Llegan los nuevos «gefes», gestores de felicidad

Llegan los nuevos «gefes», gestores de felicidad

La figura del jefe como alguien inaccesible y temido está siendo reemplazada por la del gestor o gerente de felicidad (GEFE), un líder de bienestar laboral que es tendencia en el mundo.

¿Qué aportan los gestores de felicidad o Gefes en las empresas?

Las empresas con empleados felices poseen clientes con un elevado nivel de fidelidad, incrementando de esa manera tu potencial y contribuyendo al crecimiento de la organización. Pero, ¿existe la figura del asalariado satisfecho o es una utopía? ¿Hay un algoritmo para gestionar la felicidad laboral?

La persona que se encarga de motivarte, de velar tu bienestar, de potenciar tus capacidades es el gefe. Sí, gefe con «g». No es la persona autárquica que quiere este informe «para ayer», sino la que te saluda con una sonrisa. Así son los gestores de la felicidad.

Otorgar valor a las personas y no a las cifras. Ese es el lema de todo gestor de la felicidad, el abanderado de este departamento. El gefe no es un jefe, sino un líder. No se centra únicamente en multiplicar tu motivación. Va más allá, adentrándose en un ámbito más profundo como tu bienestar.

Con la conciliación como bandera

No se preocupa de si fichas a tiempo, sino de tu tiempo. Del que dispones para disfrutar de tus amigos, de tu familia y de tu ocio. Porque la conciliación repercute de manera positiva en el rendimiento. En esta ecuación, todos los participantes ganan. El gestor de la felicidad es, por tanto, una figura indispensable en las empresas del presente y del futuro. ¿Deseas que la tuya perdure en el tiempo?

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Este nuevo cargo trabaja para frenar la fuga de cerebros de la compañía en cuestión. Para conseguirlo, el gefe necesita ganarse la confianza de los empleados ¿Cómo? El simple gesto de trabajar con las puertas abiertas de los despachos ha sido clave en numerosas corporaciones.



Los resultados

Otra de sus funciones es potenciar las capacidades, la creatividad y la autoestima de los empleados. Para ello pone en marcha acciones que estimulen las emociones positivas. Además, se encarga de detectar las habilidades hasta la fecha intangibles de esos profesionales ¿Y qué hace con estas nuevas aptitudes? Transformarlas en resultados tangibles como un ambiente de trabajo incomparable o mejores servicios para los clientes.

¿Qué aporta un gefe en una organización?

Contar con un gefe garantiza una comunicación más fluida entre dirigentes y profesionales. Sus acciones conducen a la dinamización del trabajo en equipo. Y cuando todos reman en la misma dirección, la empresa sale fortalecida. Además, los profesionales felices, laboralmente hablando, son más productivos y se muestran más comprometidos con el negocio.

El gefe impregna la oficina de felicidad. Y trabajar en un ambiente de positivismo no solo hace más felices a los trabajadores. Los empleados contagian ese bienestar y ese confort a tus clientes.

Aristóteles lo dijo: «La felicidad es el objetivo último que perseguimos en cada acto de la vida” ¡Ha llegado el momento de aceptar trabajo como sinómimo de felicidad!


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