Los infartos millenials.
Llamarlo infarto solo es una exageración, en realidad son ataques de pánico.
Cuando tienes un ataque de pánico, sufres de palpitaciones y te sientes sudoroso, débil y hasta mareado. El cosquilleo invade tus manos y puedes llegar a sentirlas entumecidas y que son acompañadas de escalofríos.
Por ejemplo, cuando no encuentras tu teléfono móvil, te adentras a un suceso de emociones. Crees que vas a sufrir un ataque al corazón, que estás a punto de perder la razón o que estás al borde de la muerte. Pero en realidad estas padeciendo nomofobia: miedo a quedarte sin teléfono móvil.
El otro mal llamado infarto millenial, que nombré, es el ciberestrés: miedo ser víctima de filtraciones y hackeo de datos.
La victima de hackeo sufre una fuerte carga emocional, que contiene el ataques de pánico descrito más ansiedad, estrés y hasta depresión.
Existe mucha información y apoyo (que es bueno porque hace unos años no existía) para la prevención de estas situaciones pero ahora son escasas las acciones para el seguimiento de los efectos financieros y psicológicos de las victimas. Por lo menos en Guatemala.
Quienes hemos padecido del hackeo nos enfrentamos a la impotencia e incertidumbre tratando de restablecer lo ocurrido que es acompañado por un proceso lento tanto emocional como técnico.
No abandones ninguna cuenta que abras en cualquier plataforma. Sino la utilizas debes de eliminarla.
Ciberseguridad y Gestión de Riesgos en la Información | HelpDesk | Soporte IT | Distribuidor Microsoft, Kaspersky | Infraestructura de Datos
4 añosExcelente artículo, pero en mi opinión, todo esto nos conlleva no al miedo de perder en sí el dispositivo si no la información que contenemos en ella, con debidas precauciones y buenas prácticas de prevención podríamos evitar este tipo de situaciones. El problema es la poca cultura de prevención.
Head Of Customer Experience USA, RD, MX I E-commerce l Entrepreneurship
4 añosMuy buen artículo Sai!!
Estudiante
4 añosExcelente artículo, es algo que a cualquiera le podría pasar y no se le da la importancia debida.