Liderazgo Existencial: Manifiesto para Líderes del Siglo XXI

Por mucho que, todavía, un gran número de empresarios y ejecutivos pataleen, y se resistan a aceptarlo, el liderazgo tradicional ha muerto.

Los paradigmas clásicos del liderazgo - el líder como héroe o como hacedor de milagros - se desmoronan sin remedio frente a sus narices, como un castillo de naipes arrasado por el viento del desencanto.

El liderazgo, tal y como se venía practicando en las últimas décadas, ya no resulta efectivo. Los que ocupan posiciones de "presunto" liderazgo se encuentran atrapados en una carrera sin fin por la eficiencia, la productividad y la rentabilidad, y parecen haber olvidado lo que significa ser humano, lo que significa existir en esta mezcla de caos y absurdo que llamamos vida.

Y es ahí donde me gustaría incidir en este número de "In 7 Minutes". En la necesidad de desarrollar lo que me gusta llamar un "Liderazgo Existencial".

¿Qué es el Liderazgo Existencial"?

Podríamos decir que el liderazgo existencial es un estilo de liderazgo que no se basa exclusivamente en la obtención de resultados o en el cumplimiento de objetivos, sino que combina el foco en los resultados con una profunda comprensión de la condición humana.

No se trata de un liderazgo que se impone desde arriba, que dicta y manda, que reduce al otro a la categoría de instrumento o recurso. No, el liderazgo existencial es un liderazgo que surge de la vulnerabilidad y la autenticidad, de la compasión y la solidaridad, del reconocimiento de nuestra finitud y nuestra insignificancia.

Un líder existencialista es alguien que no pretende tener todas las respuestas, sino que se atreve a hacer las preguntas difíciles, las preguntas que nos desvelan y nos despiertan, las preguntas que nos empujan a explorar los rincones más oscuros a nivel individual y colectivo.

El liderazgo existencial es una insurrección contra los dogmas y las certezas, una revolución contra el conformismo y la complacencia. Un llamado a ser auténticamente humanos en un mundo que parece empeñado en convertirnos en meros autómatas, en simples engranajes de una máquina despiadada y deshumanizante.

Ser líder exige enfrentarse a uno mismo, mirarse al espejo de la existencia y no retroceder ante la imagen que refleja.

Liderar requiere valentía para desafiar las normas y los convencionalismos, para romper las cadenas de la conformidad y de la mediocridad. El liderazgo demanda osadía para ser diferente, para ser uno mismo.

La dificultad y la satisfacción de ser auténtico

Es cierto que ser auténtico puede generarnos problemas, especialmente en un mundo que a menudo premia la conformidad y castiga la singularidad. Vivir sin miedo al "qué dirán" y "qué peaje me harán pagar" exige coraje, resistencia y una fuerte voluntad de mantenerse fiel a uno mismo, incluso frente a la adversidad o al rechazo.

Sin embargo, cuando eliges este camino te das cuenta que, más allá de que algunos opten por rechazarte, la autenticidad también es una fuente de profunda y continua satisfacción.

Cuando te atreves a ser auténtico entiendes que la verdadera libertad y la verdadera dignidad radican en ser uno mismo, en vivir de acuerdo con tus propios valores y convicciones, expresando tu propia verdad.

El liderazgo existencial, por tanto, no consiste sólo en tratar de ser auténtico, sino también de promover la autenticidad, de crear espacios donde la autenticidad sea valorada y respetada, de fomentar una cultura de autenticidad. Aquellos que son capaces de ser ellos mismos logran inspirar a otros a ser auténticos también.

Al final del día, la autenticidad no es solo una virtud, sino también una forma de vida, una forma de liderazgo, una forma de ser humano.

Sólo aquel que no teme mostrar su auténtica cara al mundo, que no teme ser vulnerable, que no teme ser diferente encuentra significado en su vida, y por tanto, puede guiar a otros a encontrar su propósito y acercarse a él. Cuando no buscas la aprobación o la aceptación de los demás, sino tu propia integridad y tu propia autenticidad, te liberas, y liberas a los que te rodean, de las pesadas cadenas del postureo y los prejuicios.

Existencialismo y la autenticidad del líder

El existencialismo, como corriente de pensamiento, coloca la autenticidad en el centro de la vida humana. La autenticidad, en este contexto, significa vivir de acuerdo con nuestras propias convicciones y valores, en lugar de conformarse con las expectativas o las normas impuestas por los demás o por la sociedad.

