Londres 2012 / London 2012
A pocos días vista del comienzo de unos nuevos juegos olímpicos, me voy a permitir compartir el diario de mi viaje a los pasados juegos celebrados en Londres hace 4 años.
02/08/2012
Pues después de despedirme de la familia en la estación de autobuses de San Pedro del Pinatar, me dirijo a Murcia donde enlazaré con otro autobús que me llevará a la T4. No soy capaz de ver ninguna película de las 3 que empiezo a ver (La sombra del poder, Destino oculto y Los 3 mosqueteros). Duermo lo suficiente para realizar una gran foto unas horas más tarde…
03/08/2012
Vamos hablando y según se acercan las 6 de la mañana los nervios afloran ante la posibilidad de un contratiempo que me deje en tierra. El autobús llega a la T4 y tengo que coger otro más para llegar a la terminal de bajo coste.
A las 5:24 según hablaba con Gonzalo por teléfono, el contacto visual en la T1 se produce. En el mostrador de Terravision estábamos comprando los billetes del enésimo autobús que nos llevaría desde el aeropuerto a Londres.
Nos tomamos un cafecito y tratamos de conectar con David Ferrer a través de twitter con la excusa de haber pasado un alto porcentaje de los veranos de mi vida en su pueblo natal, Javea. Clasificado para las semifinales junto con Feliciano López, perdieron los dos partidos siguientes y no consiguieron medalla.
Antes de despegar se producen las primeras risas, pues una mujer no se ha percatado de que vuela en Ryanair, en lugar de Iberia clase business. Que si hay overbooking, que si mis hijos deberían ir juntos, …
Creo que ha sido el viaje en avión más incómodo que he realizado, pero soy consciente de que probablemente haya sido por el que menos he pagado. Complicado colocar el equipaje de mano, poca distancia entre los asientos, …
Llegamos a Stansted…
Me dejan pasar sin pasaporte, solo con el DNI tras un interrogatorio más exhaustivo que a mis acompañantes.
Se empieza a sentir el ambiente olímpico, pues parte de la expedición de Holanda se marcha de vuelta a casa.
Con el Terravision llegamos a Stratford y desayunamos en el centro comercial más grande de Europa, Westfield.
Tras desayunar nos vamos hacia Leytonstone y con mucho valor decidimos ir andando. El Iphone habla de una cifra igual a 2 (¿kilómetros, millas?)
El camino da mucho juego. Peluquerías: hasta la mitad del camino nos quedamos alucinados con la cantidad de salones de belleza que veíamos e hicimos una porra para acertar el número de peluquerías que veríamos hasta llegar a nuestro destino. Pues nadie acertó. Hasta 8 peluquerías en poco más de un kilómetro.
Se nota la diferencia de ambiente al cruzar bajo el puente del tren de cercanías que nos da la bienvenida a Leytonstone. Para hacernos una idea, pasamos de la Rondilla a Covaresa. (Mi mujer me va a matar).
Dejamos las maletas en Barclay Road y nos vamos al centro de Londres con Ana como guía. Compramos la oyster card. Recogemos a Lucía en la estación de metro y nuestro primer monumento es la catedral de st Paul, donde se casó lady Di.
Almorzamos en Anchor Brewery 34 Park Street London, UK SE1 9EF, United Kingdom. Me pido un fish & chips ante la insistencia de mi cuñado. Fue la primera delicatesen británica. Me faltó el té como veréis más adelante.
Visitamos el mercado de Borough, donde los expertos cinéfilos comentaron alguna película rodada por allí.
Cruzamos por London Bridge, entramos en una tienda de deportes donde Manolo compró un pantalón que no conocería el sudor en tierras anglosajonas.
Me tomo un frapuccino en el Starbucks de Eastcheap.
Vamos hasta la parada de Bank para dirigirnos al parque de Victoria donde hay instaladas pantallas.
Allí vemos el maratoniano partido de tenis (semifinal) entre Juan Martín del Potro y Roger “Zidane” Federer. Gana el suizo que sufrirá las consecuencias en la final del domingo que veremos comiendo.
Las cervezas muy, muy caras. Nos vamos a Leytonstone y por el camino vemos una detención digna de película con BMW´S y todo. En el Red Lion jugamos la primera y última pocha en tierras británicas. Gana Gonzalo y pierdo yo.
