Los intereses nacionales de Rusia en Asia.
NB: Una versión distinta de este artículo fue publicada anteriormente en El Economista.
La política exterior de la Federación de Rusia en Asia se proyecta a través de múltiples vectores porque sus intereses son tan variados como lo es una región que se extiende desde Irán a Nueva Zelanda.
Asia es un continente grande y diverso, que está recorrido por inclinaciones y por divergencias dispares y que es muy complejo, dado que ha transitado a través de turbulencias enrevesadas a lo largo de su historia.
De forma poco afortunada, Estados Unidos (EE. UU.) ha decidido añadir a este panorama la confrontación y las controversias que ha volcado sobre Asia.
En la actualidad, EE. UU. está apostando por una política de disuasión doble hacia Rusia y hacia China y está forzando a muchos países asiáticos a unirse a ella en este esfuerzo.
EE. UU. está obsesionada en levantar alianzas militares en Asia de forma agresiva, como ha sido el caso del QUAD -Quadrilateral Security Dialogue, en inglés, que agrupa a Australia, a la India y a Japón, además de EE. UU.- o de AUKUS -acrónimo, en inglés, de las iniciales de Australia, EE. UU. y el Reino Unido-.
Aún más, EE. UU. no ha abandonado la ambición de hacer realidad el disparate de extender la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Asia, cuyos contornos se encuentran lejos del Océano Atlántico, o, aún peor, de crear una OTAN para Asia.
China y Rusia, por todo lo anterior, ven a EE. UU. como una fuente fundamental de amenazas de seguridad para Asia.
Pekín y Moscú siguen considerando, por el contrario, que la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático -Association of Southeast Asian Nations (ASEAN), en inglés, es decir, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia y Vietnam- debe ser siendo el principal proveedor de seguridad en Asia.
Asimismo, China y Rusia creen que la ASEAN tiene que mantener su papel como la organización asiática líder en materia de cooperación económica y de comercio -ya sea de alimentación, fertilizantes o productos energéticos- regionales.
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No obstante, dos fenómenos geopolíticos de trascendencia regional e impacto global han ocurrido en Asia durante el último año y medio.
India, por un lado, ha alcanzado su autosuficiencia alimenticia y energética gracias al incremento exponencial de su comercio bilateral con Rusia.
Las relaciones entre Pekín y Moscú han alcanzado, por otra parte, un nivel sin precedentes, si se excluye la que tuvieron en los años 50 del siglo pasado, aunque en un contexto y de una naturaleza diferentes.
China y Rusia han alcanzado un nivel de interdependencia estratégica mutua desconocido hasta ahora, que se ha visto favorecido por el hecho de que los dos países comparten 4.179 km. de frontera terrestre, la quinta más larga del mundo.
Así, cada uno de los dos países, en caso de conflicto con EE. UU., sería la retaguardia más extensa para el otro y, en el terreno económico, es el principal socio logístico del otro.
China depende estratégicamente de las fortalezas que Rusia le ofrece, quien se ha convertido, sobre todo, en el suministrador de gas y de petróleo más importante de aquella, a través de un denso y complejo trazado de oleoductos y de gaseoductos que comunican a los dos países.
Si, en 2018, Rusia necesitaba de Europa y China, de EE. UU. mucho más de lo que ambas dependían la una de la otra, en 2023, la situación ha cambiado dramáticamente y la interdependencia estratégica entre Moscú y Pekín es indiscutible.
Esta realidad nueva es un territorio desconocido para las dos potencias y no está ausente de riesgos larvados o potenciales, ya que está sujeta a la evolución futura de los niveles de confianza entre las dos naciones.
Rusia debería desarrollar una estrategia para dibujar el rumbo deseado de su relación con China en los años venideros, más allá del impulso y de las urgencias que a éstas les ha impuesto el enfrentamiento de ambas con EE. UU., bien en Ucrania o bien en Taiwán.
Asimismo, Rusia tendría que diversificar sus relaciones con otros países asiáticos, más allá de las relaciones especiales que ha construido con China y con la India desde febrero de 2022.
Coordinador Mantenimiento Aeroportuario en Aena
1 añoMuchas gracias, Jorge!! por compartir con nosotros este excelente artículo. Es un análisis perspicaz de la política exterior de Rusia en la región. Por un lado, identificas muy bien los intereses de Rusia en Asia. Y por otro, analizas el papel de China en la política exterior de Rusia y señalando que Rusia y China tienen intereses divergentes en algunas áreas, como el control de los recursos naturales. En general, el artículo es un análisis sólido de la política exterior de Rusia en Asia. Y donde proporcionas una visión equilibrada de los intereses de Rusia en la región y los desafíos que enfrenta. Creo que este artículo es una lectura valiosa para cualquier persona que esté interesada en la política exterior de Rusia o en la región de Asia. En particular, me gustaría destacar los siguientes puntos del artículo: 🔵 La afirmación de que Rusia y China han alcanzado un nivel de interdependencia estratégica mutua desconocido hasta ahora. Y, 🔵 La observación de que la situación en Asia ha cambiado dramáticamente desde 2018. Estas son observaciones importantes que ayudan a comprender la política exterior de Rusia en Asia. Excelente trabajo!!