Los 7 pecados capitales del CEO: ¿cuántos has cometido tú?

Los 7 pecados capitales del CEO: ¿cuántos has cometido tú?

Seamos honestos. Si llevas algún tiempo en la silla como CEO de tu empresa, es probable que hayas cometido alguno de estos pecados capitales, quizás sin darte cuenta. Inspirado en los pecados de Dante, y bajo mi propia experiencia, aquí te dejo esta pequeña adaptación para que podamos conjuntamente reflexionar y compartir nuestros grandes errores. ¿Con cuáles te sientes o te has sentido identificado/a?

1. La soberbia: cuando crees que lo sabes todo

La soberbia es un pecado tentador para cualquier CEO. Es fácil caer en la trampa de pensar que, dado que tienes "el mando", siempre tienes la razón. Esta actitud te puede llevar a ignorar el consejo de tu equipo, subestimar las señales del mercado o insistir en estrategias que no están funcionando. La lección aquí: la humildad es una herramienta poderosa. Escuchar otras voces, incluso cuando contradicen tu opinión, puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.

2. La avaricia: si te obsesionas con las ganancias a corto plazo

Enfocarse únicamente en maximizar las ganancias puede parecer la opción más lógica para un CEO. Sin embargo, la avaricia puede llevarte a tomar decisiones que sacrifican la sostenibilidad a largo plazo de la empresa. Es crucial encontrar un equilibrio entre la rentabilidad y la creación de valor a largo plazo. Recuerda: no todas las decisiones que incrementan los beneficios hoy serán positivas para la salud futura de la empresa.

3. La gula: ese deseo por controlar absolutamente todo

La gula en el contexto empresarial se manifiesta como la necesidad de tener el control absoluto sobre cada detalle, el micromanagement. Como CEO, es tentador querer supervisar cada decisión, pero esto puede resultar en una sobrecarga personal y en la asfixia del potencial de tu equipo. Delegar no es solo recomendable, es necesario. Permite que otros crezcan y aporten perspectivas frescas que pueden mejorar los resultados.

4. La ira: esas reacciones impulsivas que surgen en ocasiones

La ira puede llevarte a tomar decisiones precipitadas o a actuar de manera que luego lamentes. Todos enfrentamos momentos de frustración, pero permitir que la ira guíe tus acciones como CEO puede dañar las relaciones y crear un ambiente laboral tóxico. La clave es la gestión emocional. Tómate el tiempo para reflexionar antes de reaccionar y considera las consecuencias a largo plazo de tus acciones.

5. La envidia: la comparación enfermiza con la competencia

La envidia puede distraerte de lo que realmente importa. Compararse constantemente con otros puede hacer que pierdas de vista los objetivos y fortalezas de tu propia empresa. En lugar de enfocarte en lo que otros están haciendo, es más productivo centrarse en lo que tu empresa hace bien y en cómo puedes mejorar desde dentro.

6. La pereza: si surge la resistencia al cambio

La pereza no siempre se manifiesta como inacción, sino como resistencia al cambio o complacencia con el status quo. En un mercado en constante evolución, quedarse quieto puede ser tan peligroso como moverse en la dirección equivocada. Mantén la iniciativa, busca continuamente nuevas oportunidades y no te conformes con "lo suficientemente bueno".

7. La lujuria: la obsesión por el crecimiento sin control

La lujuria empresarial (la otra la dejamos para otro momento 😉), se manifiesta como un deseo incontrolable de expansión: más mercados, más adquisiciones, más todo. Pero cuidado: esa pasión desmedida, sin una estrategia clara, puede llevar a la empresa a morder más de lo que puede masticar, con resultados desastrosos. Como en otros aspectos de la vida, un deseo incontrolado puede ser seductor, pero también peligroso si no se gestiona con cabeza fría.

En mi opinión, un/a buen CEO no es una persona que nunca "peca", sino aquella que aprende de ellos y tiene la humildad para rectificar y seguir adelante, y por supuesto, asumir ciertas penitencias...

Todos/as hemos pecado alguna vez

Si te reconoces en alguno de estos pecados, no estás solo/a. Yo creo que tod@s hemos cometido todos y cada uno de ellos en alguna ocasión. Lo importante es tomar consciencia de estos comportamientos y trabajar para corregirlos. Ser un/a buen CEO no significa ser perfecto, sino tener la capacidad de reflexionar sobre tus errores, aprender de ellos y guiar a tu empresa hacia un futuro más sólido y sostenible.

¿Cuántos de estos pecados has cometido tú? Y, más importante aún, ¿qué vas a hacer para corregirlos? 🙂

Mertxe Idoate Huarte

Ayudamos al CEO a mejorar el funcionamiento de su equipo directivo con nuestra metodología de desarrollo de la Madurez Directiva Empresarial

3 meses

Gran reflexión. Creo que, además de la autoevaluación del CEO, es clave que cuente con un equipo directivo fuerte que le sirva de espejo y apoyo. En mi experiencia trabajando con líderes, he visto cómo un equipo cohesionado puede ayudar al CEO a superar estos 'pecados' y tomar decisiones más equilibradas, enfocadas en el largo plazo. Gracias por compartir!

ANGEL BARTOLOME SOLOAGA

Estrategia empresarial. Impulsando compañías con crecimiento sostenido y rentable.

3 meses

Adaptar a títulos preestablecidos comentarios sobre las malas gestiones, decisiones y actitudes de los CEO por su falta de formación empresarial o de capacitación o de talento o de todas, me parece poco acertado. Se requiere mucha más profundidad y amplitud en la exposición y en mi opinión no es certera ni general esa exposición. El respeto, la capacidad de escucha, la capacidad de aprendizaje, la obligación de formarse permanentemente como líder de una organización responsable de familias, la humildad... Son , entre otras muchas, consideraciones importantes

Nacho Cabaleiro Fernández

Director de consultoría en VALOREA. Especialista en desarrollo de RETAIL y cadenas comerciales

3 meses

Fantástica reflexión. Enhorabuena.

Juan Marcos

Responsável de Turno en CENTRAL LOMERA PORTUGUESA (Marfrío)

3 meses

Gracias Alberto por compartir este post, coincido en todo

Senén Quindós Lindín

CFO @PAUDEPEDRA | Strategic Financial Planning, Management Consulting, Business Management

3 meses

Buenos argumentos para otra versión de la famosa película, Alberto. Particularmente me quedo con el primer pecado: la autocomplaciencia es mala consejera y rodearse de un equipo sin espíritu crítico es nefasto para la salud y supervivencia de cualquier organización (al menos de las privadas).

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