Lo que nadie te quiere contar sobre emprender (carta a una lectora)
Buenas noches, Alma
Muchas gracias por escribirme y por tomar en consideración mis consejos. Como redactor profesional, y antes ingeniero, dar instrucciones sobre cómo orientar perfiles laborales queda muy lejos de mis capacidades. Pero dado que te has tomado la molestia de escribirme y contarme tu caso con tanto detalle, te contestaré con sinceridad en base a mi experiencia laboral, y de mi salto voluntario desde un sueldo seguro a final de mes a incertidumbre de trabajar por proyectos. Léela hasta el final, de seguido.
Vas a pasar mucho miedo al principio. Además, todo te parecerá bastante confuso, y cualquier paso que des te supondrá tomar una dura decisión. Durante un tiempo, estarás perdida, y habrá bastantes particulares y empresas que se aprovecharán de ti precisamente por ello. Como autónoma, empezarás todos los meses con números negativos y sentirás que te ahogas en ellos. Como los ingresos iniciales no superarán a estos gastos mínimos, te desesperarás y tratarás de gestionar mejor tu tiempo. Muchas veces sin éxito, lo que llevará a frustrarte no solo como emprendedora: también empezarás a dudar de ti como persona y es posible que no encuentres comprensión o consuelo entre aquellas que se encuentran cerca de ti. Tardarás mucho en habituarte a muchas de las herramientas que acabarás usando en tu día a día. De estas, tardarás más todavía en encontrar aquellas que se adapten a ti y no al revés. Vas a despertarte en mitad de la noche preocupada por un sinfín de asuntos: haber olvidado una tarea, creer haber olvidado una tarea, el sentimiento de estar fallando o de no haber dado más. Durante un tiempo, no importa que lo apuntes todo porque dudarás de ti misma y revisarás varias veces cada tarea. El dinero también te quitará el sueño, y te preocuparás por los pagos a los que es posible que te cueste enfrentarte. Perderás muchísimo tiempo revisando tu propio trabajo, analizando cada fragmento y buscando errores que de todas maneras no vas a encontrar. Cada email o llamada nueva te pondrá en tensión. Te sentirás agredida y desprotegida ante ojos que no te ven pero que –pensarás– pueden ver a través de la armadura que piensas ficticia y que llevas puesta. Es más, sentirás que tu cliente puede ver la verdad de tu engaño, que eres un impostora en una profesión que no es la tuya y que pronto todo el mundo se dará cuenta. Mirarás constantemente por encima del hombro, esperando que alguien te grite por ello. Puede que pierdas el apetito, o que un estrés al que no estás acostumbrada te ayude a ganar más peso del que deberías tener. Tu salud, al menos al principio, es posible que se resienta, y puede que descuides las relaciones familiares. Esta gente, a su vez, no entenderá lo que estás haciendo y pondrá en duda todo aquello que tratas de explicar. Puede que te critiquen por ello, en ocasiones duramente. Llorarás. Las emociones se volverán confusas, y desaparecerá la barrera del tiempo familiar y el tiempo de trabajo. Esto hará que viertas sobre quien no deberías sentimientos que no le corresponden. Estos roces te desgastarán. También te agotará no dar a basto con los proyectos que tan duramente has conseguido. Pero estarás todavía más estresada cuando no los tengas. Cada cliente será una batalla contra ti misma que supondrá dar todo lo que te queda. Si no das este paso y te lanzas a emprender te vas a arrepentir el resto de tu vida. Es la mejor decisión que he tomado hasta ahora, y el tiempo hace que todo lo que has leído arriba merezca la pena en perspectiva. Ánimo.
Un abrazo muy fuerte, Marcos Martínez
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administradora
7 añosTienes toda la razón Marcos, hay que tirarse