Luces y sombras de la revolución del usuario conectado
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Luces y sombras de la revolución del usuario conectado

Barcelona aspira a convertirse en la capital del 5G. El primer paso en su camino, su conversión en un campo de pruebas donde instituciones públicas, educativas y empresariales experimenten con las aplicaciones que promete traer consigo la nueva generación de red móvil. Una conexión más rápida y una latencia mínima que supondrá una revolución en la forma en la que interactuamos con el mundo. La ciencia ficción, sin el adjetivo.

La Generalitat de Catalunya, la Universitat Politècnica de Catalunya, Mobile World Capital Barcelona y Orange han aunado fuerzas y recursos para probar en la Ciudad Condal las últimas tecnologías del Internet de las Cosas (IoT, en sus siglas en inglés), ámbito que el 5G pretende revolucionar gracias a la aplicación del edge computing – tecnología que otorga a los dispositivos conectados la habilidad de mantenerse siempre en línea con un menor consumo de tiempo y ancho de banda-. Las pruebas comenzarán a realizarse después de verano, tal y como anunciaron sus organizadores el pasado mes de julio.

Que el Internet de las Cosas sea una revolución que se consolide en el futuro gracias a la llegada del 5G es algo que también prevén desde IDC. Según la consultora estadounidense, si a finales de este año se estima que dicho mercado haya alcanzado los 726.000 millones de dólares, en 2023 dicha cifra superará los 1.100 millones de dólares – un 12,6% más-. Eso en términos monetarios, ya que a nivel de usuario, supondrá la posesión de un mayor número de dispositivos y, por ende, la aparición de un mayor número de puntos de contacto a los que las marcas deberán asomarse a saludar.

También, de información. La obtención y acumulación de datos en los dispositivos conectados supone la próxima mina de oro, y no solo para los departamentos de marketing y su oportunidad de crear experiencias de usuario personalizadas. También para los ciberdelincuentes.

En su libro blanco sobre arquitectura de seguridad para la transición al 5G, Cisco advierte del gran impacto y escalabilidad que tendrán ataques conocidos de hoy como el robo de identidad o los ataques DdoS (Distribuited Denial of Service). La firma estadounidense predice ataques DdoS dirigidos a servidores de nube masiva que gestionan aplicaciones de dispositivos de IoT, robos de identidad más completos – que incorporan datos de diversas aplicaciones conectadas entre sí- e intrusiones ProSe (Proximity Service) que podrían afectar a comunicaciones en tiempo real – como la producida entre vehículos autónomos-.

Ya ha habido ejemplos de lo que puede acontecer en el ámbito del Internet de las Cosas. El último, detectado por investigadores de Microsoft a principios de agosto, quienes advirtieron que el grupo de hackers Strontium, relacionado con el gobierno ruso, ha atacado varios modelos de dispositivos IoT, que se han visto implicados en un total de 1.400 alertas de ciberseguridad a nivel global contra Estados, ONGs y organizaciones políticas. Actualmente, las cámaras de seguridad IP son los dispositivos más vulnerables dentro de las redes domésticas, según un estudio de la empresa de seguridad cibernética SAM Seamless Network. Le siguen los hubs inteligentes, los dispositivos de almacenamiento conectados a la Red, las impresoras, la smart TV y los teléfonos IP.

A vueltas con la privacidad

La aparición de una generación móvil más rápida traerá consigo una geolocalización más potente. Al basarse el 5G en ondas de mucha más alta frecuencia y de rango más corto que originan, por ende, la necesidad de instalar un mayor número de torres de conexión concentradas en superficies más pequeñas – las ondas no pueden atravesar paredes o árboles-, los operadores de red podrán registrar datos de geolocalización mucho más precisos.

De nuevo, una oportunidad para las marcas en su camino de aproximarse e impactar al usuario en el lugar y momento adecuados. Y a costa, sin embargo, de su privacidad. A medio plazo, podría divisarse un futuro parecido al que hoy día sucede en la provincia china de Xinjiang. Gracias a la instalación de más de 300.000 torres 5G y una extensa red de cámaras de vigilancia con tecnología de reconocimiento facial, el gobierno chino se halla construyendo una base de datos que emplea un sistema de vigilancia electrónica que consigue monitorizar los movimientos de sus ciudadanos, tal y como denuncia la activista Maya Wang.

Precisamente, quizá sea la privacidad el próximo reto de las marcas, más allá de las propias dificultades que traerá para las rúbricas la posesión por parte del usuario de un mayor número de dispositivos conectados. Una información a aprovechar, pero también, a velar para mantenerla alejada de posibles delincuentes dispuestos a hacerse con el bien más preciado del siglo XXI.

Sin duda, el impulso que dará el 5G al IoT llevará a ésta a convertirse en el próximo the Next Big Thing, con un usuario y un entorno constantemente conectados. Puede que haya compañías que se pierdan en la compleja relación con el cliente que se aproxima, mientras otras encuentran, en esa conexión constante, la fórmula del éxito. Pero ambas, en el camino, se habrán cruzado con la línea roja de la privacidad, más próxima como nunca antes. Saber cómo actuar será clave para la supervivencia futura de una marca.



Juan Carlos Frutos Baquero

Marketing on&offline · Redacción publicitaria y corporativa · Comunicación creativa

5 años

Es curioso cómo, cuando de seguridad y privacidad se trata, nuestros miedos se dirigen casi siempre, por este orden, hacia Rusia, China y las multinacionales. Aún no estoy seguro de si es porque en occidente somos tan ingenuos que no dudamos de la integridad de nuestros propios gobiernos o si es que en nuestro fuero interno tenemos asumido que el verdadero poder está en otras manos... Disgresiones aparte, mi mayor preocupación respecto al 5G es que genere un desequilibrio geotecnológico insalvable entre las áreas en las que se implante y en las que no. Y es que siendo realistas, a día de hoy, después de tanto tiempo de la popularización del 4G, aún es significativa la diferencia de cobertura entre unas y otras zonas (sobre todo en áreas rurales). Esta diferencia que, actualmente, sólo afecta principalmente a la velocidad de transmisión de datos, en un "mundo 5G" supondría la incapacidad de acceso a sistemas específicamente creados para esta tecnología. En cualquier caso, ya veremos cómo cruzamos ese río cuando lleguemos a él. Gran artículo. Gracias por compartirlo.

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