Liderazgo Femenino y Maternidad: Un Camino de Retos, Lecciones, Éxito y Mucho Amor…

El liderazgo femenino, especialmente cuando se cruza con la maternidad, es una travesía que muchas mujeres enfrentamos con una mezcla de orgullo y vulnerabilidad. En mi experiencia, el nacimiento de mi primera hija marcó un antes y un después en mi vida profesional. No solo me convertí en madre, sino que también asumí mi primer rol como líder de equipo, enfrentándome al reto de equilibrar mis nuevas responsabilidades personales y profesionales.

Este artículo está dedicado a todas esas mujeres que cada día demuestran que el liderazgo y la maternidad no son roles excluyentes, sino complementarios.

Es un homenaje a aquellas que, como yo, han aprendido que el éxito no reside en sacrificar un aspecto de su vida por otro, sino en encontrar formas inteligentes y conscientes de integrar ambos mundos.

Los Primeros Pasos: Adaptarse al Nuevo Escenario

Cuando asumí mi primer rol de liderazgo, mi primera hija era aún una niña pequeña y trabajaba largas jornadas que muchas veces me alejaban de momentos cruciales en su desarrollo. Aunque amaba mi trabajo, la culpa de no estar lo suficiente para ella me acompañaba constantemente.

¿Cuántas veces no nos preguntamos si estamos haciendo lo correcto, si estamos fallando como madres o como profesionales?

Este sentimiento de culpa puede ser angustioso, pero también puede convertirse en una oportunidad para redefinir prioridades y tomar decisiones valientes. En mi caso, decidí cambiar de trabajo, eligiendo uno que me ofreciera mayor flexibilidad, aunque significara un sacrificio económico. Fue una decisión difícil, pero me permitió estar más presente para mi hija sin renunciar a mis metas profesionales.

Rompiendo el Mito del Sacrificio Absoluto

Muchas veces, se nos enseña que ser una "buena madre" significa sacrificarlo todo por nuestros hijos. Sin embargo, esta idea no solo es injusta, sino también insostenible. El liderazgo, ya sea en una empresa o en nuestro propio negocio, no tiene por qué ser incompatible con la maternidad.

Lo que aprendí es que el secreto no está en hacer más, sino en hacer mejor. Gestionar efectivamente mi tiempo y mi energía se convirtió en mi prioridad. Aquí te cuento cómo lo hice:

1. Delegar con confianza: Aprendí a confiar en otros, tanto en el ámbito profesional como en el personal. En casa, esto significó aceptar apoyo de mi esposo y mi nana, sin sentirme culpable. En el trabajo, empoderé a mi equipo para tomar decisiones sin depender completamente de mí.
2. Establecer límites claros: El tiempo con mi hija se convirtió en algo sagrado. Me aseguraba de estar completamente presente en mis tiempos de trabajo y evitar distraerme con otras cosas mientras estaba en casa. Algo que siempre me ha ayudado mucho es incorporar a mis hijas a ciertas actividades de mi empresa o proyectos académicos que realizo, lo que hace que aprendan también sobre los valores de su madre.
3. Planificar estratégicamente: La planificación semanal, tanto para el trabajo como para los momentos familiares, me permitió anticiparme y evitar el caos. En mi caso, todo lo tengo en mi agenda.

Maternidad y Liderazgo: Una Fórmula Ganadora

Algo que he aprendido, es que la maternidad potencia habilidades de liderazgo que pocas veces reconocemos en nosotras mismas. La capacidad de empatizar, adaptarnos rápidamente a los cambios, manejar múltiples prioridades y mantener la calma bajo presión son características que desarrollamos como madres y que resultan invaluables en el ámbito laboral.

Además, la maternidad también nos enseña a valorar el tiempo. Nos hace más conscientes de lo importante, nos ayuda a dejar de lado distracciones innecesarias y a enfocarnos en lo que realmente importa.

El Poder de Inspirar a Otras Mujeres

Uno de los aspectos más gratificantes de esta combinación entre maternidad y liderazgo ha sido el poder inspirar a otras mujeres. Durante años, he trabajado con mujeres que enfrentan desafíos similares y he visto cómo, con el apoyo adecuado, logran construir carreras exitosas mientras disfrutan de sus familias.

Por eso, como preámbulo al Día de la Madre (8 de diciembre en Panamá), quiero enviar un mensaje a todas las mujeres que sienten que deben elegir entre ser buenas madres o grandes líderes:

No tienes que elegir. Puedes ser ambas.

Consejos para Mujeres que Lideran y Crían

Quiero cerrar este artículo compartiendo algunas estrategias que me han ayudado a lo largo de los años:

1. Cree en ti misma: La confianza es clave. No permitas que las opiniones externas definan tu camino.
2. Busca apoyo: Rodéate de personas que entiendan y respeten tus prioridades. Esto incluye a tu esposo, mentores, aliados en el trabajo y redes de apoyo familiares.
3. Sé flexible, pero firme: La flexibilidad es esencial, pero también lo es mantener límites que protejan lo que es importante para ti.
4. Celebra tus logros: Ser madre y líder es una hazaña. Reconoce tus logros, por pequeños que parezcan.

Un Homenaje a Todas las Madres Líderes

El liderazgo femenino y la maternidad son ejemplos perfectos de resiliencia, amor y determinación.

Este Día de la Madre (en Panamá lo celebramos el 8 de diciembre), celebro contigo nuestro papel como madres, y nuestra capacidad de liderar, inspirar y construir un futuro brillante para nuestras familias, equipos y empresas.

A las madres que leen estas líneas… No olvides que cada paso que das y cada decisión que tomas, está forjando un camino para las generaciones futuras (en tu casa y en tu oficina).

Somos la prueba viviente de que es posible tener éxito en el trabajo y en la vida personal, con amor, coraje, y propósito.

Marisel de Yau, DBA, ACC

La autora es madre de tres futuras líderes panameñas; hija de una madre profesional y emprendedora, y hermana de una madre de la nueva generación. Todas mujeres que me inspiran a seguir adelante... xièxiè nǐ