Lic.Olesya Orletska

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Salud basada en valor: un nuevo modelo de gestión sanitaria

Los sistemas de salud basados en valor son modelos sanitarios en los que el paciente es el centro del servicio. Son aquellos que ponen su foco en las necesidades del paciente y en la generación de valor para este.

Los cambios en la demanda y la oferta de los servicios sanitarios, así como el incremento del coste asociado están afectando a la sostenibilidad de los sistemas de salud. Debido a esto, cada vez hay mayor tendencia a cambiar la orientación de la atención sanitaria, dirigiéndonos hacia un modelo basado en resultados y valor para el paciente.

Sin embargo, este cambio es un proceso lento y complejo, que requiere cambios estructurales en nuestros sistemas de salud actuales. Uno de los primeros pasos necesarios para implementar este nuevo modelo es la introducción de métricas de la actividad asistencial, de la calidad y del coste basadas en el análisis de la información.

 Necesidad de un cambio en los sistemas de salud

En los últimos años se han producido una serie de cambios en la demanda y en la oferta de los servicios sanitarios. En cuanto a la demanda, estas modificaciones vienen dadas por varios factores, como el envejecimiento de la población, el aumento en la prevalencia de patologías crónicas, la multimorbilidad o los nuevos perfiles de pacientes. Por otra parte, la oferta sanitaria se encuentra influenciada por el incremento de costes de la prestación de servicios, la acelerada innovación biosanitaria y la disrupción digital, entre otros aspectos.

Estos cambios, sumados al aumento de la demanda de los servicios asistenciales, están teniendo un fuerte impacto en los ámbitos sanitario y social, así como en la sostenibilidad de nuestra sanidad. Al mismo tiempo, cada vez se espera una mayor calidad y eficiencia para el paciente, reducir los costes y aumentar la accesibilidad al sistema para toda la población.

Así, esta realidad nos empuja a desarrollar herramientas, explorar nuevos modelos de gestión e implementar iniciativas para la transformación del sistema de salud. Dentro de este propósito, un aspecto clave es la reorientación de la atención sanitaria, de forma que la creación de valor para el paciente sea el elemento prioritario.Sistemas de salud basados en valor

Los sistemas de salud basados en valor (value-based healthcare systems) son modelos sanitarios en los que el paciente es el centro del servicio. Es decir, son aquellos que ponen su foco en las necesidades del paciente y en la generación de valor para este.

En este tipo de modelos, la atención sanitaria está impulsada por un enfoque constante en la obtención de resultados que realmente importen a los pacientes. Por tanto, la prestación sanitaria no está centrada en la cantidad de servicios prestados, sino en la calidad de los mismos y en el valor que generan.

Así, la asistencia basada en valor busca reorientar los sistemas sanitarios para lograr una mejora en la satisfacción de los pacientes, mientras se mantiene una relación óptima con los costes y la calidad de la atención. Dentro de este marco, entendemos valor como el resultado global en salud relativo a la calidad de la asistencia y su coste integral.

Este nuevo abordaje exige un enfoque más amplio, en el que se incluye un mayor foco en la salud de la población y en la medicina preventiva, así como en la atención integral y en la continuidad asistencial.Principales ventajas de los sistemas sanitarios basados en valor 

La sanidad basada en valor busca el equilibrio óptimo y sostenible entre una alta calidad de la atención, una alta calidad de vida y unos costes sostenibles. Entre sus principales beneficios, encontramos:

Aumento en la calidad de la sanidad y obtención de mejores resultados. Al poner al paciente en el centro de la atención, se pueden desarrollar estrategias de prevención que aumenten la calidad de vida de la población. Una importante prioridad debe ser el manejo de enfermedades crónicas, situación que este tipo de sistemas puede prever y manejar en función de las necesidades de los pacientes.

Mayor satisfacción del paciente. Ya que la calidad de la atención recibida es más alta, y sus necesidades y expectativas en salud son el centro del proceso.

Incremento de la información que reciben los pacientes. Ya que se les ofrece la oportunidad de implicarse en las decisiones clínicas que les competen, promoviendo el autocuidado y el conocimiento de sus enfermedades.

En definitiva, una sociedad más saludable. Este nuevo modelo tendría como resultado un sistema de salud más eficiente y, sobre todo, sostenible.

 

Implementación de sistemas de salud basados en valor

La implementación de sistemas basados en valor supone un reto en el que la participación de todos los agentes involucrados es fundamental. Para poder avanzar hacia este tipo de sanidad, es importante tener en cuenta los siguientes aspectos: 

El objetivo de la práctica clínica debe ser mejorar la salud de las personas.

Se debe centrar la atención sanitaria en etapas más tempranas y en niveles de riesgo menor, adquiriendo una orientación hacia la promoción de la salud y la prevención temprana de las enfermedades. 

La asistencia sanitaria debe organizarse en función de los diagnósticos de los pacientes y de los ciclos propios de las enfermedades.

El valor se crea en la interacción entre los pacientes y familiares, y los equipos de profesionales sanitarios.

La creación de valor es una tarea multidisciplinar en la que los profesionales deben adoptar prácticas colaborativas centradas en el paciente. 

Para los pacientes, una atención centrada en valor significaría un cuidado más seguro y eficaz, con mejores resultados y calidad de vida. Mientras que, para los prestadores de salud, el nuevo modelo supondría emplear medicina basada en evidencia, así como tratamientos y técnicas de eficacia probada que tengan en cuenta las preferencias de los pacientes.

 

Retos, tecnología e innovación

A pesar de las ventajas que presenta la atención basada en valor, su implementación es compleja y requiere una transformación profunda a muchos niveles. Uno de los problemas que encontramos es la diferencia de perspectiva entre pacientes, profesionales y el propio sistema sanitario en cuanto al significado de «valor» y en cómo se debe medir. La dificultad recae en que la calidad asistencial es un parámetro subjetivo y relativo, mientras que el coste real de la asistencia prestada es complejo de medir con exactitud.

Esta incertidumbre pone de manifiesto la necesidad de seguir innovando y de establecer criterios claros de medición de la calidad y del coste real de la asistencia. Es decir, la estandarización de las métricas es fundamental para poder comparar los resultados obtenidos por paciente, independientemente del hospital o servicio.

En este sentido, las tecnologías tienen un papel cada vez más importante, sobre todo las de recogida y tratamiento de datos en el entorno sanitario. Dentro de esta línea, podemos destacar la digitalización de los estándares de recogida de datos y la posterior agregación de los mismos, sumado al desarrollo de herramientas de apoyo en la toma de decisiones de los profesionales de la salud.

Para lograr un modelo de salud basado en valor, no es suficiente con su implementación, sino que es esencial promover e incentivar su uso dentro del proceso asistencial. Además de facilitar el acceso a las herramientas y tecnologías de información adecuados, es imprescindible que se genere una cultura de análisis de datos y gestión basada en evidencia, que permita colocar al paciente en el centro de nuestro sistema sanitario.

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