LOS HIJOS – PROMESA EN POTENCIA PARA UN MEJOR FUTURO
LOS HIJOS ESCUCHAN LO QUE DICEN SUS PADRES, ALGUNOS HACEN LO QUE ESCUCHAN, PERO TODOS HACEN LO QUE VEN.
Cuando nace un hijo, también nace un sentimiento de amor incondicional imposible de expresar con simples palabras. Este sentir es una mezcla entre el afecto profundo, cariño total, ternura, y el compromiso para protegerlos y darles lo mejor se tiene.
Desde luego que con esta nueva responsabilidad llegan un sin número de obligaciones, surgen sentimientos de miedo sin faltar la eterna preocupación para poder ser el mejor ejemplo que los hijos necesitan.
Tener hijos es una oportunidad fascinante que ofrece esperanza y confianza. Esta cuestión nutre a las expectativas y la certeza que los hijos serán personas triunfadoras y se inicia el día se reciben por primera vez entre sus manos.
Curioso, no es necesario esperar a que este bebe crezca y se convierta en un adulto, para visualizar ese decreto y esperanza, ya que la promesa y la potencialidad inicial queda plasmada en el instante cuando el bebe llega a los brazos por primera vez.
Ese primer contacto, ese abrazo impregna el alma y se marca en el corazón para el resto de la vida. Con la certeza de que este nuevo ser tiene y tendrá lo necesario para poder crecer, desarrollar su potencial y tener una vida buena.
En esos primeros momentos no se perciben los límites, la convicción es grande y muy clara. Esta declaración se hace cuando aun son criaturas completamente indefensas y totalmente dependientes de el cuidado y el amor de sus padres.
Todos los seres humanos nacen con la promesa de la abundancia de la potencialidad de ser grandes.
Para pasar de ser una promesa o una declaración al universo de la grandeza de los hijos, como padre uno debe de estar consciente que hay comportamientos específicos que se deben de cuidar para que en efecto esta promesa se pueda cumplir.
Un padre debe de ser un ejemplo positivo, íntegro, y digno para ser el mejor modelo a seguir. Hay que cultivar la autoestima propia, ya que esta es contagiosa y solo es aprendida por medio del ejemplo y las acciones diarias.
Los sueños de los padres no deben ser que sus hijos retomen y mejoren la vida que ellos no pudieron lograr. El sueño debe de radicar en dejar que sus hijos desplieguen sus propios sueños.
Todo padre desea que sus hijos tengan una buena vida, una vida segura, feliz y llena de alegrías. Para esto será necesario recordar que su influencia como padres es invaluable y su ejemplo es la pauta que va a modular las acciones de los pequeños.
Hay que tener mucho cuidado porque algunas veces, los padres creen que les han dado todo a sus hijos, sin embargo, nunca les dieron la confianza, el amor y el tiempo que sus hijos ocupaban, por lo tanto… no les dieron nada.