Los héroes del siglo XXI

Los héroes del siglo XXI

Desde hace tiempo quería escribir algo en honor a los emprendedores, aquellos que se levantan todas las mañanas con la ilusión de cumplir un sueño que quizás y solo quizás les dé dinero, pues la retribución monetaria es tan incierta como la certeza del calor en verano.

Emprender es algo que trasciende la mera expectativa financiera porque se relaciona con la más íntima esencia del ser humano: la libertad.

La búsqueda de hacer una vida de un sueño es una empresa titánica, colosal. Cuando se emprende se tiene todas las probabilidades en contra, en casi todos los casos se trata más bien de una carrera de resistencia que no tiene premio a la vista, es desgastante, llena de frustraciones, de curvas sinuosas y pendientes empinadas, todas llenas de obstáculos. Es lo más parecido a correr una maratón sin zapatos y con asfalto hirviendo.

Los emprendedores son una raza especial de seres humanos pues por lo general se enfocan en algo y no lo dejan hasta alcanzar la meta o hasta haberlo dejado todo en el camino, y digo "raza especial" porque irónicamente se sienten mejor en ambientes inciertos que en la seguridad de un ingreso mensual.

El carácter empresarial se forja, con eso no se nace, porque la templanza se la construye en el tiempo con las adversidades y los problemas. La voluntad de un emprendedor es como la de un atleta olímpico, ¡averigua cuánto cuesta clasificar a una olimpiada!.

Los emprendedores son como lobos solitarios que se juntan en manadas solo para alcanzar ciertas metas, luego vuelven a sus dominios, se sienten mejor en sus espacios.

Un emprendedor de verdad, uno curtido por la dureza de la vida, por las traiciones, la envidia, la competencia, los bancos, las crisis, la administración de sus negocios y el devenir normal de una vida llena de expectativas, no es alguien que pasa tiempo en asociaciones tratando de sacar partido, ventajas o amarres, o alguien que busca ser galardonado o aplaudido, él tiene su retribución diaria cuando experimenta la sensación del logro, de haber hecho mucho con poco, o algo donde no había nada.

Existen personas que consideran que un emprendedor es alguien eminentemente social, de banquetes, celebraciones o cocteles, no es así, al menos no necesariamente.

Dentro del gran libro de los emprendedores, los de América Latina son un capítulo aparte, en mi criterio son héroes pues tienen todo en contra: un estado adiposo con leyes hostiles para los negocios; mercados pequeños y con poder adquisitivo pobre, con baja educación y renuentes a aprender (que es lo peor), con limitada conectividad digital, y con oligopolios públicos y privados; costosos para iniciar negocios por la escasa oferta de materias primas o insumos y con una fuerza laboral muy poco capacitada pero exigente y demandante. ¡Todo en contra, pero aun así hacen empresas!. Digno de admiración y respeto.

Solo para poner en perspectiva: en el Reino Unido hay un premio para los emprendedores con visión exportadora que lo da la mismísima reina en persona cada año. En nuestros países el estado nos persigue porque nos presume evasores tributarios...

Cierro esta publicación con palabras de ánimo para todos los emprendedores con una expresión clave: ¡resistir hasta triunfar!.

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