Marca propia: ¿Precio razonable?, ¿diseño exclusivo?, ¿calidad?…

Aquello que a expensas de la necesidad se creó en Europa a finales de la Segunda Guerra Mundial y exportado a EE.UU, evolucionó hacia un gran negocio en la comercialización de productos básicos y se ha convertido en la mayor competencia de los fabricantes inventores y desarrolladores en el negocio del juguete. ¿20%?

 Vender producto original de una calidad razonable, con diseño y cualidades que te diferencien del resto es aquello que quiere cualquier fabricante o distribuidor.

El packaging y su presentación, que en muchos casos no pasaría la aprobación de un fabricante medio, hace saltar por los aires cualquier exigencia o norma que a otro le pudieran poner. El producto no mejora nada de lo que ya existe, en algún caso no está fabricado con los mismos cánones y controles que a lo que trata de parecerse. “¿Es esa la defensa del mercado al margen exiguo con el que le han condenado a competir?”.

Micro-mercado dentro del pequeño mercado del JUGUETE, con diferente rasero de medida. Roturas, fotos de catálogo, almacén, transporte, distribución, financiación, sobrante, en fin... ¡¡Cuántas variables sin tener en cuenta!! No es la primera vez que mi tarifa es humillada con un “eso lo compro yo en China por 3$”, queda para mis adentros una respuesta como, ¡no majo! yo lo fabrico en China por esos 3$. Tú compras algo parecido a 3$, os tenéis que juntar unos cuantos para llegar al MOQ. Limitas el surtido de tu tienda por ese motivo, pasas tiempo sin mercancía esperando que te llegue, tiras a la basura unos cuantos y en el mejor de los casos, si se vende realmente bien, te quedas sin él hasta dentro de 8 ó 9 meses más. Mientras prescindes del original, te embarcas en la aventura de algo parecido.

A veces un fabricante con suerte (buena o mala, lo desconozco todavía) es posible que pueda entrar a formar parte de este círculo y le encarguen que se plagie a el mismo.

“*Ingeniería Inversa” ese curioso término que consiste en analizar un producto ya existente, descomponerlo y estudiarlo hasta conocer sus cualidades y constitución, para luego poder “fusilarlo”. Metafórico nombre para una vulgar copia.

*La ingeniería inversa nace también en Europa en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, cuando los ejércitos enemigos incautaban insumos de guerra como aviones u otra maquinaria bélica para mejorar las suyas mediante un exhaustivo análisis.

Utilizar ingeniería inversa puede convertir a una “marca propia” en una actividad lícita y razonable para obtener ventajosos beneficios procedentes del desarrollo de la misma a partir de la experiencia de productos que ya se sabe funcionan. Ahorrar en investigación y desarrollo de producto para reproducir lo que le funciona del original y desarrollarlo en un lineal con una entidad propia no deja de ser una buena estrategia empresarial. Hacer la competencia a un proveedor, que según el día puede ser tu partner, socio, colaborador, inversor publicitario, almacén logístico o vaya se usted a saber, es otra cosa...

En algún momento el fabricante escandallará en sus precios la pérdida procedente del incremento de la ingeniería inversa.

El Juguete dicen... es ilusión, experiencia, magia, sonrisa: la magia no es vender algo que parece que es pero no. La ilusión desaparece si no es "el verdadero". La mejor experiencia es "el original" y no la copia. Y la sonrisa ?…… "¿quién se está riendo de quién?"

Y entonces alguna que otra vez, en esta guerra de guerrillas, cuando el retail se pone a fabricar, ¿se pondrá el fabricante a retailear…..??