Luchar contra la Corrupción Empieza en Casa

Para quienes no me conocen, soy guatemalteco y resido en Guatemala. Estas últimas semanas, mi país ha vivido momentos tensos, políticamente hablando. El Presidente de Guatemala decidió dar por terminada la gestión de la CICIG (Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala) y con ello, han surgido posiciones encontradas por todos lados.

Esta nota no es para discutir si el Presidente está bien o mal. Tampoco quiero entrar en discusión sobre si los defensores de CICIG están o no equivocados. Lo que quisiera dejar sobre la mesa, sin importar cuál sea la nacionalidad del lector, es que la lucha contra la corrupción empieza en casa. No es responsabilidad de otros, es MI responsabilidad.

Leer titulares que dicen que “se desmorona” la lucha contra la corrupción en mi país, implicaría que los únicos responsables de esto son el gobierno y la CICIG. Nada puede estar más lejos de la realidad. Estos no son más que dos actores en un contexto específico. La lucha contra la corrupción debe iniciar en uno. En el respeto a mis semejantes, en dar de vuelta a la sociedad y no restarle a través de mis actos.

La lucha contra la corrupción debe ser parte del ADN de las empresas, sin importar su tamaño. Significa que si había malas prácticas, se dejarán y se implementarán nuevos procesos que aseguren la transparencia y el buen manejo. En fin, se trata de ser parte activa de la solución y no del problema. Nuestros actos nos definen y está en nosotros que las cosas cambien.