Más allá de la postal: retos del turismo en Choroní

Más allá de la postal: retos del turismo en Choroní

Este fue un fin de semana de sentimientos encontrados. Tuve la oportunidad de visitar las costas del estado Aragua y sus playas de Choroní. Es un paseo que intento realizar periódicamente, pues considero que las playas de Aragua probablemente sean de las más hermosas de Venezuela. Adicionalmente, pueblos como Chuao nos recuerdan otros temas típicos de esta región, como es el caso del cacao. Y vaya qué buen cacao es.

Lo cierto es que mientras estaba en Playa Grande el domingo, se me acercó uno de los vendedores ambulantes y me dijo lo siguiente: "Tienen que venir más para acá, ayuden a la economía local." En resumen, el clamor del vendedor no era otro que el hecho de que percibía que el turismo estaba bajo, lo cual afecta, lógicamente, la economía del pueblo como un todo: menos posadas llenas, más espacio en los peñeros por llenar, restaurantes que dejan de percibir ingresos por tener menos comensales.

Por curiosidad, le pregunté al dueño de la posada en la que me hospedé, y me comentó que, en efecto, los últimos dos trimestres del año (Q2 y Q3) habían estado flojos, pero que a partir de octubre se había dado algo de reactivación.

Para mí fue inevitable volver a la pregunta que me hizo el vendedor ambulante: ¿Cómo ayudar a la economía de Choroní? No existen respuestas cortoplacistas y, lamentablemente, a punta de puro voluntarismo no se arregla la economía.

Choroní, como tantos otros pueblos turísticos en Venezuela, tiene problemas estructurales que debe solventar si realmente quiere ser un hub turístico. Para comenzar, su vialidad es limitada. Su principal vía de acceso se construyó en la década de 1920, hace más de 100 años, durante el período de Juan Vicente Gómez. Es la típica carretera gomera de principios del siglo XX. Segundo, no tiene infraestructura: solo pequeñas posadas. Algunas de lujo, sí, pero posadas al fin. Tercero, tiene servicios básicos limitados (agua, electricidad, Internet y señal de celular). Cuarto, cuenta con un acceso limitado al sistema financiero. Solo vi una sede pequeña del BNC en todo el pueblo. Esto favorece la informalización financiera, pues no hay casas de cambio ni cajeros automáticos, entre otros.


Cepe vista desde una colina. Foto mía

Así las cosas, con todo y sus bellezas naturales y sus casitas pintadas al estilo colonial, difícilmente el turismo en Choroní generará algo más que cientos de miles de dólares y, en el mejor de los casos, algunos millones.

Algunos datos pueden ayudar a entender el contexto. En agosto de 2023, el Ministerio de Turismo calculaba que las visitas de turistas internacionales aumentaron un 25% interanualmente. Es decir, se registraron 624.000 visitantes frente a los 560.000 de 2022. Desconozco la cifra para 2024. Además, al menos para 2023, el Ministerio de Industrias y Producción Nacional estimaba que el Producto Interno Bruto (PIB) por alojamiento y servicios de comidas se incrementó en 3,75%.

Ahora bien, ¿cuánto representa realmente eso en cifras? Algunas firmas señalan que el PIB de Venezuela rondaría los 100 mil millones de dólares al cierre de 2024. Personalmente, considero que esta cifra es muy optimista. Conservadoramente, creo que está más cerca de los 60-70 mil millones de dólares, con una fuerte dependencia de la actividad petrolera. En todo caso, sería bueno contrastar esto con la data oficial del BCV, cuando esté disponible.

Si comparamos estas cifras con el contexto regional, podemos saber dónde estamos parados. En Medellín, Colombia, solo en la primera mitad de 2024 se recibieron 2.461.784 visitantes. Solo la Comuna 13 recibió 898.198 visitas, más que todas las que recibió Venezuela en un año. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo colombiano señala que el valor agregado del turismo al PIB colombiano en 2023 fue de 33,2 millardos de dólares.

Podemos seguir explorando los casos de otros países de la región, aunque no es el punto fundamental de este análisis. Nuestro enfoque es otro: ¿Queremos que el turismo en poblaciones como Choroní se repotencie y escale o, por el contrario, estamos conformes con el turismo de baja intensidad que tiene actualmente?

La primera opción es la que realmente hará del turismo un motor de propulsión para la economía venezolana. El país requiere millones y millones de dólares en sus arcas. La segunda opción no permitirá que el pueblo salga del subdesarrollo. Sí, estarán las casas pintorescas, las playas hermosas, una suerte de encanto parroquiano que, lamentablemente, mezcla el estado de naturaleza con una dosis importante de pobreza y atraso.

En lo personal, me inclino por la primera opción. Es más compleja, sí, pero no creo que romantizar la pobreza contribuya al bienestar de los ciudadanos. Más aún, existe un sentido aspiracional en crear riqueza, tal como lo resume el clamor del vendedor ambulante que encontré el domingo. Y la única manera de que Choroní cree riqueza es precisamente abriéndose a la modernidad, reformando sus anclajes institucionales y abrazando una economía más libre. Una tarea pendiente.


Iris Acevedo

Gerente de Proyecto Senior en Temenos

3 semanas

Una lectura relajante y amena. Un factor que agregaría sería que nuestros pueblos aminoren paulatinamente las barreras del idioma. Me encanta el ejemplo de Medellín por ser un referente cercano y por ende, conocido en esta geografía. Un referente no tan lejano, al que pude apreciar de cerca, son los pueblos costeros de Costa Rica. No hay en ellos un sitio, por simple y humilde que parezca; en el cual no se maneje lo esencial para un intercambio comercial en inglés. Un menú ejecutivo en inglés-español en el más recóndito lugar accesible en 4x4 luego de atravesar varios ríos, o en una especie de chalana (Bahía el Drake, por citar solo uno de muchos más ejemplos), con una calle de tierra y desembarcando sin muelle, apenas lanzándose al agua como mejor le parezca. Que aventura tan llena de espontaneidad, de naturaleza salvaje; pero, para mí sorpresa, una chalana llena de turistas europeos: británicos y franceses mayormente. Costa Rica hace honor al verdadero turismo ecológico de aventura, un almizcle lleno de contrastes que seduce al extranjero, quién quiere vivir - pese a la inverosímil que puede sonar para algunos- su propia experiencia de película. Cada quién extasia sus sentidos con lo que es ajeno a su mundo…

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