Cenita en casa de Ana y Martin. Quesos variados y el ibérico que lleva Alfonso desde España que educadamente no probamos. Buena cerveza, Stella Artois y Nastro Azzurro. A dormir muy cansados a casa de Asun tras día completito.
04/08/2012
Llega el día de conocer WEMBLEY, la catedral del fútbol. Para empezar el día con fuerzas, full english breakfast. Con sus baked beans, su hash Brown, champiñones salteados, salchicha, bacon, … Y el comentario gracioso que no cambian bebidas calientes por frías. Este desayuno invita más a cerveza que a café.
En metro a Wembley, pasando por Hyde Park que también tenía pantallas gigantes, muchos ingleses celebrando medallas y una seguridad digna de una cumbre internacional. Paseo rápido por Oxford Street hasta Bond Street.
La salida del metro te deja con la boca abierta ante Wembley, “La catedral del futbol”. A pesar de no tener el glamour del viejo, el actual sigue siendo el estadio más mítico en el que se pueda jugar un partido de fútbol.
La entrada al estadio es digna de un hotel de 5 estrellas. El partido no parecía muy apetitoso, pero resultó que vimos al campeón olímpico, México. Yo quería apostar (algo muy típico allí) un 2-0 a favor de Senegal. Hubo prorroga y al lado tuve a un verdadero “loco” del fútbol, más nervioso por el partido amistoso del Newcastle que por el evento que tenía delante. Nos advirtió de la floja defensa africana, clave en el resultado final.
La salida fue lo peor. Una gran aglomeración de gente. El metro saturado. No comíamos nada desde el full english breakfast. Sugerí salir hacia el lado contrario, ya que nos pareció ver una taberna para comer al cruzar el puente e igual había menos cola. O no. Nunca lo sabremos
Casi una hora en el metro y llegamos a Liverpool Street, al mercado de Spitalfields. Nos acompañó en la cena un desfile de moda afroamericana y multitud de señoritas de color, desde Oprah Winfrey hasta Beyonces y Rihannas.
Allí tomé un pastel de carne, otra muesca más a la lista de la gastronomía de las islas.
Estuve dando la tabarra todo el día con la posibilidad de ir a la Casa de España en busca de entradas. Como no pienso las cosas, yo quería ir al barrio de Chelsea pensando que todo el mundo sabría dónde estaba el NH. Y que la promoción de Madrid 2020 inundaría las calles. Menos mal que el resto de la expedición puso cordura…
Y para terminar el día, salimos un poquito cerca de casa con Martin, al Red Lion y otro más típico, de toda la vida, que se llamaba North Star.
Vimos al campeón de los 10.000 metros, que luego también ganaría los 5.000, Mo Farah. Supimos controlar la situación y nos fuimos a una hora prudencial a la cama.
Me llamó la atención que tocaron la campana para avisarnos de que era la última oportunidad para acercarse a la barra y tomar la “penúltima” ronda.
Martin nos enseñó una bonita estatua de madera que costaba más de 800 libras y nos dijo: “imagínate que llegas a casa y le dices a tú mujer, cariño, mira lo que te traigo”.
Fea la estatua no, lo siguiente.
05/08/2012
Tercer día. Me tomo una taza de café con Asun. Se muestra muy amable y la rechazamos todo lo que nos ofrece, pero me parece educado tomarlo. Café soluble de KRAFT.
Habíamos quedado a las 9 en Barclay road, pero Alfonso y Manolo ya habían desayunado. Otra cara de confusión.
Nos vamos hacia el barrio de Chelsea, ya conocemos exactamente donde está la CASA DE ESPAÑA.
Pero en el camino nos espera un “sustillo”. La seguridad del metro nos pregunta que si hemos visto “an unattended bag”. Nos paramos una parada antes de nuestro destino e intentamos salir a la superficie, pero llueve.
Antes de llegar al NH Harrington Hall en 5 Harrington Gardens, paramos a re-desayunar en Pret A Manger, en 99 Gloucester Road London SW7 4SS, United Kingdom.
Yo no cojo nada porque quiero tomar algo en el hotel, craso error como veréis después.