En el liderazgo existencial, la autenticidad se traduce en líderes que son fieles a sí mismos, que actúan de acuerdo con sus propios valores y principios, que no temen mostrar su vulnerabilidad, que tienen el coraje para defender sus convicciones incluso cuando son impopulares o incómodas.

Los líderes auténticos no pretenden ser perfectos, sino que reconocen sus propios errores y limitaciones, están dispuestos a aprender y crecer, y se esfuerzan por ser mejores.

La autenticidad en el liderazgo también implica la coherencia entre las palabras y las acciones, entre lo que los líderes dicen y lo que hacen. Los líderes auténticos no sólo hablan de valores, sino que los viven, no sólo predican la ética, sino que la practican, no solo promueven la justicia, sino que la ejercen a la hora de tomar decisiones.

La autenticidad en el liderazgo es una cuestión de integridad, de ser fiel a uno mismo y a los demás.

El despertar de la conciencia del líder

Adquirir conciencia es un proceso doloroso, ya que a través del mismo nos damos cuenta de todo aquello que hacemos bien, pero también, de todo lo que hacemos mal y debemos mejorar.

La adquisición de conciencia suele estar desencadenada por diferentes factores, como una experiencia transformadora, una crisis personal o profesional, o una profunda reflexión sobre el propósito y el significado de nuestra vida.

Este despertar requiere de mucha autorreflexión y autocrítica, de mucha apertura y aprendizaje, de un enorme coraje y compromiso. Requiere la capacidad de cuestionar nuestras propias suposiciones, de desafiar nuestras propias creencias, de transformar nuestras propias prácticas.

Literatura existencialista y liderazgo

Los autores existencialistas, como Sartre, Camus, Heidegger, Frankl o Kierkegaard nos ofrecen valiosas lecciones que pueden aplicarse al mundo del liderazgo.

1. Autenticidad: Jean-Paul Sartre y Martin Heidegger, enfatizan la importancia de vivir de manera auténtica, en lugar de conformarse con las normas sociales o las expectativas de los demás. En el liderazgo, esto tiene que ver con convertirnos en líderes fieles a nuestros propios valores y convicciones, liderar con integridad y atrevernos a ser nosotros mismos en lugar de tratar de encajar en un molde preestablecido.
2. Libertad y responsabilidad: Para los autores existencialistas, los seres humanos somos libres para elegir nuestro propio camino y somos plenamente responsables de nuestras decisiones y acciones. También implica dar la oportunidad a los miembros de nuestro equipo para que desarrollen su autoliderazgo, aprendan a tomar decisiones y asuman sus propias responsabilidades.
3. La búsqueda de sentido: Viktor Frankl, psiquiatra y filósofo existencialista, argumentó que la búsqueda de sentido es una motivación humana fundamental. Como líderes debemos proporcionar una visión clara y un propósito significativo, ayudando a los miembros de nuestro equipo a ver cómo su trabajo contribuye a un propósito que trasciende de ellos mismos.
4. La aceptación de la incertidumbre: Albert Camus y Søren Kierkegaard, nos enseñan a aceptar y abrazar la incertidumbre y la ambigüedad de la vida. En el liderazgo, esto implica ser capaz de tomar decisiones en situaciones de incertidumbre, adaptarse al cambio y ser capaz de encontrar oportunidades en situaciones nuevas y desconocidas.
5. La importancia de la acción: Los filósofos y autores existencialistas valoran la acción autónoma y consciente. En el liderazgo esto se traduce en fomentar la iniciativa y la proactividad, en lugar de esperar a que las cosas sucedan o depender de los demás.

Conclusiones

En conclusión, el liderazgo existencial nos invita a reflexionar profundamente sobre nuestro papel como líderes y sobre el impacto de nuestras acciones y decisiones.

El liderazgo existencial nos muestra que ser un líder no es solo una cuestión de poder o de posición, sino de carácter y de comportamiento. Nos recuerda que un líder se define no por lo que tiene, sino por lo que hace; no por lo que es, sino por cómo hace sentir a los suyos.

En un mundo que castiga la autenticidad, el liderazgo existencial nos reta a ser auténticos, a crear espacios de autenticidad y a fomentar una cultura de autenticidad.

Porque al final del día, el liderazgo no es solo una cuestión de hacer, sino de ser. No es solo una cuestión de influir, sino de inspirar. No es solo una cuestión de poder, sino de propósito.

Y ese es el verdadero reto, y la verdadera recompensa, del liderazgo existencial.

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Jordi Alemany