Marcas en F1: This is the way
Gracias por estar aquí.
Con una víspera ganadora de Checo el domingo pasado en Singapur y una alegría personal muy presente por la publicación del shortlist EFFIE México de este año, por fin hoy me doy mi espacio libre (y algo lluvioso) para compartirles las experiencias que he vivido con Formula 1.
Debo empezar siendo totalmente honesta. Mis recuerdos de la F1 era ver a mi papá los fines de semana sentado en la televisión mientras un montón de cochecitos daban vueltas por más de una hora. Nada entretenido si lo explico así, lo sé. Hasta ahí quedó guardado en mi infancia con la única marca que pude reconocer años más adelante: Ferrari.
Hasta que llegó el 2018 cuando tuve oportunidad de ir al Autódromo Hermanos Rodríguez a pasar la barrera de lo que vi alguna vez en pantalla y poder presenciar la velocidad de cada escudería pasar enfrente de mí. Había dado el primer paso, conocer lo que para mí era un evento más social más allá de ser fiel aficionada o conocedora de algún piloto en pista.
Algo que de inmediato noté fue el desfile de vestimenta que uniformaba a cada asistente. Misma que era digna de presumirse al saber la inversión que requería hacerse para demostrar cuales eran tus colores. Chamarras, camisas, playeras, mochilas, tazas, lo que te puedas imaginar. Yo siendo aún un poco hermética con este deporte, opté por el nivel básico: una gorra con el logo de Fórmula 1.
Lo mismo pasó el 2019 pero con un poco más de experiencia sobre la competencia y los pilotos. Y es que nada como ver a una ciudad entera dedicarle tres días de fiesta a un solo evento. Fuera de la pista, el Autódromo se convierte en una explanada de activaciones, lounges y espacios para consumir cualquier marca que se te cruce. Algo que como muy pocos eventos he visto aquí en México.
Hasta los vasos reciclados de Heineken con la colección de las 12 pistas de cada sede se convierte en un souvenir que junto con los del US Open, también sobreviven en la alacena de mi cocina.
Y hablando de esta marca, quiero compartirles la activación que tuvimos mientras estuve en Editorial Televisa. Una experiencia llena de aprendizaje y que logró enamorarme aún más del marketing deportivo.
El lanzamiento de Heineken 0.0, siendo patrocinador oficial había que hacerlo en grande con su fabulosa campaña “When You Drive, Never Drink”. Y así lo hicimos.
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La simulación de una experiencia F1 sorprendió a varios ciudadanos en una gasolinera del sur de la ciudad. Quienes al llegar a pedir que les dieran servicios, un grupo disfrazado de pits llegaban a darle mantenimiento a su coche, como todos unos pilotos profesionales.
El resultado fue algo que aún tengo muy presente en mi carrera de mercadóloga y agradezco infinitamente a qué marcas como Heineken se atrevan a este tipo de ideas creativas y hasta humorísticas. Algo que se percibe mucho en contenido de esta industria de entretenimiento. Me encanta.
Ahora me defiendo y no fue por todo lo anterior. Si alguien tiene duda del poder del storytelling es porque aún no sabe el impacto de crecimiento de audiencia y engagement que ha logrado Drive to Survive de Netflix.
Gracias a esta maravillosa serie documental pude sentir y saber lo que mi papá en su momento veía en la televisión cuando era niña. Pude ver el detrás de cámaras de todo lo que pasa al instante durante una carrera, los preparativos de todo un equipo técnico y el carisma que tiene un piloto debajo de esos escandalosos cascos.
Hoy, ya informada sobre el deporte puedo decir orgullosamente que me siento incluida y que soy fan de Lando Norris así como de McLaren. Que puedo despertarme sin ningún pesar un domingo a las 7:30 am con un desayuno listo para ver una carrera en vivo que sucede hasta el otro lado del mundo. Objetivo que queremos lograr el año siguiente; presenciar una carrera en otro país.
Este año es muy probable que no podamos asistir (aunque nos encantaría) por temas de presupuesto del Mundial, pero eso no nos impide estar al tanto y ser un espectador más desde una plataforma streaming que nos permita revivir los años anteriores.
En fin, algo que me deja como aprendizaje de este fascinante deporte es que este es el verdadero camino para todas las marcas.
¡No se vayan sin compartir a cuál escudería/piloto apoyan! No importa si ya no están activos, hay grandes personajes en la historia de la F1.
Nos vemos la próxima semana en otra nota de “Sports Marketing para amateurs como yo”