En lo que terminan lo que habían comprado, hago de avanzadilla y en la puerta del hotel me encuentro con Juan de Dios Román y Roberto Gómez. Además de una chica de Valladolid.
Dentro pasa casi media hora hasta que me ponen un café con leche por el módico precio de 3,75 libras. Los camareros se están haciendo fotos con José Mota.
Fotos con famosos sí, pero el principal motivo de la visita que era conseguir entradas fue un desastre. Vemos un Lamborghini Diablo Naranja que nos quitó el hipo del ruido que hacía.
Cogemos un autobús que nos llevará hasta Hyde Park Corner pasando por museos, Harrods,…
Nos bajamos, pasamos por el Wellington Arch y por el lateral del Palacio de Buckingham llegamos a la rotonda donde se está celebrando el maratón femenino.
Seguimos con la ruta por el centro londinense hacia la abadía de Westminster y por el camino nos encontramos con la tuna de la Universidad de Zamora. La gente flipaba con los tunos, les pedían fotos, pero nos comentaron que no eran muy amables a la hora de permitir que tocaran en los locales.
Big ben, la noria y difícil moverse, ya que las calles se encuentran cortadas por el maratón.
Por el lateral del río llegamos a las cercanías de la bonita estación de Charing Cross y buscamos un sitio para comer y ver la final de tenis, Murray vs Federer. Difícil, pero entramos en el Café Rouge. No hay sitio cerca de la tv y tardan una eternidad en atendernos. Pensamos en levantarnos y al final conseguimos ubicarnos para almorzar y ver el partido a la vez.
La comida muy buena, escasa la ensalada DOBLE del Cesar que pidieron “Alfonso & Manolo” y yo tomé un confit de canard con salsa de ciruelas muy sabroso.
Gonzalo se marchó a dar un paseo, tomamos una caña y un café mientras Andy destrozaba a Roger.
Reunidos todos, visita a Trafalgar Square donde descubro que he estado engañado 15 años, pues la foto que tengo subido a un león de acero negro no era en el Palacio de Buckingham, sino en Trafalgar Square.
Covent Garden y hacia Picadilly. Pasamos por el m&m´s World, donde Alfonso compró una taza para Belén y yo no fui capaz de encontrar una piggy bank (hucha) para Nicolás.
Una sensación del viaje es que todo era lo más grande. La pantalla más grande, el centro comercial más grande, la tienda de golosinas más grande.
Nos vamos a Stratford en metro. Aunque nos reímos mucho, las mayores risas del día y del viaje estaban por llegar.
Enfrente tuvimos dos jubilados americanos que iban a ver a Usain Bolt (la envidia nos hizo llegar a pensar en algún acto de violencia). Nos hicieron alguna foto a Alfonso y a mí ataviados con los colores rojo y gualda. Y nos preguntaron que si sabíamos lo que era KILARNY por el polo que yo llevaba. Llegamos a la conclusión de que era una ciudad irlandesa donde se juega al golf.
En la zona de fumadores, una joven británica muy elegantemente vestida, nos hizo dudar en pagar ¡200 y 260 libras por entradas de Volley playa!. También nos hicimos los suecos para intentar entrar en el parque olímpico, pero cuando decían que mostrásemos los tickets, nos llevaban al callejón de salida. ¡Qué triste!
Nos tomamos un botellín por el módico precio de 4 libras = 5 euros y se produce el momento más cómico del viaje, pues pasa Sergio Rodríguez, Gonzalo salta cuan gacela y al saltar yo la valla, doy con mis huesos en el suelo. Risas generalizadas. No me iba a fotografiar con él pues Sergio iba bastante asqueado del acoso mediático, pero después de la tremenda caída…
Al rato pasa Victor Claver y con más precaución, nos fotografiamos los 4 con él. De vuelta a la villa olímpica con su novia, Sergio Rodríguez le comenta la jugada partiéndose de risa.
No conseguimos nuestro objetivo de obtener entradas, pero Gonzalo conoció lo más importante de Londres.
Manolo, a este ritmo no me extraña que en París vierais en 2 días más cosas que yo en cuatro.
Nos vamos hacia casa en bus, paramos un poco antes a comprar el famoso chileno Casillero del Diablo, variedad Merlot. Vino que patrocinaba al Manchester United.
