Si el difunto creador de las pensiones públicas, Otto Von Bismack, viera lo que hemos hecho con su sistema probablemente se llevaría las manos a la cabeza.
En 1889, cuando la esperanza de vida era 40 años, el prusiano Otto ideó un sistema de pensiones de reparto como el que tenemos hoy en día. En aquel entonces muy pocas personas llegaban a la edad de jubilación establecida, 70 años, por lo que el sistema era muy sostenible ya que los trabajadores pagaban con sus contribuciones la pensión de los pocos privilegiados que recibían una prestación. El problema es que hoy en día la esperanza de vida no es de 50 años, es de 83. Tenemos un sistema piramidal que consiste en algo tan básico como que los más jóvenes pagan mes tras mes las pensiones de los jubilados. No es que el sistema vaya a quebrar, es que ya quebró hace muchos años. La gente se equivoca gravemente cuando dice "estoy cotizando para mi jubilación". Simplemente es erróneo, nadie en España cotiza para su jubilación, lo que realmente hace es costear las pensiones de los jubilados del momento, no aporta para garantizar su propio retiro.
¿En qué momento se fue todo al garete? Los avances del siglo XXI permitieron desarrollar la economía global y los grandes progresos médicos empezaron a elevar progresivamente nuestra longevidad. El número mínimo de trabajadores que se necesitan para hacer viable el sistema piramidal es de 3 por cada pensionista. Hoy en día tenemos bastante menos de 2 cotizantes por pensionista. En el futuro se estima que haya un cotizante por pensionista, dicho de otra forma, prácticamente la mitad de nuestro salario bruto irá destinado a mantener un jubilado. En la siguiente ilustración se observa la evolución de la pirámide poblacional desde 1900 hasta 2050.
La masa se percató de que algo pasaba con las pensiones cuando los políticos empezaron a aplicar parches para intentar disimular el default. Lejos de poner un remedio definitivo, éstos han ido alargando la agonía aumentando la edad de jubilación y los años que hay que cotizar para conseguir la "máxima" pensión. Lamentablemente el problema no se puede solucionar así, es necesario cambiar el modelo, hay diversas alternativas como los sistemas de capitalización. El caso es que hoy la gente tiene que trabajar muchos más años para conseguir una pensión "digna":
¿Se está desmoronando el estado de bienestar? Sí, ya lleva años convertido en el bienestar del estado, que es bien distinto pero no procede explicarlo hoy, dedicaré un post aparte para este tema.
Algunos burócratas sugieren volver al "papeles para todos" de ZP y abrir nuestras fronteras cual hermanos a todo Dios. Me encuentro perfectamente cómodo con esa idea porque creo en la libertad de circulación de personas, pero aún así el modelo seguirá fallando. Esto es un sistema piramidal, los de bajo (los jóvenes), pagan a los de arriba (los mayores), pero ¿qué pasará cuando toda esa ingente cantidad de personas sean ancianas? ¿Quién pagará entonces por sus pensiones?
Dado que para trabajar en España es obligatorio contribuir a la estafa piramidal, al ciudadano de a pie sólo le queda hacer lo evidente, buscarse la vida con alternativas privadas como los planes de pensiones para ser, al menos, parcialmente dueños de su propia jubilación. Los gobiernos conceden algunos beneficios fiscales bastante suculentos para aquellos que quieran recurrir al mundo privado, o lo que es lo mismo, están admitiendo la catástrofe pero sin responsabilizarse del asunto, simplemente dejando que la gente se organice su futuro como considere más conveniente.
Cabe destacar que éste no es un problema doméstico, ocurre en casi toda Europa. Simplemente nuestros vecinos ya tomaron ventaja hace tiempo:
La mayoría de los jubilados en los países de la OCDE complementan el subsidio del estado con soluciones privadas. Importante reseñar que estos datos son anteriores a la crisis Griega. Mirad cómo está Grecia hoy y volved a mirar el gráfico, ¿casualidad? Es evidente que no. La situación de España no ha cambiado lo más mínimo por cierto.
Creo que es importante que tomemos conciencia de esto y empecemos a explorar remedios para nuestros problemas de calidad de vida en el futuro. Existen muchísimas vías para capitalizar el ahorro, desde los clásicos planes de pensiones hasta las aportaciones a fondos de inversión con reparto de dividendos. ¿Qué es lo que más le conviene a cada uno? Hay infinitas variables que afectan al diseño de nuestra jubilación y no existen dos personas iguales con la misma coyuntura patrimonial, laboral y fiscal, por eso es importante informarse o delegar en alguien que pueda aportar vehículos eficaces para solventar nuestros problemas del mañana.