Me cambió la vida
Hace ahora 3 años, en una sesión se Reiki, mi vida cambió. A veces creo que para peor (ahora verás por qué), pero sé que en realidad fue para mejor.
El Reiki, por si no lo conoces (como me pasaba a mí), es una terapia energética en la que quien te lo hace va posando y moviendo sus manos sobre tu cuerpo, sin tocarte, movilizando la energía que tienes estancada en algún punto. También desbloquea los chakras y más cosas que ahora no recuerdo. Lo que se me quedó grabado y me hizo sentir pena y a la vez alivio, fue el tema de los chakras.
La sesión dura una hora; estás tumbada boca arriba con los ojos cerrados mientras ella va haciendo su trabajo. A veces sientes de repente calor en una zona o luego frío. Es decir, algo va sucediendo ..
Aquel día, al acabar la sesión, mi terapeuta dijo: lo siento, he hecho todo lo que he podido, pero no he conseguido desbloquear el chakra del corazón. Para mí eso era como si me hubiera hablado en chino, no sabía de chakras ni mucho menos de que yo tuviera bloqueado uno y menos aún el del corazón, con lo sentimental que soy ... No cuadraba...
Le pedí más explicación, que no entendía. Me dijo que debía escuchar más a mi corazón, tomar decisiones desde el corazón, pensar menos y sentir más. Me sentía ahogada, con un peso enorme sobre el pecho. Esa mujer acababa de describir cómo yo había vivido mi vida, protegiendo mis sentimientos, creando distancia, guardando secretos por miedo, encerrada en mi mundo interior. A la vez soy extrovertida, cariñosa, emocional, compasiva, abierta, es decir, sentía una dualidad fuerte.
Darme cuenta de que llevaba años creando una muralla en mi corazón me rompió. Esa toma de consciencia me llevó a conectar con mis emociones, a dejarme sentir más y más la incomodidad de ciertas relaciones y terminarlas, sentir la valía de otras relaciones y disfrutarlas.
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Poco a poco fueron cayendo relaciones que no encajaban en mis valores y que me estaban robando energía, tiempo y autenticidad. Fue una decisión fácil porque conecté con mi corazón y al sentir el vacío que esas relaciones me habían ido creando en mi interior, la decisión de abandonarlas fue sencilla, dolorosa, pero fácil.
Por otro lado, observé que cada vez me resultaba más fácil tomar decisiones, porque cada vez estaba más conectada con mi corazón, con mis valores y en cuestión de segundos podía decidir si tal o cual asunto, relación o situación era buena para mí o no.
Liberación, autenticidad, verdad, auto-amor, llegaron a mi vida como un tornado. A veces me siento revuelta y a veces en a calma, pero siempre, siempre, siempre, fiel a mí misma. No reprimo mis emociones, no mantengo apariencias, no me preocupa el qué dirán, no me adapto a lo que esperan de mí.
Libre.
Ya tocaba.
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Periodista, mentora de comunicación y coach de felicidad. Misión: Transformar infelicidad en sonrisa de bienestar. Autora: ¡Es urgente Sonreír! CEO Periódico vaguada.es/Advisor WHF/Consultora VIDE ¿Conversamos?
6 mesesMe encanta tu historia... ¡Que verdad compartes! Estamos tan cerrados al amor... Y mira tu... que el corazón es también un cerebro... ¡Las corazonadas! Tu corazón sabe lo que de verdad necesitas para estar bien. Nuestro corazón alberga un total de 40.000 neuronas, las mismas que en un solo milímetro cúbico de cerebro. En proporción esto nos parece una cantidad residual, pero las neuronas del corazón son las responsables de esas decisiones que tomamos por intuición. Amiga, gracias por tu artículo... ¡Maravilla!
Qué bien Azucena!! 😊