Lloré en el trabajo...
Hola, hoy voy a hablar de la importancia de la regulación emocional, que es uno de los temas recurrentes en estos artículos.
Y como siempre voy a contarte una historia al respecto y es acerca de la única vez que lloré en mi trabajo.
Estuve en situaciones muy desagradables en muchos de los trabajos, muchas, desde temas de acoso, discriminación, dudas, insultos, bromas, burlas, lo que quieras y nada me molestaba y mucho menos me hacía llorar.
No es que esté feliz de haberlo vivido y de verdad espero que ahora las cosas sean distintas. Pero esta es la historia.
Soy la responsable de la documentación del proyecto, estoy en una llamada de Skype con Mark, el hermano del dueño de la compañía, hablando del cierre del proyecto, acerca de cómo podemos mejorar las cosas para que sean más rápidas y sencillas para nosotros, un poco quejándonos, riéndonos, lo normal.
Y de repente me dice, lo que pasa es que no has entendido que tu trabajo es como el de los barrenderos que van atrás de los desfiles, recogiendo toda la porquería de los demás…
Y en ese momento, se me llenan los ojos de lágrimas, normalmente no reacciono emocionalmente en un entorno laboral, pero no puedo evitarlo…
La descripción es muy desagradable como para pasarla por alto.
Me ve llorar, se disculpa, intenta consolarme, dar explicaciones, le digo, gracias, me despido y bye, cierro la sesión.
Y me quedo llorando, porque está feo que el hermano del dueño de la empresa defina así tu trabajo en tu cara.
No soy una barrendera de desfile, no estoy aquí para recoger la porquería de los demás, yo valoro mi trabajo, me parece importante, incluso me pagan por hacerlo…
Suena absurdo que alguien se exprese así de lo que hago.
Y si, al día siguiente hablo con mi jefe y le aviso que renuncio, le doy el aviso de 2 semanas, intenta convencerme de que me quede, pero me dice, ayer hablé con Mark y me contó.
Sabía que hoy esta iba a ser nuestra conversación y lo entiendo, me queda claro y lo respeto, Mark sabe que cometió un grave error.
Y me alegro, porque eso significa que soy congruente con lo que pienso, digo y hago.
Si el hermano del dueño de la compañía piensa que puede comparar mi trabajo con el de un barrendero, se equivoca o que contrate a un barrendero en mi lugar a ver si saca mi trabajo igual que yo.
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¿Actué de forma irracional?
Probablemente.
¿Debí hacer algo distinto?
Quizá.
De lo que estoy segura es que lo que sentimos está ahí para darnos información y debemos tomarla en cuenta.
A lo mejor podría haberme quedado a trabajar ahí a regañadientes, fingir que no había pasado nada. Tratar de “superarlo”, convencerme o lo que hice, hacer caso de la información que estaba recibiendo.
Todos tenemos valores que nos definen, nos representan, que son importantes para cada quien.
Uno de mis valores es el respeto. Y si en algún momento siento que no me están respetando, bye, no me voy a quedar ahí a ver qué más pasa.
Así de simple.
¿Cuáles son los valores que te definen, que te interesan, que te hacen tú?
¿Cuál sería un caso no negociable, por el que dirías, alto, hasta ahí, así ya no juego?
Es muy importante conocer nuestros propios límites y vivir en consecuencia.
Ya sé que soy intensa, y así me gusto. Seguimos. Hasta la próxima.
Para más recursos visita: Liderazgo Efectivo.
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8 mesesExcelente contenido! 🎙️