Max Beckmann: Figuras del exilio
Pintor de Historia por hacer de sus obras testimonio directo de los sucesos más terribles que sacudieron la vida pública del s. XX, Max Beckmann se presenta al público español con una exposición que, por primera vez en nuestro país, reúne las obras más importantes de su producción artística. Un total de 48 pinturas, 1 carpeta de litografías y 2 esculturas, procedentes de importantes museos de todo el mundo, marcan el recorrido de una exposición en la que merece la pena sumergirse.
Max Beckmann: Figuras del exilio, que es como se llama la exposición que estará hasta el 27 de enero en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, está dividida en dos secciones: la primera es una presentación cronológica del artista en la que se incluyen obras realizadas en su Alemania natal antes de 1937, mientras que la segunda sección centra su foco de atención en una circunstancia que sufrió el artista y la propia modernidad: el exilio. Un exilio que el comisario Tomàs Llorens aborda tanto de manera literal como figurada. Literal porque en el verano de 1937 Max Beckmann fue señalado por el gobierno nazi como <<pintor degenerado>> y obligado por tanto a abandonar Alemania. Y figurado porque las obras de esta segunda sección están agrupadas por cuatro metáforas de las que el propio artista hizo uso para aludir a la condición de exilio: Máscaras, Babilonia Eléctrica, El largo Adiós y el Mar. Y os preguntaréis, ¿qué tienen que ver estas cuatro metáforas con el exilio? Bien, las Máscaras aluden al exilio como pérdida de identidad; Babilonia (exilio del pueblo de Israel a Babilonia) Eléctrica nos habla de la experiencia de la vida en la metrópolis moderna en la que la electricidad de la noche desconcierta a los artistas que vienen del campo. El largo adiós o la Muerte, experiencia de partir, de marcharte para no volver. Y por último, el Mar y su ausencia de límites, un sitio donde no hay lugares fijos, donde se encuentra lo desconocido por definición, y que será el tema de su última obra: El tríptico de los Argonautas, que terminará la víspera de su muerte, a finales de diciembre de 1950.
Aunque lo más emocionante de todo es poder descubrir a un artista único, que no militó ningún movimiento político ni artístico pero en cuyas obras se puede leer Historia e Historia del arte. Porque si nos detenemos a observarlas podemos ver claramente el peso del que sufre dos guerras mundiales y las consecuencias del destierro sinrazón, pero también la influencia de artistas como El Greco, Goya, Cézanne, Matisse, Manet, Picasso, e incluso ¡Velázquez! Todo ello articulado a través de la alegoría moderna, presentada como algo abierto, donde no existe una interpretación única y codificada, sino multitud de significados que nos permiten penetrar de manera fascinante en las inquietudes y emociones del que ha sido considerado el artista alemán más importante del siglo XX.