Mandela aguantó y aprovechó 27 años privado de libertad…¿podemos conseguirlo nosotros?
Recientemente fue mi cumpleaños (sí, durante la cuarentena), y recibí un regalo de mi familia: “Cartas desde la prisión” sobre Nelson Mandela, y del que quiero compartir con vosotros dos aprendizajes que me parecen claves en estos días.
Qué oportuno: poder leer en 1ª persona cómo un líder mundial, un icono de los derechos humanos, fue capaz de sobrevivir a en encierro (a priori mucho más duradero que lo que nos va a tocar vivir).
Por contextualizar un poco su figura: sudafricano que se convierte en activista y referente de un movimiento contra el apartheid (término afrikáan “separación”). De profesión abogado, es encerrado en prisión y no saldría de ella en 27 años, y se acabaría convirtiendo en presidente de su país. En esas casi 3 décadas, su espíritu y vitalidad no decayeron pese a las innumerables dificultades que vivió:
- Sus derechos no se respetaban: tenía derecho a recibir y enviar una carta cada 6 meses, que no llegaba a recibir inicialmente, estando casi completamente aislado de su familia y amigos.
- Su madre y su hijo primogénito murieron en los primeros años en los que estuvo encarcelado, y no le dejaron asistir al entierro.
Hablamos de una persona sumamente inteligente, culto y, sobre todo, observador y decidido.
Me gustaría destacar dos comentarios que he leído y oído sobre él, y que creo que nos pueden ayudar en estas semanas inhóspitas:
La actitud, la clave para superarlo
Tras leer el libro del psicólogo Norman Vincent “El poder del pensamiento positivo”, en 1969 y tras las dos muertes que he mencionado antes, Mandela escribió a su mujer diciendo
“no importa tanto la dolencia que uno sufra, si no la actitud que se tenga hacia ella. El hombre que se dice a sí mismo ´lograré superar esta enfermedad y vivir una vida feliz` ya se encuentra a medio camino de la victora”
La oportunidad que tenemos delante
Mandela volvió a Robben Island una vez fue un hombre libre, en un documental para la BBC (os dejo el enlace a un breve vídeo de Youtube), y me quedo con la reflexión a partir del 0:50 en el que viene a decir: el hecho de estar solo en una celda, es una oportunidad para cambiar la forma de comportarnos. Se sentía avergonzado de cómo se había distraído con distintas cuestiones (la práctica del derecho, la política) y que, si salía de prisión, compensaría a sus seres queridos por las omisiones cometidas.
Tenemos una oportunidad brillante delante de nosotros para interiorizar, reflexionar… ¿Nuestra forma de comportarnos es la que realmente nos enorgullece?
Siguiendo la recomendación de un amigo he escuchado y leído un poco esta semana del escritor Simon Sinek, su “Golden circle”… Honestamente, deberíamos preguntarnos más veces por qué hacemos las cosas, y menos el qué y el cómo las hacemos.
Esto es más una autoreflexión que comparto con vosotros, y es una tarea que tengo por delante… y me parece que merece la pena decirla en voz alta.
¡¡Un abrazo y mucha fuerza!!
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4 añosEstupendas reflexiones Gonzalo! 👏👏👏
VEINTE⚡️
4 añosMuy buen artículo! Me alegro de que te haya servido Simon Sinek!!