LIDERARNOS PARA SER FELICES
Poder liderarnos comprende un cúmulo de pensamientos, sentimientos y acciones positivas, orientadas al equilibrio de nuestra autoestima, con una administración inteligente de las emociones. Comprenderse y dominarse es vital para todo líder.
Sabemos muy bien de qué manera la ferocidad de una emoción puede afectarnos tan negativamente hasta llegar a anular toda nuestra humanidad. El nivel de femicidio actual es una clara muestra de ello. Para comenzar a entender nuestra realidad, debemos ir en busca de nuestro niño interior, reconocerlo y abrazarlo, para así resetear nuestra actualidad en busca de un presente pleno y un futuro mejor. De esta manera podré observar dónde me perdí, qué obstáculos impiden mi desarrollo y felicidad. He aquí algunas de las causas:
1. Emociones: No debo negarlas ni evitarlas, ya que estas deben ser permitidas para que me atraviesen, mediante un proceso doloroso pero necesario y sanador.
2. Metas o logros: No concentrarnos en estas como único camino hacia la realización personal porque por sí solas no garantizarán nuestra plenitud. Muchas veces lo que deseamos o perseguimos como la solución a nuestros problemas actuales terminan condenándonos a seguir insatisfechos.
3. No vivir en el presente: Esto nos aleja de nuestro ser y nos lleva a un vaivén vertiginoso de pasado a futuro sin escala en el hoy. Reforzar el aquí y el ahora mejorará nuestro aprecio por todo lo que nos pasa y aumentará nuestra inteligencia emocional.
4. Las expectativas de los demás: Es un fatal error querer cumplir con lo que los demás desean para nosotros. Esto nos aleja de nuestra propia realización y frustra nuestra autoestima de manera tóxica.
Debemos tomar el control de nuestra existencia y timonear el barco con la visión de lo que nos hace fuertes y felices, tal como lo expresa el final del inmortal poema Invictus de William Ernest Henley: “Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma”.
De todas estas enseñanzas y legados milenarios como los de Confucio, Aristóteles, Epicteto, Séneca y Marco Aurelio entre otros, podemos asumir que, para lograr algo significativo, debo realizar un esfuerzo, una intervención, una lucha y también una conquista, que es representada en el control de mis decisiones. Es la victoria sobre uno mismo, la que más cuesta y la más valiosa. Para lograr cosas importantes no debo conformarme, debo esforzarme, debo actuar para ver resultados evidentes.
La piscología positiva nos brinda herramientas excelentes para llevar una vida donde la felicidad sea la protagonista, donde los actores secundarios de las emociones negativas cumplan su papel y salgan a tiempo del escenario principal de nuestras vidas.
Liderarnos para la felicidad conlleva la realización de determinadas actividades o rutinas que no deben instalarse de manera mecánica u obligatoria.
Debo tener la convicción de que son buenas para lograr un bienestar emocional positivo. Las pruebo y veo si resultan para seguir practicándolas. Serán guías para atravesar de manera valiente las nieblas de nuestra existencia. En este sentido, las siguientes son las más recomendadas a la hora de desplegar un liderazgo edificante para nosotros y a quienes nos rodean, a saber:
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1. Tener más espacios de intimidad y encuentros conmigo: Esto invita a la reflexión y a escuchar nuestras verdaderas inquietudes, fuera del ruido mundano y repetitivo.
2. Agradecer y apreciar: Significa que reconozco y valoro lo que poseo y me ocurre antes de enfocarme de lo que carezco. De esta manera refuerzo mis potencialidades y me proyecto desde lo positivo.
3. Saber elegir relaciones de calidad: Esto es clave a la hora de lograr una comunicación saludable y de valor. En toda variable de encuentro, debe existir un ida y vuelta positivo, que me permita dar lo mejor y recibir honestamente la palabra del otro. Desechar las relaciones que me producen infelicidad.
4. Tener rituales edificantes: Ejercer acciones repetitivas que benefician mi mente, cuerpo y espíritu produce una resonancia muy potente en nosotros. Existen muchas opciones tales como el yoga, la meditación trascendental o el mindfulness. En estas acciones consolido mi disciplina y me anima a ir por más. Además, nos aportan reservas psíquicas positivas para momentos difíciles.
5. Realizar ejercicios físicos: Despeja la mente, libera hormonas que nos producen una sensación de bienestar placentero y felicidad. Estas son la serotonina, la dopamina y las endorfinas. El resultado: menos estrés, mejor condición física y mayor relajación.
Es muy importante entender a la felicidad en todo su contexto, no es un valor pleno en sí mismo. Y aquí es donde nos enfocamos en el beneficio de las acciones presentes que nos lleven a conectar el placer desde ahora y a largo plazo, en lugar de tener una actitud de disfrute permanente y el placer instantáneo que nos lleva a la desesperación cuando desaparece.
Se trata de crear un vínculo vivo entre lo bueno que hago, para alcanzar una meta futura valiosa. Quizá esta sea una nueva oportunidad para crecer y volver a un nuevo orden, siendo más resilientes, felices y conscientes.
Dr. Claudio Rodríguez Agüero - Argentina
Del libro: Cómo Liderar el Nuevo Talento, Ed. Vértice de Ideas - CABA (Argentina)
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