Para cenar, Martin preparó un asado típico delicioso. Cenamos muy bien y vimos como Usain Bolt ganaba su primera medalla de oro.
Asun llevó un Ribera de Duero que estaba bastante mejor que el vino chileno.
Tomamos postre muy rico y muy típico también.
A dormir un poco decepcionados, pero había que cargar pilas (tanto de móvil como de ser humano), pues lo mejor estaba por llegar.
06/08/2012
Llega el día que viví el mejor y el peor momento del viaje. Será sobre las 19 horas e intentaré describirlo lo mejor posible.
Lunes, cortésmente dejamos a Asun la prioridad sobre el cuarto de baño, ya que tiene que ir a trabajar. Llegamos a Barclay Road (casa de Martin y Ana) un poco tarde.
No han desayunado y decidimos ir andando porque tuvimos la tarde anterior una duda sobre un camino hacia el OLYMPIC PARK al principio de la calle Leytonstone.
El desayuno inglés completo nos vuelve a acompañar, algo menos completito que el primer día, en un bar peculiar ORANGE café, donde sentarse era un triunfo.
Tras cargar pilas, la búsqueda de tickets se convierte en nuestro principal objetivo. Recorremos la pasarela hacia el centro comercial WESTFIELD con el cartel “WE NEED TICKETS” hasta que nos cortan las ilusiones con la advertencia de que no era muy “polite”. Por el centro comercial, pillando wifis, intentamos comprar entradas con los smartphones. Gonzalo lo consigue. Una entrada para Balonmano femenino, cuartos de final, 75 libras. Yo la tengo concedida, pero soy incapaz de introducir la tarjeta de crédito. Momento de crisis. Me siento en la tienda de CROCS, esas famosas sandalias de mil colores. Manolo nos wasapea diciendo que en la tienda de APPLE hay terminales a mogollón con conexión. Allá que vamos. Para desconectar de vez en cuando, SHOPPING variado.
El día anterior unos chicos con los que coincidimos en la CASA DE ESPAÑA nos comentaron la posibilidad de reutilizar una entrada con un buen inglés y/o una buena excusa. La máquina lee el ticket y dice que ya ha sido usada, semáforo en rojo. Hay que empezar a echar mano de todas las enseñanzas del RANA.
Nos acercamos más al parque olímpico ya que tenemos que recoger la entrada de Gonzalo. Yo paso, pero a ellos les cortan, tienen que ir a buscar el número de reserva. En esos momentos de soledad, me doy cuenta de lo difícil que es acceder, y la sensación de desprecio con la que te miran si no tienes entrada.
Toca comer. Sin lujos. Hay que guardar libras para una posible reventa. Compramos en el Marks & Spencer sushi, fruta, Walker´s, algún refresco y al jardín contiguo a la villa olímpica. Allí un Bobby nos comenta que el iría con el cartel “WE NEED TICKETS” a la puerta de la villa olímpica. No le gusta que haya asientos vacíos.
De postre un rico helado de café, baileys, tiramisú, chocolate blanco,… 2 bolas enfrente de Victoria´s Secret. No quiero malos pensamientos.
Más tienda APPLE, más búsqueda infructuosa. Nos encontramos con unos desagradables jugadores de hockey argentinos, pero el destino nos guardaría una “mini-venganza” para ellos. Y se empieza a fraguar el timo noruego, pues había que acompañar a Gonzalo. Encontramos una noruega con multitud de entradas para balonmano femenino (cuartos de final) que nos ofrece por 150 libras, el doble de su precio una entrada. Lo peor es el precio, pero otro hándicap es que habría que comprar para luego cambiar y ver a España en el segundo turno. Si sale mal, a las 20:30 ver a Francia.
Esa noche la sesión de baloncesto es increíble. España – Brasil y Argentina – USA. Sobre las 19 horas, nos vamos a casa para por lo menos verlo en tv.
Repito, es el momento más crítico del viaje y hay que recurrir a una locura parecida a la de “Me la juego. Manolo, sal”. Vuelvo a tirar del cartel “WE NEED TICKETS” en la pasarela de salida y…
Nos cruzamos con unos alemanes que venden 2 entradas por el precio que marcan para la sesión de balonmano que empezaba a las 19:30. Las entradas son obsequio de VISA para la fila 1. No sabemos qué partidos veríamos, pero la diosa FORTUNA seguía de nuestro lado -> España – Croacia y Francia – Suecia.
