LIDERAR CON HUMILDAD

Hace unos días me entretuve a investigar en ver cuáles eran, según las principales consultoras, los principales atributos que debía tener un líder en es siglo XXI  y descubrí que las listas eran largas y diversas, algunos atributos que solían tener en común:

Visión estratégica, habilidades de comunicación, gestión de personas, capacidad de decisión y enfoque a resultados.

Estos atributos – y otros muchos que no cito – yo, hoy, entiendo que son muy importantes, no obstante en el mundo convulso del siglo XXI con la revolución de la inteligencia artificial como amenazoportunidad (palabro nuevo, inventado por mi)  y el ritmo frenético que se está imponiendo, el atributo que resulta absolutamente necesario  en cualquier profesional que quiere ser y progresar (desde empleado de base a CEO ) es la humildad

 Y es que, ser humilde significa, en definitiva,  ACEPTAR que no se tienen todas las respuestas

 La etimología de la palabra humildad lo dice todo:  humildad viene de humus – pegado a la tierra, o con los pies en el suelo.

Ser humilde no significa ser manso (aunque a veces se haya traducido así), ni no ser competitivo, ni tener baja autoestima.  Ser humilde es reconocer las limitaciones.

Un profesional humilde es aquel que:

• Se conoce tal y como es , es consciente de sus fortalezas y sobre todo de sus debilidades
• Escucha con la voluntad de escuchar
• Tiene y expresa ganas de aprender y de mejorar
• Procura, como fin principal, el desarrollo de su equipo sin renunciar al suyo propio.
• Es sincero en la comunicación.  Una tendencia peligrosa a confundir buena comunicación (decir las cosas que tocan bien) con la retórica (que en su acepción más maligna es tratar de vender cualquier tema en su forma no en su fondo – comunicar mucho no significa comunicar bien)
• Acepta sus errores y asume, sinceramente, los errores de su equipo como propios
• Antepone el “¿En qué te puedo ayudar?” a el “¿Qué ha pasado?”
• Tiene para sí, su trabajo y su equipo afán de superación

En definitiva, mantiene firmes los pies en el suelo – en la base - , es una persona confiable y mira hacia el frente.

Y todo lo demás puede venir como añadido …

Conviene no confundir humildad con (falsa) modestia.

Cuando una persona externaliza de forma manifiesta en su comportamiento algunas de las habilidades que he comentado - sobre todo aquella que tiene que ver con reconocer de forma pública su desconocimiento de los temas – es posible que no sea humilde, sino modesto.

Pero también lo es, y peligroso, que sea un tema de “falsa modestia”.

En la humildad hay un esfuerzo consciente, interior, para superarse. En la “falsa modestia” hay un deseo de manipular la visión que sobre la persona tienen los otros

Y la falsa modestia en las empresas es peligrosa, porque ataca un de sus fundamentos -  la confiabilidad –  y con ello, acaban afectando a los resultados y las relaciones.

Conviene pues, evitarlo y por tanto ser capaz de identificarlos  

¿Cómo identificarlos? No es tan difícil como encontrar vida extraterrestre pero tampoco es sencillo, yo sugeriría tener en cuenta tres criterios

• Si el tema es relevante para nosotros, no fiarnos ni de las primeras, ni de segundas ni de las terceras impresiones…(las segundas primeras impresiones ..existen para bien o para mal)
• Esperar un tiempo, y entonces evaluar, en función de la evolución de las acciones de la persona y su coherencia entre comportamiento y conducta, si es humildad o falsa modestia
• Sin olvidar el principio legal “in dubio pro reo”, es decir, ante la duda tomarlo como sincera humildad

Y es que yo lo dijo Lao Tse hace mucho mucho tiempo …

Saber que no se sabe, eso es humildad, pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad