Liderazgo Educativo
Por Marcelo E Albornoz
En este artículo abordaremos someramente algunas variables educativas que deberían estar más presentes en los planes de formación y capacitación docente a los efectos de propiciar mejoras en el ejercicio de nuestra profesión.
Si partimos de la base como nosotros creemos, que el docente es en principio un intelectual al servicio del progreso social, seguramente acordaremos que debemos concebirlo y capacitarlo como a un verdadero Líder. Si bien ya desarrollaremos lo que entendemos por líder, previamente consideramos apropiado realizar una definición de gestión áulica.
En principio entendemos que aquella no es otra cosa más que un conjunto de estrategias, recursos y actividades que adoptamos los profesores para que nuestros alumnos logren el aprendizaje, aprendizaje que solo puede ser experimentado desde una interacción relevante y significativa, cuyo desafío más importante implica procurarlo con cierto grado de calidad. Para ello, debemos priorizar en el proceso de enseñanza y aprendizaje el protagonismo de los alumnos con un razonable grado de versatilidad y flexibilidad pedagógica y didáctica en nuestras orientaciones y guías pedagógicas.
Continuando con el análisis y sin pretender profundizar al respecto, y no porque no lo amerite, sino porque en mayéutica educativa ya lo hicimos cuando escribimos la nota titulada:” ¿Calidad Educativa significa lo mismo para todos los actores escolares?”. En ella sostuvimos que por calidad educativa entendemos a una serie de elementos constituidos de aspectos como: el buen clima escolar; las adecuadas respuestas del colegio a las demandas socio comunitarias; la debida jerarquización profesional del trabajo docente, el estímulo a la actividad del alumno y el aliento a la participación democrática de todos los actores sociales que componen la institución educativa.
Lo anterior no impide que consideremos y por lo menos mencionemos otros elementos desagregados y fundamentales que también forman parte del polisémico concepto de calidad educativa como lo es el Proyecto Educativo Institucional (herramienta esencial de planificación estratégica).
Ante la somera descripción de variables como gestión áulica y calidad educativa que acabamos de realizar , retomamos el concepto de liderazgo y podríamos decir que el líder tiene la capacidad de “leer” las necesidades humanas y de poseer una serie de atributos distintivos producto tanto de su esencia como de su biografía y circunstancias .Su ejercicio implica la planificación de objetivos para la consecución de determinadas metas .En definitiva ,el ejercicio del liderazgo significa lograr compromiso y cooperación del grupo, identificando en aquel a los distintos talentos existentes como así también a los diversos factores adversos que pueden condicionar el cumplimiento de tales objetivos (educativos, sociales, políticos, etc.) . Dado esto, consideramos que desde los profesorados se debería profundizar el estudio de éstas temáticas, con especial acento al hecho de concebir al docente como intelectual, pero no en sentido tradicional del término sino en categorías “bourdieauna”, esto es como integrante de los sistemas simbólicos, pero para cuestionarlos y criticarlos desde posturas autónomas de todo Poder y de esa manera tener la libertad de conciencia para poder develar toda violencia simbólica.
Por último, seria inapropiado omitir en todo análisis de liderazgos educativos los aportes del autor español Miguel Fernández Pérez, quien identifica a grandes rasgos dos modelos de gestión áulica, uno, que podríamos denominarlo tradicional, en donde se destacan ciertas características pedagógicas .A modo de ejemplo enunciamos algunas: este tipo de docente se limita a la mera ejecución de tareas; focaliza su función exclusivamente a lo conceptual aplicando el mono método. Asimismo se limita a dictar aprendizajes individualistas; a evaluar meros productos y su estilo relacional se destaca por la práctica del Individualismo-inter–profesores.
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El otro modelo de gestión áulica, opuesto al anterior es el denominado innovador, destacándose entre otras propiedades las siguientes características pedagógicas: éste es un verdadero profesional que no improvisa sino que planifica sus actividades; además es un integrador teleológico; metodológicamente flexible, propiedad que le permite impartir clases iniciantes y propiciar aprendizajes compartidos. Por último concibe a la evaluación como un proceso multifacético compuesto por productos o resultados consecuencia de ciertos procesos individuales y grupales. En cuanto a lo relacional es un docente integrado y comprometido con su institución y sus colegas, en definitiva practica un trabajo compartido y colaborativo Inter – profesores.
En síntesis, la gestión áulica es la impronta y praxis del liderazgo docente por ello es que debe ser objeto de investigación, análisis y estudio, sobre todo en los actuales contextos de diversidad social y cultural ya que no es algo innato ni exclusivamente empírico. Por lo tanto creemos que esta cuestión debe problematizarse en los centros de formación como en las propias instituciones educativas a través de jornadas y talleres de reflexión pedagógica. Por último, destacamos que lo precedente solo sería viable en un contexto escolar que reconozca las diversidades y particularidades , donde las intervenciones áulicas sean consecuencias de trabajos y planificaciones colaborativas hacia el interior de cada Área o Departamento de materias afines, por todo lo expuesto es que consideramos pertinente y necesario su estudio .
Política y Educación
1 añoMuy bueno, la formación docente y la capacitación contínua son imprescindibles.