Lo que está en juego…
Con motivo de mi último documento, he recibido una enorme cantidad de comentarios directos donde se me acusa de muchas cosas, principalmente de ser un conservador, un “Fifí” de lo peor. Básicamente, que soy de esos quienes buscan regresar a los “privilegios” que tenía antes de que llegara el paladín de la justicia y dignidad.
Por más que quise dialogar con quienes estuvieron en desacuerdo conmigo fue inútil.
Una y otra vez intenté explicar que mi descontento con la 4ª Transformación deriva de lo mal administrada que está siendo la hacienda pública; que un gobierno de ocurrencias sólo puede traernos más problemas de los que originaron el actual descontento social.
Que esta película ya la vimos y hemos vivido desde hace más de 30 años las consecuencias de un gobernante que es peligrosamente soberbio. Y para continuar con las malas noticias, el contexto político no es el mejor.
Ahora que está en el ambiente que, con la llegada de Emilio Lozoya a México, aunque no sabemos si será procesado o no, se destapará un escándalo político de proporciones incalculables.
Los seguidores del Presidente López Obrador esperan con gusto que las declaraciones de Emilio lleven a la escena de Enrique Peña Nieto esposado llegando a algún penal de máxima seguridad. Se conformarán, tal vez, con un Luis Videgaray siendo citado por un juez.
Lamentablemente, para todos, quedará justamente en un “gran escándalo” que Andrés Manuel administrará durante meses para ocultar su ineficiente y terrible gobierno.
Aquí es donde yo creo que está la disyuntiva.
Para mí, lo que está en juego es la posibilidad de continuar construyendo, a través de una o dos generaciones, un país donde las autoridades sean responsables de sus acciones.
Un país donde el ciudadano que lleva a cuestas la máxima investidura a la que se puede aspirar en el servicio público, sepa que un avión es un medio de transporte, no un juguete retórico mañanero.
Para mí, lo que está en juego, es un México donde la tragedia de millones no sea tomada como una situación que “nos cayó como anillo al dedo”.
Repetí, varias veces mí petición, a quienes sólo me criticaron, el que por favor me dieran algunos datos duros, verificables más allá de la palabra de un presidente que miente descarada y sistemáticamente.
Como era de suponerse, sólo repetían “el PRI-AN robó más”.
Para mí, lo que está en juego es un futuro donde el poder político sea útil para generar las condiciones necesarias que atraigan millones de dólares en inversión y con ello se generen miles de empleos.
Lo que está en juego es que jamás se repita tener a un Presidente tan alejado de la realidad que no le importe la salud y bienestar de quienes lo llevaron al más grande privilegio en su vida.
Yo quiero un país donde la innovación tecnológica para generar energía, para simplificar trámites y hacer más sencilla y segura la vida de todos sea no sólo bienvenida, pero, también, buscada y promovida.
En resumen, lo que está en juego, es que tengamos oportunidades reales para prepararnos académicamente, el que la justicia sea un método para dirimir nuestras diferencias y castigar las conductas no deseadas. Que un trabajador vea como su esfuerzo es remunerado con la tranquilidad de que su salario realmente alimenta a su familia.
Veo con preocupación y una profunda tristeza también, que quienes se oponen a la 4ª Transformación y a López Obrador, carecen de toda imaginación para confrontarlo, pareciera que no supieran lo que está en juego…