Sorteamos las entradas entre Manolo, Alfonso y yo, ya que Gonzalo vería balonmano fijo el día siguiente. Alfonso y yo entramos, mientras Manolo va a comprar el timo noruego de 150 libras. Es lo que hay. Situaciones límite, pagos límite. Al día siguiente nos permitiremos el lujo de reírnos en la cara de un chico que nos pidió un dineral por el waterpolo femenino (semifinal) que finalmente vimos por un precio bastante digno.
La cena baratita. Dos calzones regulares y dos Heineken, unos 20 euros. Estaba muy borracho el que le tiró la botella a Usain Bolt con lo que cuesta y encima la botella es de plástico. También al día siguiente le diríamos a un repartidor que el precio era excesivo.
Perdemos con los croatas, el cruce será Francia, futuro campeón olímpico que nos eliminará en el último segundo. Vemos el partido Francia – Suecia más relajados, observando cómo animan los gabachos. Hay un francés (que bien hablaba castellano el jodio) que nos explica como Titi es a Thierry, igual que Pepé es a Pedro. Alfonso y yo todavía nos estamos partiendo de risa.
Salimos del Cooper box y después de hacernos una foto con Barrufet, vamos al Basketball Arena a la desesperada. Consigo una entrada del COE que ya habían usado para ver el partido España – Brasil, pero no se quisieron quedar al Argentina – USA.
Alfonso, no me siento orgulloso de un gran momento. No fui consciente. Solo quería ver, cuantos más minutos mejor. Fue un traslado Londres – Nba en unos pocos segundos. Espero que me perdones algún día.
Veo el tercer cuarto, donde los americanos aceleran. Durant 28 puntos con infinidad de triples y el equipazo argentino no puede detener la avalancha. Al salir meo entre 2 negros enormes que sentían verdadera admiración por José Calderón y me desafiaban diciendo que si junto a los Gasol serían capaces de derrotar al Dream Team. La sudadera más bonita del mundo te hace muy popular.
De vuelta a casa, hablo con unos españoles que al día siguiente tenían hockey sobre hierba por la mañana y Wembley por la tarde. No están muy animados a ir por la mañana al hockey, pero esas dos entradas nos vendrían muy bien a Alfonso y a mí para entrar al parque olímpico. Parece que la adrenalina ya se había ido de mi cuerpo, pienso, razono y decido no comprarlas en el momento. Le tomo el teléfono y quedaremos la mañana siguiente en un sitio sin perdida, la tienda de BOSCO.
Cojo el metro, un poco acojonado y al salir en LEYTONSTONE, me equivoco de salida (me voy a la Western entrance enfrente Grove Green Road y la parada de autobús, en lugar de la Eastern entrance en Church Lane. No he tenido suficiente y en lugar de dirigirme a casa de Asun por Barclay road (as usual) me voy por la calle del Red Lion. Al llegar al final de la calle, me parece oír un gato. Pero no, el día tenía más sorpresas, un pequeño zorro se queda en el jardín mirándome desafiante. Y tras él, otro zorro más. A todos los que os lo he contado, habéis podido comprobar cómo se me pone la carne de gallina. Los que me conocéis, también suponéis que mi ropa interior pudo cambiar de color repentinamente con la aparición de los carnívoros.
Otro pequeño rodeo hasta llegar a Barclay road y al final tener que tomar el itinerario habitual. Llego a casa y tengo que tomar un vaso de leche. Abro la nevera y unas obleas LA COCINERA que me acompañaban todos los días, habían llegado hasta Londres. (Otra cara de confusión) Para terminar el día, pongo a cargar el móvil y golpeo una guitarra que no para de sonar.
07/08/2012
Último día en Londres. A pesar de haberme acostado tarde, hay que levantarse para comprar regalos en Argos y Tesco. Martin cuando me ve cargado de bolsas, me llama “el papa Noel de los Juegos Olímpicos”. Peluches, un balón, hinchables, camiseta, …
Nos dividimos, ya que Gonzalo y Manolo tienen travel card con las entradas del balonmano (la noruega podía haber tenido algún detalle más por 150 libras, pero…)
Alfonso y yo vamos en bus. Tiene que atender alguna llamada profesional durante el trayecto.
A las 10:42 hora local, desayunamos “on the go” tras coger un café y bollería en Caffe Concerto. Caro, pero muy digno. Nos sentamos al lado de la Apple store ¿costumbre, ti@s buen@s en Abercrombie & Fitch ó Gilly Hicks?
Todavía no hemos decidido si comprar las entradas de hockey. El programa no invita mucho ya que se trata de Sudáfrica – Argentina y Bélgica – India. Al final, llamamos al chico y quedamos con él a las 11 en la tienda de BOSCO. Ya tenemos 4 entradas para el parque olímpico y ninguna para ver participantes de nacionalidad española.
A Gonzalo le rompen el cartel de “WE CHANGE TICKETS”. Indignado, entro en la tienda de BOSCO y le pido prestado un papel y un boli a la dependienta que me ofrece un pastelito de almendra similar a las perrunillas. Ya tenemos un nuevo cartel de “WE CHANGE TICKETS”.
Cuando hago el primer intento de comprar el regalo de Susana, me encuentro con unos franceses que podrían estar interesados en las entradas de balonmano que tenemos. Al igual que las negociaciones en el descanso del balonmano masculino la pasada noche, los franceses quieren cambiar sus baratas por nuestras caras sin pagar la diferencia. Menudos listos.
Gonzalo solamente quiere cambiar por entradas caras, no quiere entrada barata más diferencia en libras. Nos vamos dentro. Pensamos que sería (y así fue) más fácil el trapicheo.
Según pasamos los controles de seguridad, tuvimos una gran oportunidad. Unas francesas nos ofrecieron 4 entradas de 20 libras para ver a España. Estuvimos algo lentos.
Nos volvemos a separar. Alfonso y yo a buscar turbantes que quieran entradas de hockey, mientras Gonzalo y Manolo buscaban franceses para cambiar, vender, …
Se hace extraño ofrecer tickets en lugar de solicitarlos. Muchas llamadas, mucha tensión y en pocos minutos pasamos de tener 4 entradas sin color español a tener 4 entradas de 20 libras para ver a las guerreras contra Croacia. Llamadas a casa para decir que enciendan la tele. Y otro momento para recordar: un chico del COE/eurosport nos ofrece el micrófono para grabarnos. Unas palabras, unos gritos y en la web se puede observar un ridículo sin precedentes.
Estamos dentro. Nos intentamos poner juntos, ya que las entradas están separadas dos a dos. Una voluntaria octogenaria no es capaz de sacar una foto con el IPHONE. Gritamos como bestias en la primera parte y en el descanso nos cambiamos de sitio, cerca de Diego RUIZ, un atleta que encima es paisano de Burgos...
Victoria, a semifinales contra Montenegro, afónicos, otra foto con Barrufet, ridículo con el móvil reproduciendo el himno de España y como hay pocas opciones para comer, al McDonald's más grande del mundo que había sido construido en el Parque Olímpico de Londres, ubicado a pocos metros del estadio Olímpico, y se calculaba que vendería hasta el final de los Juegos unos 50 mil Big Macs. Capacidad para 1.500 personas.
Era el más grande del mundo, pero la comida es la misma que el más cercano que tengáis a vuestro domicilio.
Otra opción hubiera sido el Prestige, más cerca todavía del estadio Olímpico y donde vimos a don Fabio Capello por la ventana. Pero creo que, con la pasta de nuestros 4 bolsillos, no hubiéramos comido uno solo.
Después de comer, un paseo tranquilo y relajante viendo todas las “venues”, el Orbit y activando el modo RADAR de vez en cuando porque ya teníamos en mente que las chicas del Waterpolo jugarían la semifinal por la tarde contra Hungría.
Foto con la antorcha, más de 30 libras. Nosotros merodeamos el puesto por si era gratis. Otro momento Paco Martínez Soria y van …
Y otro gran momento, muy poco creíble cuando lo cuentas. Había multitud de kioscos vendiendo helados Cadbury con 3 personas en cada kiosco. Yo sabía que un compañero de Raúl (Trabajó en Nestlé y ahora juega al pádel conmigo) estaba por allí. Y se me ocurre preguntar en uno, la primera vez que preguntaba. No es un chiste, pero creo que había una bielorrusa, un húngaro o búlgaro (no recuerdo) y sí ¡¡¡¡UN ESPAÑOL!!!!. Seguimos preguntando, ¿De Valladolid? Respuesta afirmativa. La cara de 5 pucelanos que se encuentran de casualidad sin conocerse en el parque olímpico os la podéis imaginar.
