Los Prebióticos en el Agro

Un prebiótico es una sustancia orgánica que sirve como alimento para microorganismos beneficiosos, como bacterias y hongos. Estos compuestos no son utilizados directamente por las plantas o animales, pero favorecen el desarrollo de microorganismos que cumplen funciones clave en el suelo o el organismo.

¿De qué están hechos los prebióticos?

Generalmente, los prebióticos están compuestos por fibras y carbohidratos complejos, como los fructooligosacáridos (FOS) o los galactooligosacáridos (GOS). Estas sustancias no pueden ser digeridas por los organismos superiores, pero sí son aprovechadas por los microorganismos beneficiosos.

¿Cómo se usan los prebióticos en la agricultura?

En el campo agrícola, los prebióticos se emplean para mejorar la calidad del suelo y, a su vez, el crecimiento de las plantas. Aquí te cuento algunos de sus beneficios más importantes:

1. Favorecen la vida microbiana del suelo Actúan como una fuente de energía para bacterias y hongos beneficiosos, como las micorrizas o los rizobios, que contribuyen a mejorar la fertilidad del suelo y su estructura.
2. Aumentan la disponibilidad de nutrientes Los microorganismos que consumen prebióticos pueden descomponer materia orgánica y liberar nutrientes esenciales (como nitrógeno, fósforo o potasio), facilitando su absorción por parte de las plantas.
3. Fortalecen las defensas de las plantas Algunos microorganismos que prosperan gracias a los prebióticos generan compuestos que refuerzan el sistema inmunológico de las plantas, ayudándolas a resistir enfermedades y plagas.
4. Reducen la necesidad de fertilizantes químicos Al optimizar el uso de nutrientes en el suelo, los prebióticos contribuyen a disminuir el uso de productos químicos, promoviendo prácticas agrícolas más sostenibles.
5. Ayudan en condiciones adversas Los microorganismos estimulados por los prebióticos pueden hacer que las plantas enfrenten mejor el estrés ambiental, como la sequía o suelos salinos.

Un ejemplo práctico

En cultivos como las leguminosas, los prebióticos son útiles porque potencian el trabajo de bacterias fijadoras de nitrógeno en las raíces, como los rizobios. Esto enriquece el suelo con nitrógeno de forma natural, reduciendo la necesidad de fertilizantes artificiales.