; y los honorarios son altos (resultados extraídos del anterior barómetro antes referido). Debemos pensar que los abogados vemos el asesoramiento legal como una herramienta de prevención, que da seguridad jurídica al cliente, que nos permite a todos ser iguales ante la Ley y que permite el funcionamiento normal del sistema.

Es decir, mientras la ciudadanía cree que el asesoramiento legal no sirve de nada, es complejo, complicado, y además no se puede vivir de ello, el sector legal sigue aumentando su oferta. No parece raro que, como consecuencia, casi el 80% de los abogados opinen que cada año es más difícil vivir de nuestra profesión[2].

¿Cómo podemos, entonces, explicar a la ciudadanía que el asesoramiento legal puede ser una herramienta de prevención, y no de reacción? ¿Y como podemos hacerlo en un lenguaje entendible?

Mi respuesta: mediante la educación y la tecnología.

La educación, cuando la ciudadanía se forma, es decir, en la educación secundaria; por que es en ese momento donde la mente está abierta, donde no existen (tantos) prejuicios y donde se puede generar un interés.

La tecnología, porque herramientas como el MachineLearning (ML) permiten crear bases de datos donde, pese a que un usuario no utilice el lenguaje correcto, no se sienta fuera del sistema legal. Porque el programa interpretará que cuando el ciudadano dice “alquilador”, quiere decir arrendatario.

Si aceptamos que hay un problema (distancia entre oferta y demanda) y que existe una solución (educación y tecnología), sólo falta identificar la herramienta. La herramienta es el Legaltech.

¿Por qué? Por que la introducción del ML en el mundo del Legaltech permite a toda la ciudadanía iniciarse en el mundo del Derecho y ver que realmente es útil y que es una fuente de igualdad. Si salvamos el primer asalto, si la nueva ciudadanía, mediante la tecnología, entiende la necesidad del Derecho, nuestra profesión podrá celebrar su más importante victoria.



[1] Informe disponible en https://www.abogacia.es/wp-content/uploads/2015/07/INFORME-V-BAROMETRO-EXTERNO-CGAE-NOVIEMBRE-2015.pdf

[2] https://www.abogacia.es/wp-content/uploads/2015/11/Informe-Abogacia-Espanola-2019.pdf

 



Manel Balasch Esteve

Senior Tax - Asesoría Cano Economistas y Abogados SL

4 años

Una asignatura de "Introducción al derecho" sería altamente acertado. Y su utilidad sería mucho mayor que muchas asignaturas, que siendo de cultura general, te aportan poco. Y podemos poner el ejemplo de las matemáticas, que ciertamente a mucha gente se le atragantan, pero es la asignatura más práctica de toda nuestra escolaridad (logaritmos al margen, que los odiaba).

Guillaume Tarradellas

Revenue Management expert, Hospitality professional

4 años

Pues mira... En Suiza, los que eligen la opción "Economía y Social" en segundaría tienen clases de Derecho. Se repasa el código de obligaciones y el código civil. Se llama introducción al derecho. Ademas de esto, todos los alumnos de segundaría, independiente de que vía eligen tienen clases de civismo, que no trata de como comportarse, sino que trata de conocer las instituciones y todo el sistema político que regia tanto los municipios, las regiones (cantones) y el país. Recordad que Suiza es un país 100% federal y con democracia directa (el pueblo vota para todo!)

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