A merodear cerca de donde se va a celebrar el waterpolo. Vuelvo a describir el placer de rechazar sin dudar cuando alguien te pide una barbaridad de dinero por un ticket. Nos quedamos tan tranquilos. Todo lo que viniera sería bienvenido. Y un italiano nos ofrece por 100 libras, dos entradas de 30. Caras serias, igual hasta parecimos duros negociadores y enseguida bajo a 80 libras. Intento estirar la cuerda hasta 75. El no entiende porque 75. Le decimos que es nuestro año y tras 5 minutos aceptamos por 80. A mí no me importaba no entrar. Quedaban regalos por comprar, ir al club de pádel, y más opciones como la exposición de James Bond 007 en Barbican, o asistir al Great British Beer Festival cerca de Kensington.
Y al pie de la city londinense está el Padel Club London, algo complicado de encontrar, pero el paseo en el DLR estuvo muy bien. Me llamó la atención la pista con suelo de color rosa y el entorno de yates con furgonetas de cristales tintados que llegaban a pie del Támesis. Ana nos dijo que las fiestas en el Támesis eran muy famosas. El equipo americano de basket no estaba en la villa olímpica y yo sospecho que algún día se dejarían caer por allí.
En Stratford devuelvo la Oyster card y con el autobús a casa, ya que teníamos travel card. Vamos hasta el Tesco buscando los últimos regalos de Alfonso y de vuelta encontramos el Walnut Tree que no cerraba la cocina y tenía pintas a 1,99 libras. Jacket potatoe, Foster´s para recordar viejos tiempos y nostalgia, pues esto se acaba.
Concertamos un taxi para el madrugón de mañana y tendremos un pequeño detalle con Asun.
08/08/2012
Nos levantamos lo más silenciosamente posible. Yo me hago el remolón, al contrario que los otros días y Gonzalo me da un toque. Mi alarma estaba puesta a las 5:28 y habíamos quedado a las 5:45 en Barclay Road. Primera muestra de nerviosismo del amigo Gonzalo. Nos hacemos unas fotos por el camino ya que la arquitectura es diferente. Es de día.
Llegamos y “Alfonso & Manolo” no están. El taxi también se retrasa. A esas horas hay autobuses, pero el taxi no es muy caro y nos queda bote.
En Stratford esperamos un buen rato, deseando un café como agua de mayo. El Terravision llega tarde y los nervios van en aumento. Hay comentarios sobre la barriga de mi maleta. Manolo acoge cierto equipaje en su maleta. En España no será posible pues tiene que meter su cazadora que ya no hace falta.
El último desayuno en el Pret A Manger de Stansted. A Gonzalo le hacen comprar una bolsa, quitarse un cinto no metálico, …
Vamos muy justos de tiempo y apenas podemos hacer shopping en el duty free. La pequeña pasada por las tiendas no muestra grandes gangas donde gastar las últimas libras.
Ya en el avión conseguimos sentarnos en los asientos más amplios de la salida de emergencia.
En Madrid, larga travesía al METRO y al final comemos todos juntos cerca del Bernabéu en la hamburguesería New York. ¡Una pasada! No nos atrevemos con la de medio kilo. No tienen nada que ver con las del McDonald’s. Muy recomendable.
El vermouth en el Museo del Jamón donde compro un salchichón ibérico a 3 euros exquisito. Le pido un salchichón, pero que me lo meta en una bolsa de Jamón bien grandecita ya que necesito aligerar la barriguda maleta.
Tras la comida en metro hasta Chamartín, donde Manolo cogerá un cercanías, “Alfonso & Gonzalo” alta velocidad y yo volveré al Marca Café. El viaje lo pasaría durmiendo por lo que lo dejo para última hora y por la tarde veo a España con diferente suerte en Balonmano, Waterpolo y Baloncesto.
Nos despedimos con un abrazo de un viaje inolvidable. Muchas gracias a los 3.