"Luego"​, el veneno del presente

"Luego", el veneno del presente

Aplazar indefinidamente nuestras tareas tiene su origen en un conflicto interior que va más allá de un simple autosabotaje. Y tú ¿cómo procrastinas?

“Luego”, con esta palabra se inicia el tormento de un círculo vicioso que se recorre más de una vez en la vida. Genera ansiedad y lo que busca es aplazar, posponer, demorar, dejar para más tarde, retrasar, postergar, dilatar una tarea que se sabe necesaria y, sin embargo, o se elige dejar de lado o no se puede abordar porque genera mucha ansiedad.

Procrastinar viene del latín procrastinare y significa dejar de hacer algo para mañana: pro adelantar, cras mañana, tinus relación. (Nota: un error común es decir procastinar). Se trata de una parálisis de acción, de la inhibición para poder realizar una tarea que se sabe necesaria. También se acompaña de la sensación de no tener un buen manejo del tiempo y de sentimientos de culpa y de ansiedad.

Este texto sufrió procrastinación en su origen. Pospuse su escritura primero un día, luego dos, luego una semana y pronto indefinidamente hasta que fue indispensable poner palabras para terminarlo y dar cuenta de una realidad que nos apremia todos los días. Uno puede procrastinar por muchos motivos, porque el tema a desarrollar es complejo y requiere investigar, porque la adicción al estímulo inmediato del celular impide terminar muchas de las tareas, porque no se quiere terminar una tarea en tanto que su existencia tiene una ganancia secundaria… o por miedo. El miedo, por supuesto, tiene muchas variantes: miedo a fracasar, a equivocarse, a ser insuficiente.

Se procrastina en cualquier área de la vida: en terminar un artículo (como éste), en realizar una investigación, en leer un libro, en ir al doctor, en hacer ejercicio, en realizar una operación que es necesaria (desde cataratas hasta una vasectomía), un chequeo de salud después de haber sufrido COVID, en comenzar una relación, en hacer una llamada necesaria, en terminar una relación, en pedir ayuda, etc.

Ahora, posponer una tarea requiere ocupar el tiempo en otra cosa. Lo que toman el lugar de la tarea suele ser el celular, videos en YouTube, la televisión, videojuegos, la comida, escuchar música y, por supuesto, también la lectura. Esta última, sin embargo, requiere de un ejercicio cognitivo tal, que por lo menos ayuda a disminuir la ansiedad, mientras que los otros la aumentan.

Aunado a esto, podemos plantear un “nuevo déficit de atención” provocado por la telefonía celular, que permite encontrar con facilidad información, estímulos y lecturas por la red que distraen de la tarea en cuestión.

El celular podría dar la falsa ilusión de avanzar. Es fácil ver personas utilizando el celular porque están resolviendo problemas de trabajo, pero también es el lugar al que se vuelve en cuanto hay una laguna de pensamiento, un vacío que se deja por no pensar, ante la dificultad de pensar o de tener una respuesta disponible acerca de lo que se está pasando o sintiendo, incluso de manera inconsciente. En situaciones de estrés se puede voltear instintivamente a leer el celular, para escapar de una conversación en la que se es cuestionado o de una idea que incomoda. En ese instante es cuando se extiende la mano y se voltea a ver la pantalla, para poder escapar de ese mínimo momento de incomodidad. Es la ventana a un lugar diferente en el que nos encontramos.

En la literatura psicoanalítica, Hamlet es el prototipo de la procrastinación, Freud y varios autores analizaron su duda ante vengar a su padre y determinaron que en el fondo no es una duda por no saber, pues indudablemente Hamlet sabía que su tío Claudio era culpable de la muerte de su padre, sino había un conflicto intrapsíquico que le era imposible resolver.

Así pues, el aplazar indefinidamente tiene su origen en un conflicto interior que va más allá de un simple autosabotaje, en el que uno no se permite ser exitoso en las tareas que realiza. La verdadera pregunta es qué cables interiores desestabiliza el poder de sentir satisfacción en la vida, de estar contento con uno mismo, de poder pasar otra cosa. Procrastinar es un ancla para mantenerse en el mismo lugar. La procrastinación son micro signos (aunque a veces muy macro) de una situación de conflicto y duda inconsciente, y mantenerla es parte del mismo signo presente en la vida. No es la fuerza de voluntad únicamente la que ayuda a entrar en acción, pues ésta muchas veces no se encuentra disponible. Sino más bien poderse preguntar cuál es la entrada a la salida de la procrastinación. La pregunta es si después de leer esto, podrás preguntarte o mejor luego…

También puedes leer el texto completo en: https://sobrevivientes.mx/

 

Sunky Fernando Andreasevich

Coach Ontologico Profesional -- CoOwner Bed & Breakfast Casa VIDA

3 años

bello texto y bello dibujo

Juan de Regules

Executive, Entrepreneur, Advisor, Coach & Board Manager

3 años

Yo quiero la respuesta, no la pregunta!!!

Gerardo Alvarez-Franyutti

Innovation / Strategy Director @ El Puerto de Liverpool

3 años

Excelente artículo sobre por qué dejamos las cosas para después

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